Quiero referirme a un tema que lamentablemente es de mucha actualidad, por su constante reiteración y que hoy nos toca nuevamente de cerca.
El hecho que involucra a un profesional de la ciudad de Cardona, ha movido al repudio general, pero también conlleva un dejo de impotencia, cada vez más grande. Lo mismo que un caso de esta ciudad vinculado al marido de una jueza. No importa de quién estemos hablando, lo que interesa es que estos sucesos despreciables casi que son cotidianos y nos producen mucho rechazo.
Nos estamos refiriendo a los actos de violación, que en muchos casos derivan en hechos más graves, como el femicidio, el homicidio y el suicidio.
Los violadores son y como tales debieran ser juzgados, elementos despreciables que contaminan la base misma de cualquier sociedad.
Decimos elementos porque ni siquiera pueden ser considerados personas, con una actitud salvaje y animal.
En el mismo rango o peor aún, se encuentran aquellos que practican otro salvajismo, como lo es el abuso sexual con menores de edad, conocidos como pedófilos, pero que para nosotros son macabros abusadores, porque la pedofilia es una enfermedad y estos sujetos son mucho más que enfermos.
Son muy conscientes de sus actos y se manejan con total desparpajo, constituyéndose específicamente en depravados.
No somos especialistas en leyes, pero se nos ocurre que debiera aplicarse el sentido común y generar penas más contundentes para erradicar definitivamente de nuestra sociedad a esta clase de individuos, que con su accionar animal y desprejuiciado hieren la sensibilidad humana y ofenden hasta los propios animales.
Cada día estoy más seguro que vamos a terminar en pena de muerte o castraciones, ya que estos abusadores arruinan la vida de los menores y sus familias, necesitamos que la ley sea más dura y que esta gente sufra y pague el daño causado. Que los legisladores se dejen de miedo y de medias tintas, porque en esta sociedad se protege más a los depravados y a los sinvergüenzas. Y estoy seguro que este no es solo mi pensamiento sino el pensamiento de muchos.
No podemos tolerar que esto siga repitiéndose casi impunemente, y por tanto, violadores en general y abusadores de menores debieran ser literalmente eliminados en forma definitiva, de nuestras comunidades.
Estamos seguros que existen medios para hacerlo y deberán ser encontrados y aplicados por la vía legal correspondiente.
Que mis palabras pasen a la Suprema Corte de Justicia, al Instituto de Derechos Humanos, al senador Besozzi y a los Diputados Malán y Novales, por ser nuestros representantes parlamentarios, responsables del dictado de las leyes.
Por otra parte quisiera hacer referencia a un hecho ocurrido días pasados en la Unidad 24 del INR, en el cual hubieron muchas irregularidades.
Como deben haber escuchado en los medios, hubo una fuga de la de la Unidad 24 de Pense.
Hablar de casos de fuga en los lugares penitenciarios no es algo inusual o novedoso, pero cuando hablamos de un caso donde se dio a conocer la situación de fuga siete horas más tarde aproximadamente y lo más increíble es que se enteraron por otro recluso que fue a informar de la situación con intención de obtener algún beneficio a cambio de hablar.
Importante informar que el recluso fugado cumplía su primer mes en Pense, debiendo cumplir una condena de 7 años y 6 meses de penitenciaría de prisión efectiva.
Al parecer el recluso escapa a la 3.30 de la madrugada quedando registrado todo en las cámaras de seguridad, entre las 7 y 8 de la mañana se realiza el recuento de los reclusos en la Unidad debiendo ser el mismo celda por celda. Y fue a las 10 y media de la mañana que el otro recluso informa de su compañero fugado.
También se supo que el viernes anterior quiso visitarlo una joven diciendo ser su novia, la cual no ingresó por no figurar en la lista. La misma joven que se encontraba con él en Cardona cuando fue identificada por la policía como la hija de uno de los delincuentes que se conocen como pesados en nuestro país, que fue apresado en Argentina recientemente por haberse fugado del Comcar hace años.
Ahora sí, sintiendo como se sienten quienes estamos del otro lado, quienes estamos vulnerables ante tantos hechos que nos ponen en riesgo y que a veces sólo deseamos que se haga justicia.. pero justicia para qué? Si después pasan estas cosas que echan todo a perder. Qué pasa con las autoridades policiales que no controlan lo que tienen que controlar?. No estamos hablando de ningún recluso principiante.
Los reclusos son los que tienen el mando de las cárceles, hacen y deshacen y compran a quienes quieren.
Y el mayor responsable de todo esta corrupción es el Ministro Bonomi, el que mató por la espalda a un policía. ¿Qué podemos esperar de todos estos jerarcas?
Quisiera que mis palabras pasen al Ministro Bonomi, a la Unidad Nº24 de INR, y a donde Usted crea pertinente Sra. Presidente.