En un improvisado escenario sobre la caja de una camioneta, ubicada frente a la plaza de deportes del barrio Artigas de Mercedes, el candidato a la Presidencia de la República Daniel Martínez, se dirigió a los presentes en el marco de la gira denominada "voto a voto", de cara a la segunda vuelta de las Elecciones Nacionales que determinarán quien será el próximo Presidente de los uruguayos, el domingo 24 de noviembre.
Comenzó señalando que más allá de sectores políticos "también se vota a la persona, al ser humano, la confianza que hay, en que pueda liderar un proyecto, porque se trata también de la experiencia, de la cercanía y de lo que cada uno haya hecho en su historia por trabajar por y para la gente, y porque se trata también que un Presidente debe ser un líder y no solo un líder político, si no un líder que logre tener la sensibilidad humana para conocer los problemas de la gente".
Por eso hizo referencia "en la gestión que he hecho me he basado en gente que tenga coherencia con ese sueño de un Uruguay de riqueza, porque lo digo mil veces, la pobreza no hay que distribuirla, hay que distribuir la riqueza, por lo tanto hay que generar riqueza, pero que sea con redistribución, buscando siempre igualar las oportunidades, hacer que la gente pueda construir sus sueños, independientemente de donde nazca. Es el camino manifiesto que debe tener el Uruguay, no volver a épocas donde la economía crecía, pero no crecía la igualdad de posibilidades para todos y todas".
Para hacer eso, añadió Martínez, "hay que ver como se hace, no soy de los que creo que solamente con acuerdos políticos se logre. En la Intendencia de Montevideo buscamos entre todos formar un equipo que juntó gente experiente con gente joven y con paridad, con muchas mujeres, para hacer un equipo que estuviera todo comprometido, con una gestión que fuera en función de la gente. Y por eso no compartimos acuerdos políticos en donde ni siquiera se soportan unos a otros y no tienen ni siquiera capacidad de sacarse una foto juntos".
En esa cuestionó "todos los días leemos miembros de este supuesto acuerdo, no sé como llamarlo, porque no llega a ser coalición, inclusive porque los estatutos de algún partido para que fuera coalición debería tener dos tercios de la convención, pero que se arreglen ellos, los problemas internos son de ellos, pero todos los días escuchamos algún miembro que pregunta quienes somos los leprosos o hay que ver hasta cuando llega esta coalición, como también dijo ayer un líder de estos partidos. La verdad es que primero no creemos en los acuerdos de cúpulas. El acuerdo debe ser del pueblo, con la gente, con el compromiso de todas y de todos, claro que queremos gobernar generando los máximos consensos, pero lo vuelvo a decir, los partidos deben ser instrumentos, no tienen que ser fines y muchas vecs uno ve que en la política los partidos terminan siendo el objetivo, porque es donde quedan sus miembros y sus militantes y si la política es una forma de tener una carrera para vivir en la vida, no sirve hacer política de esa forma, tenemos que hacer acuerdos con la gente, donde la gente sea la protagonista, donde conozcamos la realidad de los problemas".
Por eso, indicó Martínez, "para nosotros es tan importante en cada recorrida, ustedes lo saben bien, o muchos de ustedes lo saben, hemos recorrido el país y los barrios de las ciudades, particularmente de Montevideo, durante los cinco años, cuando fuimos senador, ministro, y ahora cuando fuimos Intendente que nos tuvimos que concentrar en Montevideo, porque no creemos en los acuerdos hechos a nivel de cúpulas.
La democracia debe ser un pacto de gobernantes con el pueblo, un pacto de ética, de delinear cuales son las verdaderas líneas que nos permiten avanzar y cuando algo no se puede, decirlo de frente mirando a los ojos, explicando el por qué no".
También hizo mención a que "debe tenerse la grandeza de la humildad, el Frente Amplio, nadie puede discutir, por más que alguno diga que está todo espantoso, todos los días, hace 15 años que parece que estuviera todo espantoso, y todos sabemos que no está todo perfecto, que no, pero vivimos otro Uruguay.
Este país ha cambiado, tal vez algunos poderosos, a quienes lo representan les parezca mal, porque ellos concentraban la inmensa mayoría de la riqueza que Uruguay generaba, hoy la riqueza se distribuye mucho mejor, que hace 15 años, claro que a esos les molesta, eso no es justo, eso no es gobernar para todos y todas. Que se miren el alma, que recorran los barrios, las realidades, que le pregunten a los 90.000 uruguayos que hoy ven gracias a un plan que les permitió su operación en el Hospital de Ojos, que le pregunten a los 2.500.000 de uruguayos que hoy tienen cobertura de FONASA y antes eran sólo 700.000, que le pregunten a todos aquellos que tenían condiciones laborales absolutamente indignas como el peón rural por mencionar las más vergonzantes, que tanto criticaron quienes dicen hablar en nombre de todos los uruguayos, como es la posibilidad de negociar su salario, de tener licencia, aguinaldo, a las empresas domésticas, que le pregunten a los botijas de pequeños pueblos de la República que terminan en Estados Unidos compitiendo por Robótica o por Ciencias, cuando hace 15 años esos gurises ni soñaban con tener una computadora o lo mismo las personas mayores con el Plan Ibirapitá.
Claro que ha cambiado este país".
Seguidamente Martínez se preguntó "¿se ha hecho todo bien? No, le tengo pánico a la soberbia, cuando uno cada vez asciende una escalera, lo que puede ser el llamado del poder hay mucha gente que se puede confundir y cuidado, nunca perdamos la humildad, es el principal consejero, para quienes tenemos corazón y para quienes tenemos sensibilidad de izquierda, nunca la soberbia.
En mi experiencia personal, ¿saben cuál es la mejor forma de bajar el copete? ¿Cuál es la mejor forma de mantener la humildad y recibir críticas y el abrazo fraterno?, es estar con la gente, escucharla, es haber tenido una vida que ha sido de laburo, de contacto con la realidad, que desde los 18 años he estado en Caja porque trabajamos toda nuestra vida, nunca vivimos de papá y mamá.
Mi vieja murió rezando por mí porque decía que como yo era de izquierda, iba a ir al infierno, divina, lo hacía por amor, lo digo con cariño, con emoción, había sido educada así, ser de izquierda era ser hijo del demonio. Todos los días rezaba porque me quería y lo hacía para salvar a su hijito querido, pero a los 16 años decidí que iba a ser independiente, que quería consturir una vida diferente. Uno sabe lo que es pelear por la vida, me recibí con 24 años, laburando y ya con dos hijos, que nunca te hayan puesto alfombra roja y que tus amihgos no solamente sean los que tuve en mi infancia, que siguen siendo mis amigos y nunca les faltó nada como no me faltó a mi, pero sin embargo supe construir un camino junto a la gente. Estas recetas no se venden en ningún shopping son experiencias de vida que me permiten decir que acá hay un compañero y un sector político con sensibilidad humana que sabe y entiende lo que la gente siente y está orgulloso de los avances y que se compromete a superar lo que todadía no se ha alcanzado, inclusive corregir los errores, con esa sensibilidad, con ese corazón, hoy se trata de golpear las puertas de los que no nos votaron, no para decirle "te equivocaste", porque por algo no nos votaron, tratar de ver que hicimos mal nosotros, pero invitarlos al desafío de tener gobierno con sensibilidad humana que piense en la gente, que entienda y que comprenda, cuales son los caminos y las realidades. Mi promesa que voy a seguir gobernando acercándome a la gente, se que ser Presidente te pone un montón de barreras, pero el día que no puede recibir el abrazo de las uruguayas y los uruguayos dejo de ser Daniel Martínez".