(Por Enrique Lécaille) La selección de Mercedes –flamante campeona nacional de la Organización de Fútbol del Interior- recibe por estos días el homenaje espontáneo de propios y extraños por el esfuerzo y los resultados alcanzados al cabo de cuatro meses de intensa labor.
Técnicos y jugadores disfrutan de los merecidos elogios motivados por sus lauros obtenidos dentro de un campo de fútbol. Es el momento de premiar tanta entrega.
Pero a la hora de reconocer los logros, no debemos olvidar la dedicación puesta por algunos dirigentes, integrantes de la sanidad y colaboradores cercanos que brindaron también su esfuerzo para que pudieran alcanzarse los objetivos deportivos trazados.
En ese sentido, destacamos la tarea anónima desarrollada por dos colaboradores directos que en todo momento respaldaron el trabajo de la selección: el utilero Ruben Silva y Mario Colombo.
Silva y Colombo estuvieron desde el primer día formando parte de este exitoso proceso que culminara con la conquista de la tercera Copa nacional para el fútbol de Soriano.
Silva, vinculado al Club Atlético Independiente (donde cumple una labor similar), fue el encargado de tener lista toda la indumentaria de los futbolistas, durante los entrenamientos y partidos, y de colaborar con Colombo en la misión de preparar los alimentos para todo el plantel, tanto en Mercedes como en las otras ciudades donde jugó Mercedes. Pero ante todo, Silva y Colombo fueron los primeros hinchas que tuvo la selección, los primeros en disfrutar de las victorias y los primeros en dar su voz de aliento frente a algún sinsabor, cuando las derrotas vuelven solitarios a los vestuarios.