En plaza Independencia de Mercedes, el SUPU Soriano convocó a concentrarse en homenaje a los policías asesinados en los últimos días a manos de la delincuencia, participando también delegada de SIFPOM, estando presentes autoridades, entre las cuales el Presidente de la Junta Departamental de Soriano, Damián De Oliveira, junto a los ediles Andrés Juri, Mayka Acuña, Fulvio Duarte, además de otros suplentes de edil, médicos, funcionarios policiales en actividad y retirados, vecinos en general.
Una de las oratorias estuvo a cargo del integrante del SUPU Soriano, el Cabo Mauro Rivarola, que visiblemente afectado por lo ocurrido y por el momento que se atraviesa a nivel funcional de acuerdo lo que expresó, realizó un duro análisis de la situación local y nacional.
QUEJA POR AUSENCIA DE SUPERIORES
De entrada y tras saludar y agradecer a los presentes, cuestionó ausencias, “lamentablemente no hay ningún superior nuestro, que deberían estar acompañándonos, porque somos los que estamos en la calle, los que combatimos el delito, poniendo la cara y el pecho a las balas, pero no veo a ningún superior y eso también me deja mal, no debería ser así”.
Hizo hincapié en que la exposición que leería a continuación no sólo la redactó como policía, si no como ciudadano "porque acá no estamos hablando de policías, si no de padres, madres, hijos, de todos los que somos parte de la sociedad. Quizás si este acto tuviera banderas políticas, habría más gente, pero como lo convocamos los policías que somos a veces mal vistos por la sociedad por usar un uniforme, viene menos gente”.
YA NO ES TEMOR A QUE TE ROBEN, SI NO A QUE TE MATEN, SOMOS UN NUMERO, PARTE DE LA ESTADISTICA
Rivarola sostuvo que no importaba la profesión ni el título de los que estaban allí en la plaza tras la convocatoria, “todos sabemos por qué estamos presentes, cual es el sentimiento de opresión, de angustia, de impotencia, en el cual estamos inmersos. Todos como sociedad, padre, madre e hijo, hermanos, niños, jóvenes y adultos, un mal común, la inseguridad.
¿La sensación de qué? Ya no es temor a que nos roben, ahora el temor mayor es a perder la vida por un señor marginado de la sociedad, de alguien que se cree con el derecho de privarnos del derecho -valga la redundancia- más importante que es nuestra vida. Que te maten por lo más preciado, el día de tu cumpleaños, que tengas tres trabajos, que estés pagando tu casita, que tengas el tupé de tener hijos, que te lo arrebaten en un segundo. Ese hijo, ese esposo, ese hermano, tal vez ese futuro papá, pero ¿sabés una cosa? No les importa, somos un número, parte de una estadística. No me refiero a los policías, me refiero a todos los trabajadores. Para este cáncer que no tiene cura en la sociedad, el cual no discrimina clase social, ideas políticas ni religiosas, pregunto, ¿cuál es la cura?".
TENES QUE BRINDAR SEGURIDAD Y TE SENTIS INSEGURO
Rivarola señaló, "tenemos que unirnos como sociedad, ¡decir basta! ¡Qué pare acá! Yo como policía, mi obligación es velar y cuidar por los derechos de los demás, pero sabés que me siento atado, que perdí un hermano, un trabajador, en manos de delincuentes. Porque se cuidan más los derechos de los delincuentes y existe un vacío total para atender a las víctimas, a todas las víctimas del delito ¿y cuál es el problema? La Policía, la Justicia, las leyes, el nuevo Código del Proceso, les garantizo una cosa, dentro de nuestra fuerza hay buenos y excelentes policías que defienden el uniforme, la camiseta, que darían su vida como el día que juramos hacerlo, pero ¿saben qué? Tenemos segundos, milésimas de segundo para decidir qué hacer, en situaciones límites donde siempre somos una dotación de dos policías y pensar más de diez veces los pasos a seguir, cada vez más cerca de la línea de las dos “C”, de la cárcel o de la muerte. O te matan o lastimas a un señor marginado de la sociedad y seguramente la ley, muchas veces que es inflexible para nosotros nos manda a la cárcel porque estamos formados y somos profesionales, mientras que si somos lesionados por un delincuente, con un perdón, se va para la casa. Es muy triste e ilógico sentirse inseguro, cuando tenés que brindar seguridad".
