Por separado @gesor da cuenta de la detención de seis mujeres de Montevideo y otras tres de Rivera relacionadas con estafas ideadas desde un centro carcelario por un delincuente que ya tiene más de un antecedente por este tipo de hechos y precisamente en octubre 2018, estando ya en el Penal de Libertad volvió a ser juzgado por el delito de estafa como uno de los dos responsables de más de 70 estafas por valor que rondaban el millón de pesos y ahora, poco más de un año después incurre nuevamente en delito similar en perjuicio de cientos de personas en distintos puntos del país, ¿cómo es posible?
En octubre 2018, la Policía de Tacuarembó llevó ante la Justicia a los autores de más de 70 estafas cometidas contra pequeños comercios de varios departamentos. Por estos delitos hubo 9 personas judicializadas.
Los autores se comunicaban telefónicamente con los titulares de pequeñas y medianas empresas, haciéndose pasar por Inspectores de Bromatología Municipal o funcionarios de Bomberos, solicitando dinero para facilitar los trámites o regularizar los mismos y el mismo debía ser enviado a una persona, a través de redes de cobranza.
Cuando se detuvo por la Policía de Rocha a una de las personas que reconoció haber retirado giros, éste dijo que lo hizo por aviso de dos personas (ideólogos de la maniobra), ambos poseedores de antecedentes penales.
Estos últimos se encontraban -al momento de la investigación- cumpliendo condena en la Unidad Nº 3 del INR, es decir el Penal de Libertad, por lo que se trabajó en conjunto con el D.I.A.P., y otras unidades. En este caso se realizó una investigación sobre ellos donde saltaron a la luz otras personas involucradas, que se encargaban de levantar los giros.
A raíz de estas actuaciones, la Policía comprobó la comisión de más de 70 estafas por un valor aproximado al millón de pesos uruguayos, en 14 departamentos (Tacuarembó, Treinta y Tres, Colonia, Canelones, Salto, San José, Rocha, Florida, Flores, Rio Negro, Montevideo, Soriano, Durazno y Maldonado).
Finalmente, la Jueza Letrada de 5to. Turno, determinó la formalización de audiencia de G.E.O.G. de 40 años, poseedor de antecedentes penales, por la presunta comisión de un delito de estafa. A su vez, condenó por un delito continuado de estafa a E.F.G.J de 28 años, a la pena de 18 meses de prisión efectiva, al tiempo que, por un delito continuado de estafa, condenó a C.D.S. de 28 años, A.L.P.S. de 37 años y R.E.R.O. de 20 años, todos domiciliados en la ciudad de Chuy, a la pena de 6 meses de arresto domiciliario nocturno (21:00 a 07:00 hs.) y 6 meses de libertad vigilada.
Además, a otras 4 personas se le suspendió el proceso en forma condicional y que quedaron emplazadas al tiempo que se les impuso medidas de presentarse en la seccional de su domicilio por 6 meses. A una de ellas, de iniciales T.P.S.E., se le impuso arresto domiciliario.
En total, esta operación tuvo como resultado la formalización de una persona, 4 suspensiones condicionales del proceso y 4 condenados, totalizando la judicialización de 9 personas por delitos de estafa.
Hoy a poco más de 18 meses, permaneciendo en el Penal de Libertad donde se encuentra desde hace alrededor de 9 años, este delincuente, volverá sentarse en Fiscalía y el Juzgado, esta vez en Mercedes, para responder por múltiples estafas ideadas por él desde su celda "oficina" que tiene en el Penal, donde llamativamente nadie se da cuenta de lo que hace este preso, con decenas y hasta cientos de llamadas y mensajes diarios engañando a comerciantes, empresarios y personas en general, contando con quienes van a levantar el producto de esas estafas a los locales de pago. Aquí debe profundizarse en la investigación en lo que ocurre dentro del centro de reclusión está muy claro, y el mensaje es muy claro para el nuevo Ministro del Interior Jorge Larrañaga y particularmente para el nuevo Director Nacional del INR Crio. Gral. (r) Luis Mendoza Novo, que apenas profundice algo en la investigación interna, verá que aquí hay cosas raras por llamarlas de alguna manera. Alguien que tiene una celda solamente para él, sin ser un delincuente de alto riesgo, sin haber cometido ningún delito grave, llama la atención por lo menos, salvo que sea utilizada como "oficina" desde donde llama a sus "estafados" sin que se escuche ningún ruido raro. De algo sí estamos seguros, que "la azada" que tanto esgrime Mendoza como herramienta símbolo para la rehabilitación de los reclusos, no parece ser la más apropiada, está más cómodo allí adentro que afuera. Esperemos que no se siga mirando para el costado, porque el daño que se ha hecho llega a mucha gente y generalmente trabajadora.
Fotografía: Wikipedia