Este sábado 1 de febrero 2020, querido Enzo estarías cumpliendo 30 años, sin embargo aquel fatídico 8 de noviembre 2008 un siniestro de tránsito tronchó tu vida y contigo se fue una parte importante de cada una de nuestras vidas y de expectativas cifradas que como padres teníamos en tí amado hijo.
Este sábado, como lo hacemos siempre iremos a tu última morada para acompañarte, aun sabiendo que seguramente tu alma inquieta, generosa, carismática a la hora de rodearse de compañeros y amigos, anda vaya a saber por donde, transitando libremente, esa sigue intacta y perdura en el tiempo en todos nosotros como en tantos gurises de aquellos momentos que hoy te recuerdan como te fuiste. Como aquel gurí alegre, rebelde en el buen sentido de la palabra, inquieto, pero a la vez cariñoso como hijo y como hermano con las más pequeñas y admirador de los más grandes. Para nosotros ha sido, es y seguirá siendo muy difícil poder sobrellevar tu ausencia física, porque en nuestros corazones y en todo lo que emprendemos allí, siempre estás, y seguirás siendo motor de nuestras vidas junto a tus hermanos. Pero hay un vacío que no se podrá llenar nunca, porque cada ser es único. En este día tan especial para tí querido hijo, para todos los que quedamos por acá, que te añoramos como el primer día, deseamos que puedas estar disfrutando a pleno de estos 30 años desde que alumbraste y llenaste de gozo nuestras vidas. Te amamos y te amaremos, ¡por siempre querido hijo!
Mamá María, Papá Hugo y hermanos.