Tierra de jóvenes es una experiencia piloto para que grupos de jóvenes, de al menos tres personas que tengan entre 18 y 29 años accedan a la tierra con apoyo para capitalización, inversiones y asesoramiento técnico.
Los grupos deben presentar la documentación que está en los requisitos de inscripción y un plan de trabajo para la fracción a la que quieren acceder. Se valorará la producción intensiva con manejo agroecológico.
El llamado refiere a la fracción Nº 2 de la Colonia Juan M. Laguna, que tiene 29 ha y se encuentra a 7 km de la Ciudad de Canelones. Y a la fracción Nº 7 del inmueble 560, de 23 ha, que está ubicada sobre la Ruta 12, a la altura de Villa del Rosario, en el departamento de Lavalleja.
El director de Desarrollo Rural, José Olascuaga, señaló que esta iniciativa obedece al abordaje de desarrollo que desde la DGDR se intenta llevar adelante: “Para nosotros el desarrollo es la generación de oportunidades para mejorar la calidad de vida de toda la gente que vive en el campo”. Olascuaga dijo que el sector de la juventud rural “requiere una atención especial, requiere políticas diferenciadas”. “Trabajando en conjunto, escuchando la demanda de los jóvenes del medio rural y a través de la REAF y de las Mesas de Desarrollo Rural y con Colonización y el INJU sacamos esta iniciativa que apunta a ser un primer paso, a romper una inercia”, agregó. Informó que la DGDR va a acompañar este proceso con financiamiento para que los grupos que se instalen en estas fracciones tengan asistencia técnica y acceso a posibilidades de invertir en equipamiento e infraestructura. Esto dependerá de cada propuesta. Los proyectos tendrán que ser de producción intensiva, por las superficies que se manejan, y además de carácter asociativo. Una vez que se adjudique la tierra a los grupos de jóvenes, continuará el trabajo en conjunto entre las tres instituciones, de manera que “la oportunidad se cristalice”, concluyó Olascuaga.
“Esto es un logro”
Germán Búrguez, integrante de Comisión de Juventud de la Reunión Especializada de la Agricultura Familiar (REAF), delegado de la Mesa de Desarrollo Rural de Cardona, sostiene que “la problemática del acceso a la tierra por parte de los jóvenes viene desde hace mucho tiempo. Siempre estamos luchando porque se le dé el espacio a jóvenes para que puedan acceder a tierra; casi siempre luchamos por la tierra individual, para que el joven pueda acceder a su predio y pueda tener un arraigo a la tierra”, señala. Reconoce que este llamado es importante, que genera asociativismo: “lo vemos bien porque son las dos primeras propuestas que lanza el Instituto y es favorable; pero vemos que los jóvenes que accedan van a ser del Sur. No es lo mismo los jóvenes del centro o del Norte del país, que no van a venirse a vivir al Sur a trabajar ese predio”, sostiene. Germán reconoce que los apoyos para asistencia técnica y capacitación “siempre vienen bien, y más si son grupos de jóvenes que recién se están iniciando”. El joven sostiene que “el Estudio de Acceso a la tierra que se realizó desde la REAF arrojó que no hay políticas públicas para que los jóvenes podamos acceder a tierra o a crédito... entonces esperemos que esto que se está lanzando pueda seguir adelante a nivel nacional y que se puedan crear políticas públicas específicamente para los jóvenes para tener más oportunidad de acceder a la tierra, tener asesoría y crédito”. El espacio de Comisión de Juventud de la REAF “ha servido porque la REAF es una de las luchadoras firmes de esto. Desde que se creó la comisión se ha luchado por el acceso a la tierra”. Germán también resaltó que el Encuentro Nacional de Juventudes Rurales que se realizó el 27 de agosto de 2018 “dio muchísimo interés, tanto en lo político como en lo social, para que se logre hoy en día esto. Creo que vamos por buen camino y se nota que lo que está haciendo, la Comisión lo está haciendo muy bien, porque esto es un logro”, concluyó.
Los jóvenes y el acceso a la tierra
Aldea Avatí es una cooperativa social integrada por cinco jóvenes que acceden a tierras de Colonización en el año 2014, para desarrollar un emprendimiento de producción hortícola agroecológica en Rincón de Pando, en el departamento de Canelones. Integra la Red Nacional de Semillas y la Regional Toronjil de la Red de Agroecología.
