Las lamentables y dolorosas historias que el seguir los casos judiciales -siendo prácticamente los únicos como medio periodìstico que asistimos- nos permite conocer el concurrir a las audiencias, una vez más golpea el alma, por las víctimas que en algunos casos aun no tienen la capacidad de raciocinio necesaria para decidir por sí y sobre sí, ni qué hablar de la cantidad de niños y niñas que desde hace varios años, cuando se les pregunte donde naciste tengan que aceptar que nacieron en la cárcel, es decir que nacieron, vinieron a la vida presas, sus propias madres las concibieron allí, en esa condición. Felizmente en la Unidad 24, hace pocos días se inició un proyecto que atiende a pequeños hijos e hijas que están con sus mamás, alojadas en el pabellón femenino, pero es solo un alivio a una durísima realidad.
Desde este viernes regresa, entre otras, una hermosa nena de 2 años, hija de Sabrina, quien en mayo salió en libertad, que había estado presa 3 años y 6 meses y durante ese lapso concibió y tuvo estando tras las rejas a esta hija, mientras cumplía pena por delito vinculado a la negociación de estupefacientes. Durante ese tiempo se logró convencer a la Fiscal para que le dieran salida transitoria para estudiar auxiliar de enfermería y así fue avanzando en esa materia.
Este viernes, cuando el Dr. Alejandro Leiva, Juez subrogante que dirigía la audiencia le consultó sobre ocupación, mientras era juzgada nuevamente por negociación continuada de pasta base, ella señaló, "estudio auxiliar de enfermería".
Sabrina de tan solo 33 años, es madre de seis hijos, algunos de ellos estaban fuera del Juzgado esperando para saludarla, por lo menos la mayor, para darle algo de ropa y alguna frazada para llevar a la cárcel, junto con la nena de 2 años.
Que jodida es la vida, y eso que no hemos escrito nada todavía respecto de los gurises y gurisas, seguramente algunos de la edad de los de Sabrina, que con lo que ella les vende, les va comiendo el cerebro y quizás un día, dentro de algunos años, si llega a terminar los estudios y consigue trabajo, los vea ingresar al hospital y al atenderlos recuerde que ella también ayudó para que esa piltrafa humana que está observando en ese momento, se vea como se ve. Uff que jodida y dura es la vida, pero cuánto nos enseña si queremos cambiar, eso, si queremos cambiar.