Los sorianenses desperdigados por el mundo vienen atravesando esta pandemia del coronavirus adecuándose a esta realidad que genera desconcierto en todos los países. Federico Marotta es uno de ellos. Desde hace varios años vive en Mallorca, que si bien no es uno de los lugares más golpeados por la pandemia, la viene padeciendo con 13 personas fallecidas y casi 500 infectados.
Le pedimos algunas reflexiones sobre la realidad española, y como siempre nos devolvió un interesante panorama de lo que se vive por esas tierras europeas.
“Más que nunca debemos trabajar en equipo”
(por Federico Marotta) Cifras y noticias del coronavirus se actualizan a cada momento. España llega a los 39.673 contagiados, 2.636 fallecidos y 3.794 recuperados, números oficiales que se renuevan a las 11.30 hs. cada día. Sufre mucho más Madrid, luego Cataluña.
Escribo desde Mallorca, isla donde la situación parece más controlada sobre todo luego de cerrar aeropuerto y puerto, salvo para entrada de alimentos o productos de primera necesidad. Van 478 contagiados, 13 fallecidos y 19 recuperados. Es un porcentaje muy bajo aún.
No se estaba preparado para esta pandemia. Se recibían las noticias desde China y las medidas de prevención llegaron tarde aun sabiendo lo que había comenzado a pasar en la vecina Italia.
El miedo está instalado en la sociedad, el pánico sacó lo peor del humano en los primeros días queriendo comprarse todo en las farmacias, tiendas y supermercados olvidándose de los vecinos y de que esta situación se supera con pensamiento y accionar colectivo. Después se comenzó a dar paso a la auténtica solidaridad entre vecinos ya confinados en sus casas, prestos al auxilio e incluso a actuaciones artísticas en los balcones, prestos al aplauso en horas fijadas como tributo al personal de sanidad y también trabajadores de tiendas de alimentación, gasolineras, policías y todos quienes deben trabajar poniéndose así en primera línea de batalla.
España está atravesando sus días más críticos a la espera que el número de contagiados comience a controlarse y la curva gráfica anuncie el descenso. El confinamiento en los domicilios será largo pero llegará la normalidad. La mayoría de la población apenas sale a comprar comida o a trabajar.
Pero luego están los inconscientes. Pese al estado de alarma, de confinamiento, el Ministro del Interior dice que van 102.000 denuncias por desobediencia, conductas no solidarias, personas que no comprenden la situación demostrando la falta de razón o de accionar colectivo. Ya salió incluso la primera condena penal: cuatro meses de cárcel.
Hospitales no preparados, falta de material sanitario, personas trabajando muchas horas y el miedo siempre acechando.
Los gobiernos, nacional como autonómicos, tampoco están preparados para esto. Quienes deben estar al frente de una situación así son los profesionales de la salud. Pero están los intereses económicos y partidistas que hacen postergar decisiones o que éstas lleguen tarde.
Mallorca es una isla menor en superficie al departamento de Soriano pero tiene una población estable de más de 900.000 personas. Vivimos en ella cerca de 8.000 uruguayos habiendo un importante número de sorianenses. Al momento no sabemos de alguno que haya sido contagiado.
No hay muchas palabras más para decir pues en todos los países el tema es el mismo. Se debe aprender de las regiones que lo vienen sufriendo antes.
Cuidarse, adoptar hábitos básicos de higiene, confinarse aunque el gobierno todavía no lo pida, salir nada o lo menos posible de los hogares. La lucha es la razón y el aislamiento y comprender que un buen accionar colectivo nos sacará de la situación. Más que nunca debemos trabajar en equipo. De esa manera estaremos colaborando con las personas que están más expuestas al virus pero que deben concurrir a sus lugares de trabajo, sobre todo el personal de sanidad que también comienza a contagiarse.
La población deberá ser solidaria. Es claro que la salud está primero y es en lo que se debe pensar ahora. Lo demás, aunque pueda llamarse economía, sólo podrá recuperarse con buena salud.
Por eso de la economía escribimos después.