Alexis Acosta, integrante de Aldea Avatí, cuenta sobre todo el periplo que pasaron para poder acceder a la tierra: “Nosotros empezamos por el 2006 haciendo un relevamiento de tierras del Estado, en aquel momento en la localidad de Empalme Olmos, de las tierras de la Intendencia que pudieran estar en desuso y pudieran ser traspasadas al Instituto para nosotros instalarnos a hacer producción... En aquel momento surgió todo aquello de la Descentralización y empezamos a trabajar con el Municipio y se empezaron a sumar un montón de actores sociales como el MIDES, Comisión Nacional de Fomento Rural, la Comuna, la Universidad... Ahí hicimos el armado del proyecto y los primeros contactos con el Instituto. Todavía no había salido lo de las tierras del Instituto, entonces hicimos un proceso de huertas en Empalme, en un predio prestado. Después hicimos un proceso que le llamamos ‘La Unión de las Huertas’: todas las huertas que estaban dispersas en el pueblo, de diferentes compañeros, las centralizamos en un mismo predio, que era prestado. En un momento nos quedamos sin esa tierra. Ahí, con la Universidad, empezamos a generar un proyecto (en aquel momento estaba todo aquello de que los entes estatales que tuvieran tierras improductivas se las debían pasar al Instituto). Nosotros presentamos que en la zona hay un predio de 200 ha de la Facultad de Medicina que tenía 20 ha en situación de desuso. Hicimos un proyecto con Extensión Universitaria y le pedimos al Instituto que pidiera esas tierras. Entre el Instituto y la Universidad no llegaron a un acuerdo... Por medio de Extensión pudimos hacer vínculos con el directorio de la Facultad y obtuvimos un comodato para trabajar en el predio. Estuvimos dos años trabajando en ese predio de la Facultad haciendo producción hortícola, orgánica. Después de dos años de estar trabajando, surge una reunión con el directorio del Instituto y ellos nos plantean que tienen tierra en Rincón de Pando para adjudicar, que iban a hacer un llamado... Nosotros habíamos formado la Fomento unos años antes y en la Fomento surgieron dos grupos, el nuestro para una parte de la fracción y otro grupo de productores de la Fomento presentaron otro proyecto para la otra parte de la fracción. Así fue como arrancamos a trabajar con el Instituto”, recuerda Alexis.
El joven productor destaca el apoyo que han tenido de la Red de Semillas Nativas y Criollas, que realiza asesoramiento técnico. Aldea Avatí hace 10 años que viene trabajando con la Red de Semillas y la Red de Agroecología.
“Nuestro proyecto es un proyecto productivo cultural. Es un predio de 20 hectáreas, la idea es que cada uno de los integrantes del proyecto se instale en el predio, que defina un área para hacer su vivienda. Tenemos invernáculos, sistema de producción hortícola, forrajes, algunos animales. Todo bajo un manejo agroecológico, sin químicos, pero sí usamos insumos permitidos dentro de la agroecología. Se trata de generar insumos, información e investigación para después propagarla entre los diferentes productores y gente interesada. También tenemos contactos con huertas, con Centros Juveniles...”, cuenta Alexis.
El proyecto es amplio. Por un lado está la pata productiva y por otro la pata de comercialización. Según explica el joven, se intenta comercializar teniendo contacto directo con el consumidor, generando alianzas. Venden en ferias vecinales y además tienen un reparto de canastas con consumidores interesados a quienes se les envía una lista de productos por WhatsApp. Además, como en la zona funcionan varias chacras agroecológicas, los productores se unen para la comercialización: “eso es importante porque la diversidad es difícil de generar... Aunar fuerzas con otras chacras para nosotros es importante”, dice. Por otra parte, realizan toda una actividad social en la zona, ya que al predio lo visitan escuelas, centros juveniles, estudiantes universitarios: “Es una chacra abierta al estudio, la investigación y la participación social”, dice Alexis.
“Si estas experiencias andan bien, van a ser como un motor para después replicarlas”
Alexis sostiene que la política pública para la producción familiar y para la juventud en particular es fundamental: “es bueno abrir la cancha a diferentes perfiles de productores, a diferentes formas de producción (...) Vemos súper positiva la definición del Instituto de generar estas primeras experiencias piloto para jóvenes, para después poder ir avanzando en el tema del acceso a la tierra y de repente ampliar la edad. Nosotros traíamos esa propuesta, justamente, que no fuera tan limitada la edad... Hay otras experiencias de Europa, que se extendió lo de la Juventud, y va hasta los 35 años... entonces eso permite un abanico más grande de posibles aspirantes a Colonos”.
“Esto es un primer paso. Se tomó una definición de sacar estas dos primeras fracciones, con asesoramiento técnico, con capacitación, con todo lo que necesita la producción para poder instalarse... ya que a veces los jóvenes no tenemos el capital, el conocimiento, la experiencia... Creemos que si estas experiencias andan bien y funcionan, va a ser como un motor para después poder replicarlas en otros lugares del territorio”, dice el joven.
El plazo de inscripción del llamado “Tierra de Jóvenes” es del 12 de agosto hasta el 13 de setiembre de 2019. Las inscripciones se realizarán en las oficinas del Instituto Nacional de Colonización de todo el país.