(por Emilio Hourcade Leguísamo). Al finalizar el artículo anterior, hacíamos mención al proyecto que confeccionó el Arquitecto Luis Zerbino, consistente en la “Memoria Descriptiva” y el “Pliego de condiciones para la construcción de la Verja Rosarium en la rambla de la ciudad de Mercedes” (Folios 172 a 179 Copiador Notas 1917), habiendo reproducido la “Memoria Descriptiva”.
En complemento de lo anterior, transcribimos a continuación el “Pliego de Condiciones”:
Art. 1 – Esta obra comprenderá la construcción de cuatro frentes, tres entradas principales con sus portones de hierro y cerca de tejido metálico en la manzana situada en la rambla entre las calles Colón y Artigas, tal como lo señalan los planos adjuntos.
Art. 2 – La madera a emplearse será de buena calidad, de la clase llamada dura y de una misma especie de árbol para todas las partes.
Art. 3 – Los pies derechos se enterrarán por lo menos un metro, aquellos de escuadría de 0,10 x 0,10 o mayor y ochenta centímetros los de menor escuadría.
Art. 4 – El cerco de tejido metálico será del tipo y tamaño cuya muestra estará en esta Intendencia a disposición de los interesados y el tejido de alambre en los frentes posteriores tendrán una malla no mayor de tres pie por lado.
Art. 5 – Los portones de las entradas se ejecutarán de acuerdo con el plano, de fierro y tejido metálico. Los detalles constructivos y artísticos serán suministrados por la Inspección Técnica y el contratista deberá sujetarse estrictamente a ellos.
Art. 6 – El contratista se obligará a ejecutar el trabajo indicado en una de las piezas o detalles, aunque haya sido omitido en los otros.
Art. 7 – La Inspección Técnica al procederse al trabajo dará las líneas y niveles correspondientes, examinará los materiales, verificará el replanteo de la obra que estará a cargo del contratista, y dará las indicaciones necesarias para la mejor ejecución de la obra.
Art. 8 – El contratista se obligará a terminar la obra en el plazo de noventa días a contar del momento de la aceptación de la propuesta, y en el caso de demora no justificada por causa de fuerza mayor, deberá abonar diez pesos por día que hará efectivo en esta Intendencia.
Art. 9 – Cada proponente a la licitación deberá depositar en la Tesorería de la Intendencia Municipal, como garantía de su propuesta y antes de presentar ésta, la suma de doscientos pesos o garantía personal a satisfacción de esta Intendencia.
Art. 10 – El pago de las obras se hará por tercera parte del total de la propuesta por cada tercera parte del total de obra hecha, a juicio después de verificación de las dos primeras cuotas y después de la recepción de la obra por la Inspección Técnica.
Art. 11 – Este pago estará sujeto al descuento del 1 % de Tesorería.
Haciendo un alto en este proyecto y teniendo en cuenta lo mencionado en la Memoria Descriptiva, publicada en el capítulo anterior, debemos indicar que inicialmente la “Verja Rosarium” contaba con aberturas elípticas hacia Avenida Asencio y Rambla, mientras que hacia calles Artigas y Colón presentaba aberturas circulares, características que son ilustradas en las fotos que publicamos.
Estas figuras se han perdido seguramente en alguna de las tantas obras de “refacción y mantenimiento” que se han realizado a través de los años, cambiando las figuras elípticas o circulares por ángulos rectos.
Volviendo al proyecto, el mismo es llevado a consideración de la Junta Económico Administrativa del Departamento de Soriano, y según lo establecido en el Libro de Actas de dicho organismo, y más precisamente en el Acta Nº 28, de fecha 10/07/1917, una vez expuesto y defendido el proyecto por parte del Intendente Luis Alberto Zanzi, y luego de un prolongado debate, se llevó a votación de los Ediles con el siguiente resultado: “los Sres. Rogelio Dufour, Héctor Scavino y José B. Eroza, votaron por la aceptación del proyecto que se llevaría a la práctica en el terreno de la Rambla, cantero comprendido entre las calles Colón y Artigas. Los Sres. Braulio Berea y Luis Piñeyrúa por la aceptación del proyecto, discrepando en lo referente a la ubicación que se daría a la plaza, y el señor D. Viera se manifestó contra la aceptación del proyecto y construcción de la predicha obra, por considerar que dado el estado de sus finanzas la Junta no está en condiciones de hacer gastos superfluos”.
