En su proclama del 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer la Comisión Departamental por una vida libre de violencia de género de Soriano expresó:
Conmemorando el Día Internacional de las Mujeres, La Comisión Departamental de Soriano por Una Vida Libre de Violencia de Género hacia las Mujeres, el dispositivo de Articulación territorial y el programa Impulsa de INJU invitan a renovar el compromiso de trabajar intensamente a favor de los derechos de las mujeres, su empoderamiento y la igualdad de género.
Hablamos de un presente, sin lugar a dudas más justo, sobretodo en comparación con nuestras madres y abuelas, con conquistas que valoramos y gozamos.
Pero estos logros aún no alcanzan.
No alcanzan porque mueren mujeres en manos de sus parejas o ex parejas con demasiada frecuencia, muertes marcadas por la desigualdad y la complicidad social donde se terminan “justificando” las muertes degradando y responsabilizando a la mujer.
No alcanza porque mujeres son quienes en su mayoría deben trabajar afuera y hacer frente a los cuidados familiares de hijos/as, de personas adultas y/o con discapacidad, con la carga de cumplir múltiples roles que las coloca en situación de exigencia y frustración. A eso, muchas le sumamos las voces hirientes y menospreciantes, por atrevernos a intentar cambiar los roles tradicionales que nos han asignado.
No alcanza porque aún existe la brecha salarial entre hombres y mujeres.
No alcanza porque las mujeres rurales -colectivo humano fundamental en los procesos de desarrollo- y su trabajo continúan siendo invisibilizados, al igual que mujeres afrodescendientes, trans, lesbianas, mujeres en situación de discapacidad, migrantes, adultas mayores, jóvenes y niñas; características que cuando se suman entre si, es decir la llamada interseccionalidad, aumentan más aún la situación de vulnerabilidad que vivimos.
No alcanza porque aún siendo la mitad de la población, nuestra representación es magra en los lugares de toma de decisiones.
No alcanza porque continúa existiendo un mercado de nuestros cuerpos. Cuerpos culpabilizados, vistos como objetos decorativos y sexuales, donde las expectativas que la sociedad coloca en los hombros femeninos es la de estar siempre disponibles “para los otros”.
No alcanza porque nuestras niñas y adolescentes son acosadas, abusadas y víctimas directas de la violencia intrafamiliar, y en muchas oportunidades sus cuerpos son mercantilizados sin ser conscientes como sociedad de que “el que compra” es el responsable.
No alcanza porque “envejecer” tiene un significado negativo en nuestra cultura, asociado a una serie de alteraciones y pérdidas y por ende una etapa a la que dejamos de ser importantes como mujeres, cuando en realidad esta etapa puede abrir espacios de creación antes inimaginados, si se cuenta con una mirada distinta desde la sociedad.
No alcanza porque en infinidad de ámbitos aún existe desigualdad, y por ello:
Exigimos vivir en ciudades seguras, una ciudad donde existan igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres, donde las mujeres y niñas dejemos de afrontan riesgo de acoso sexual en los hogares, en el trabajo, en la escuela, en el transporte público y en la calle.
Exigimos Instituciones amigables: donde seamos respetadas, recibamos buen trato e información de calidad, clara y confiable.
Exigimos derecho a servicios de salud gratuitos y de calidad que faciliten el cuidado integral.
Exigimos el derecho y deber de hombres y mujeres a participar con igualdad en la crianza de nuestros hijos e hijas, y a construir identidades propias más allá de las identidades de género.
Queremos Sororidad, es decir, lograr una práctica donde las mujeres nos reconozcamos entre sí, nos identifiquemos como diversas, pero también como pares, y así poder transformar nuestra realidad. La sororidad es un sentido de hermandad, de consideración y de empatía. Por este motivo, hacemos un llamado a todas nosotras a no ser cómplices de la violencia en todas sus formas, a involucrarnos y no condenar socialmente a las víctimas con las tan resonadas frases “algo habrá hecho”... lo habrá provocado”...
El movimiento de mujeres en pos de la igualdad, crece y crece, es una forma de entender y vivir la vida cotidiana, implica un proceso individual de cambio personal, de romper con la tradición de que “las cosas siempre han sido así y no las vamos a cambiar”. Te invitamos a sumarte.
Todos estos debes nos reúnen otro 8 de marzo donde nos movilizamos por todo lo alcanzado, pero sobretodo por lo que falta para lograr la igualdad que pretendemos posible. Igualdad que sólo se logrará con mujeres y varones libres de estereotipos y prejuicios machistas.
Mujer, nunca olvides lo que vales, cuidate, querete, no permitas que nada ni nadie te impida sentirte plena. No te sientas sola. TODAS hemos sido excluidas de derechos en función de ser mujeres, TODAS compartimos una historia de opresión.
“la fortaleza de las mujeres, su trabajo y sus múltiples capacidades son aún hoy, el recurso más desaprovechado de la humanidad”. Michele Bachelet. Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.
Las grandes conquistas aún no bastan, queremos a las mujeres vivas y a los varones críticos; ambos levantando banderas de libertad, justicia y equidad.