DEJAMOS DE LADO LA REPRESION PARA SER COMUNITARIOS
Más adelante el Cabo Rivarola manifestó, "vemos muchas cosas, personas fallecidas, accidentadas, somos parteros, sicólogos, doctores, abogados, curas, por un instante, en algún momento debemos tomar el rol que nos parezca mejor para ayudar a los ciudadanos. Porque ahora la Policía dejó de ser represiva, somos comunitarios, en eso nos transformaron, somos una empresa con metas de gestión, con descuentos por las mismas, por que no se pueden cumplir. Con un solo uniforme para trabajar de 8, 12 a 24 horas, porque siempre existe exigencia, tenemos que estar siempre pulcros. El policía no puede sentir hambre, frío, calor, ir al baño y agrego una cosa, las femeninas tampoco menstruan, siempre vamos a ser dos policías, siempre van a ver dos policías en el Centro, ellos seguramente estarán así, con muchas necesidades y gracias a las ochavas de los edificios se pueden refugiar de las inclemencias del tiempo y con su presencia disuadimos el delito”.
POR NO HABER TOBILLERAS DESMANTELAN LAS COMISARIAS DE PERSONAL PARA CUIDAR VICTIMAS DE VIOLENCIA DOMESTICA
Puso énfasis en la falta de personal y la utilización del mismo en otros servicios, “las comisarías están diezmadas de personal, saturadas de trabajo, otra creación de los últimos tiempos, las 10 - 10, las cuales ocupan logística y personal, un móvil y dos policías, ¿sabén por qué? Porque no alcanzan las tobilleras que hay en stock, cuando la deja de usar uno, se la brindarán a otro, o sea que desmantelaron las comisarías y los resultados están a la vista, se hace lo que se puede con lo que se tiene. Hay buena madera para trabajar, pero hay pocas herramientas para pulirla, pero el policía, esos de azul, siempre van a estar, a pesar de todo y de todos, reconociendo que como en todo oficio, hay gente buena y mala, pero hablo por los buenos".
A VECES NO NOS SENTIMOS COMODOS EN NUESTRO LUGAR DE TRABAJO Y HASTA MALTRATO DE SUPERIORES RECIBIMOS
Pidió a la gente "que confíen en nosotros, que se acerquen a la Policía, al que anda en la calle, al que llega a la comisaría, o en su base operacional, deja sus problemas de lado para tratar de mediar y en lo posible solucionar los problemas del ciudadano. Además de la presión y a veces maltrato sufrido por los superiores dentro de las unidades y quiero recalcar eso, no todos estamos trabajando cómodos en el destino en que estamos y por esto es que nos unimos. El SUPU y el SIFPOM estamos luchando por los derechos de nuestros compañeros, sentirnos respaldados y protegidos dentro del sistema. También queremos hacer valer nuestros derechos como trabajador, por eso me hago cargo que queremos más apoyo, más compromiso, exigir más sí, pero también algo de interés para el bienestar de los policías, que ahora poco se hace. Somos números, no somos humanos, considero que una máquina con todas las piezas bien aceitadas funciona mejor, pero si la traban no marcha. La gente, el trabajador, el policía, muchas veces se frustra, se siente incómodo, usado, se siente mal, pero ese liderazgo, esa motivación, no cualquiera la da, empujarlo y decirle vamos adelante, me levanto del asiento y te voy a respaldar, ayudarte a caminar, como lo hace un padre con un hijo, pero últimamente nos están dejando caer y no pasa nada”.
Concluyó expresando “que descanse en paz cada trabajador que dio la vida por llevar el pan al hogar, a su familia, a estos seres silenciosos, ¡decir basta! Soñar con lo que ahora es una utopía, decir ¡ni uno menos!”.