(por Aldo Roque Difilippo) ¿Qué lleva a que un individuo centrado, sereno, aplomado, tome una bandera, un tambor o cualquier elemento para hacer ruido y exprese su algarabía? ¿Qué motiva que señoras de diferentes edades griten a voz en cuello por el triunfo de un equipo de fútbol? ¿Por qué motivo la obtención de un campeonato concita el interés de tanta gente? Son preguntas que seguramente no podamos responder.
El domingo un número importante de mercedarios de todos los sectores sociales, se volcaron a la calle para recibir al seleccionado de fútbol que en la noche del sábado obtuvo el campeonato del interior. Más allá de la crónica deportiva, más allá del análisis que pudiera realizarse, está el fenómeno social que significó el triunfo de la selección de Soriano. En todos los barrios mercedarios, incluido el centro, más austero en sus manifestaciones públicas y menos proclive a los eventos de masa, salieron vecinas y vecinos, niños y niñas que seguramente han concurrido poco y quizá nunca a una cancha de fútbol.
Si todos los que salieron a la calle a saludar a la selección concurrieran los sábados y domingos a las canchas mercedarias la realidad económica del fútbol sería otra. Si todos los que revoleaban una bandera o una camiseta participaran de alguna forma en el club de sus amores, la realidad deportiva y económica de las instituciones sería seguramente otra.
El fútbol en Uruguay genera una extraña reacción. Basta recordar las manifestaciones de euforia que despertó el cuarto puerto conquistado por la Selección uruguaya en el Mundial de Sudáfrica. Pero más allá de eso, muchos de los jóvenes que revolearon banderas y expresaron su euforia seguramente vieron un partido de fútbol disputado por la selección uruguaya, aunque más no sea por la televisión. Pero cuántos de los que aplaudieron el paso de la selección de Soriano han concurrido al Estadio Koster a presenciar uno de los partidos de fútbol. ¿Cuántos conocen el nombre de los integrantes del equipo? ¿Cuántos escuchan las trasmisiones radiales, leen las crónicas periodísticas, o conocen los pormenores y las alternativas que llevaron a la selección a conquistar el campeonato del interior?
Pero lejos de la crítica, lejos de aportar aspectos negativos a este festejo popular, es bueno ver a personas de diferentes sectores sociales, de diferentes afinidades políticas y hasta deportivas, unidas en un festejo.