Se analizaron las distintas problemáticas de una realidad compleja, que exhibe la vulneración de derechos de manera permanente, y oculta una de las peores caras de la sociedad vinculadas a la explotación sexual del ser humano por razones económicas y de abuso de poder. Las amenazas, extorsiones y la violencia directa, son moneda corriente. El trabajo en condiciones extremas, donde la propia supervivencia está en riesgo.
Según explicó la activista Karina Núñez, fundadora y presidenta de la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), el segundo seminario fue posible gracias a la colaboración de distintos organismos y organizaciones que brindaron los elementos logísticos y materiales indispensables para cubrir los traslados de las participantes desde el interior a Montevideo y los restantes elementos necesarios para desarrollar un encuentro de estas características.
Núñez agradeció especialmente a Inmujeres, al Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, el Departamento de Jóvenes de la central sindical, el Sunca "y mucha gente más" que hizo posible dicho encuentro.
"Analizamos las problemáticas que afectan directamente a las trabajadoras de los departamentos fronterizos, en donde las redes de explotación actúan con mayor facilidad" explicó. "Son lugares que terminan siendo exportadores de mujeres para ser explotadas sexualmente a través de las redes de tráfico de personas", denunció.
Núñez también explicó que las trabajadoras en Montevideo tienen más posibilidades de acceder a la información de sus propios derechos, en comparación con las trabajadoras sexuales del interior. "En el interior se vulneran más los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras, no solamente en el trabajo sexual, y está muchísimo más naturalizado que eso es lo que complica que se puedan activar los mecanismos rápidos de respuesta para actuar desde la institucionalidad".
De las veinte participantes del segundo seminario, solo tres habían estado en el primero que contó con cuarenta concurrentes. "La mayoría de las que estuvieron en aquel seminario inicial no volvieron y ahora tuvimos casi todas nuevas, que nunca habían participado de instancias en las que se hablara de sus derechos". Según Núñez, una de las posibles explicaciones se debe a que falta de fortalecimiento en los contextos en los que viven en el interior del país.
Expectativa y realidad
Uno de los panelistas, Pablo García, integrante de la Dirección Nacional de la Policía Científica, donde se desarrolla el Registro Nacional del Trabajo Sexual. Según los datos que aportó García, solamente cinco trabajadoras -todas ellas extranjeras- se inscribieron en el registro, cuando las cifras oficiales de los registros de ASSE, revelan que en 2018 hubo 720 trabajadoras sexuales en actividad en las 58 policlínicas que tiene el organismo en todo el Uruguay . "De las 720 que sacaron la libreta en ASSE solo 5 se inscribieron en el registro del Ministerio del Interior o sea que 715 personas están ejerciendo el oficio de manera ilegal", remarcó. "Es brutal porque están trabajando de manera clandestina". Para la presidenta de Otras, una posible explicación refiera a que hay quienes pueden considerar que el trámite es "invasivo".
La posibilidad de encuentro, de diálogo, abordaje de las distintas problemáticas, son algunas de las razones por las que Otras entiende que hay que insistir con este tipo de seminarios. "Cueste lo que cuete, vamos a insistir, las trabajadoras sexuales tienen que entender que nos tenemos que juntar, que juntas podemos defender nuestros derechos, que solas están expuestas a peores cosas, a lo peor".
(*) fuente https://www.pitcnt.uy/