El flagelo de la violencia doméstica y sus repercusiones en el tema de la seguridad pública tiene diversas aristas, una de ellas es la referida a la desviación de los recursos humanos y materiales que deben destinarse ante la falta de tobilleras electrónicas para cumplir con las disposiciones judiciales pya sea para custodiar y dar garantías a las víctimas, como para vigilar a los agresores, lo que en la jerga policial se le conoce comúnmente como el servicio 10-10.
Esta semana que está terminando en determinado momento se llegó a seis custodias, lo que significa en números destinar 6 funcionarios policiales por día por cada víctima o agresor -según corresponda- al ser dos por turno y con cada uno de esos pares, un móvil, es decir que debió destinarse a ello 36 policías y seis móviles, que únicamente están cumpliendo la tarea de dar garantías a las víctimas de violencia doméstica o de custodiar o vigilar a los agresores, ante la falta de tobilleras electrónicas. Y a la vez seis móviles quedan solamente destinados a estar parados frente a los domicilios de las víctimas o agresores, segun corresponda, móviles que se quitan del patrullaje de las ciudades, lo que tiene una influencia directa en el cuidado del orden y la seguridad.
En cifras, para tener una idea esos 36 funcionarios significan el 105 de la totalidad del personal (incluyendo el ejecutivo y el administrativo) que dispone la Jefatura de Policía de Soriano, es una cantidad superior al personal que disponen las principales comisarías de Mercedes, para tener una idea.
Esa cantidad se redujo por estas horas de 36 funcionarios a 30 y de seis móviles a cinco, porque una de las víctimas a través de su abogado renunció a su custodia, pero igual sigue siendo muy alto la disponibilidad de personal y móviles que se realiza a este flagelo distrayendo de la seguridad pública, por la falta de los medios que deben contarse de acuerdo a la ley aprobada en su momento y que no fuera dotada del presupuesto necesario.