En vista de esta votación, la Junta resolvió por mayoría: “Aprobar en todas sus partes el proyecto de que instruyen dichos obrados, sobre construcción de una Plaza de Ejercicios Físicos en el cantero de la rambla de esta ciudad, comprendido entre la avenida Asencio y las calles Colón y Artigas, cuya carga se imputará a la parte que aun queda disponible en la “Cuenta de Empréstito”, en virtud de que de rentas municipales se pagaron deudas que debieron su cancelación con dicho empréstito, por valor de cinco mil ciento diez y seis pesos con ocho centésimos y vuelvan a la Intendencia a fin de que proceda al llamado de licitación correspondiente para la realización de dicha obra”.
La prensa local, refleja en sus páginas este suceso tiñendo sus artículos con los colores partidarios, tal como lo vemos en el diario “El Progreso” (identificado con el Partido Nacional) de fecha 11/07/1917: “se resolvió aprobar una moción por la cual se destina a plaza de ejercicios físicos el cantero donde existe con carácter precario el kiosco que mandó construir el señor Fanor Rivarola para Biógrafo y que funcionó con tal “mala suerte” que hubo que abandonarlo”.
(Tema éste que abordamos en los capítulos anteriores)
Continúa diciendo: “La moción esa, idea del imponderable Intendente (con permiso de nuestro colega “El Día”), el funcionario de las ideas avanzadas, sobre todo de la “Monomanía” de formar hombres hercúleos por aquello de que “a la fuerza no hay quien se resista”, dio motivo a una acalorada discusión, triunfando al fin la “mayoría” engrosada anoche con la presencia del edil (José) Eroza que se presentó como “conminado”. Eroza que hacía tiempo brillaba por su ausencia de las sesiones.
Oh! Poder incontrastable de las mayorías!”
Pero no quedaría acá la crítica ácida de “El Progreso” a la obra planeada por el Intendente Luis A. Zanzi. Sabido es que la nueva Plaza de Deportes llevaba consigo la construcción de un cerco con las características pérgolas que aun hoy podemos apreciar, y las mismas seguramente eran del gusto del Intendente Zanzi, quien en aquellos años las había hecho construir en la entrada de la Intendencia (antiguo edificio que había sido sede del “Hotel Navarro” y que posteriormente fuera derrumbado, construyéndose en su lugar la casa de familia ubicada en la esquina Oeste de calles Colón y Avenida Asencio).
Pues bien, esas pérgolas, dieron que hablar a los mercedarios de aquellos años y nuevamente extraemos del diario “El Progreso” de fecha 24/07/1917 el siguiente artículo: “La mayoría de nuestros lectores conocen ya la famosa pérgola que el actual Intendente Municipal tuvo la peregrina ocurrencia de hacer colocar frente a la puerta principal del edificio que ocupa la Intendencia, con el propósito de llamar la atención de los habitantes todos de esta ciudad que no conocíamos ni de nombre ese “artefacto”.
“Y causó asombro, en efecto, el “armatoste” y por varios días aquel paraje fue una romería, pues no quedó una sola persona sin ir a ver la pérgola, creyendo algunos que el invento era exclusivamente de don Luis Albero (Zanzi), pero como nunca faltan descontentos, comenzaron las críticas, llegando a calificar de “mamarracho” la “aristocrática enramada” del Intendente por lo que éste, “visiblemente” contrariado pidió al constructor de las pérgolas que no hiciera las demás que había pensado colocar por otros puntos”.
“Pero como el Intendente es más porfiado que vasco, esta es la hora que vuelven a preocuparlo las pérgolas y cree haber encontrado el sitio aparente donde colocarlas, la nueva plaza de ejercicios físicos que se formará en el cantero de la rambla entre las calles Colón y Artigas; las nuevas pérgolas serán más artísticas y lucirán enredaderas exóticas y debajo del “artesonado” (si se nos permite la palabra) se colocarán cómodos sillones por el estilo de los existentes en la Plaza Independencia”.
La obra en definitiva da comienzo. Se demuele el kiosco que existía en ese paraje (ideado por Fanor Rivarola, continuado por Oreste Costa y finalmente de propiedad de González y Bellini, como vimos en los capítulos anteriores) y el 22/10/1917 se inician los trabajos de colocación de la “Verja Rosarium”, siendo encargado de dicha obra el Sr. Pedro Broggi, ganador de la licitación efectuada por la Intendencia.
Para el 29/10/1917, ante la solicitud del contratista de cobrar la primera cuota de la obra y según costa en el Parte 218 – Folio 342 del Libro Copiador de Nota de la Intendencia) se informa que: “La madera que demanda la obra ha sido depositada, luego trabajada en cantidad que excede para encontrarse en condiciones de satisfacer la primera cuota, aparte del trabajo del alzado de uno de sus frentes que habilitan más que suficientemente para acordar la solicitud del contratista”.
Sobre la madera utilizada para la construcción del cerco de la Plaza de Deportes, siempre se ha mencionado que la misma procede de una embarcación que se llamaba “Cabo Blanco” y que luego de quedar encallada en la costa de Mercedes luego de una inundación, la misma habría sido deshuesada y su madera utilizada en la obra que venimos tratando. En base a esta afirmación, hemos intentando obtener el dato fidedigno que confirme dicha afirmación, pero lamentablemente no lo hemos conseguido, pudiendo si determinar que como vimos en el parte anterior, la madera utilizada no fue suministrada por la Intendencia, sino que fue puesta por el contratista.
En cuanto a la barca “Cabo Blanco”, si podemos afirmar al menos que realmente existió, siendo la misma propiedad de los señores Bozzo Hnos. y Zunino, quienes la adquirieron en Buenos Aires a mediados de 1911, contando con un porte de 800 toneladas. En un artículo publicado por el diario “El Día” de fecha 14/09/1911, hacen mención a que había sido remolcada hasta el paso de “Barrientos” (15 km. río Negro abajo de Mercedes) indicando además que: “Este buque será convenientemente aparejado y destinado al transporte de lana entre nuestro puerto y el de Buenos Aires.
El remolque fue hecho por el vapor “Orden” de la Navegación Interior que viene haciendo estos servicios que hasta la fecha se carecían en nuestro puerto debido a la falta de elemento.”
Tomando en cuenta la fecha de llegada de esta embarcación a nuestra ciudad (1911) y la supuesta utilización de su madera para la construcción de la “Verja Rosarium” (1917) a raíz de que la nave habría quedado varada en la costa de Mercedes luego de una inundación, podemos mencionar que la inundación más importante que se produjo entre esas dos fechas corresponde a Mayo de 1912, pero no hemos podido encontrar ningún elemento que nos permita afirmar fehacientemente que dicha embarcación haya varado, como tampoco que su madera fue la utilizada en la construcción del cerco de la Plaza de Deportes.
Con respecto a los dueños de la barca “Cabo Blanco”, Sres. Bozzo Hermanos y Zunino, solicitaron en el año 1913 (Exp. Nº 188/1913 I.M.Soriano) se les concediera permiso para construir un pequeño muelle para la descarga de arena en la margen del río Negro entre las calles Ituzaingó y Dolores (hoy Manuel Oribe), que les permitiera suministrar arena a la empresa del adoquinado que venía trabajando en Mercedes.
La Junta E. Administrativa acordó en fecha 09/07/1913: “Con carácter precario y sujeto a las cargas y responsabilidades consiguientes, concédase el permiso solicitado”.
Volviendo a la Plaza de Deportes, recordemos que en el artículo anterior, el Intendente Zanzi había solicitado al Director de Parques y Jardines de Montevideo, en fecha 19/05/1917, el envío de “500 podas de rosas trepadoras para hacer una verja”, las cuales, según oficio Nº 1360/1917, fechado en Montevideo el 24/07/1917 son remitidas a nuestra ciudad para la conformación del planeado rosedal.