Ayer domingo, recordamos el día de la madre, día que se ha institucionalizado como tal.
Hubo quien se pudo reflejar en la mirada de sus hijos, se acercó al cementerio con un ramo de flores, recordó vivencias, realidades distintas como diferentes somos cada ser humano. En muchos casos, con presencias o ausencias, con regalos o no, hubo reconocimientos.
Hasta acá lo esperado del respeto que da el amor.
Pero lamentablemente muchos uruguayos y uruguayas no saben dónde están quiénes les dieron vida, o no saben dónde están sus hijos o sus hijas.
El próximo lunes 20 de mayo “Día de los detenidos desaparecidos”, en nuestro país, recordaremos a las madres que se quedaron sin hijos y a los hijos que se quedaron sin sus madres, además de otros familiares.
Es justo y necesario recordarlo en este recinto, dónde quienes componemos este cuerpo provenimos de la voluntad de la ciudadanía, lugar que también fuera injustamente silenciado por la última dictadura cívico militar que todos conocemos.
El lunes 20, muchos uruguayos y uruguayas marcharemos en silencio, testimoniando, para que el tiempo no conspire con el esclarecimiento de la verdad, porque parecen atenuarse las manchas de sangre de los caídos en pos de sus sueños, en busca del Hombre Nuevo y la Teología de la Liberación.
Por otro lado, uruguayos civiles y militares, que fueron cómplices de asesinatos de jóvenes y de viejos, de secuestros de bebés y mujeres recién paridas, de violaciones a mujeres y a varones, con sadismo, lascivia, practicando submarino, picanas y todo lo demás, silenciando testimonios para que no se logre investigar durante estos años.
Duele y duele mucho, porque en aquellos años confiamos que la llegada de la democracia ayudaría a los familiares a conocer la verdad y hacer justicia.
No fue así, desde el propio gobierno en 1985, el ex presidente J. M. Sanguinetti aseguraba que aquí no había “desaparecidos”, eufemismo para decir asesinados, y ofrecía un cambio en paz. Hoy el mismo, J.M. Sanguinetti, pre candidato del Partido Colorado ofrece cambiar izquierda por derecha…
Con el advenimiento del Partido Blanco, luego de los castigos que habían sufrido en carne propia, Wilson, El Toba y muchos más, renacieron las esperanzas de familiares de saber dónde estaban los huesos para darle sepultura. Nuevamente el Gobierno de Lacalle tampoco abrió las puertas a la investigación por verdad y justicia.
Así, sucesivamente, no sólo el tiempo, sino los actores políticos y militares ocultaron la verdad para que no hubiera justicia.
Este 20 de mayo será diferente, lo que estaba en el imaginario social, está en los documentos, obscenamente guardados por el asesino serial (28 homicidios) de nuestro país, José Gavazzo, quien describió el traslado del cuerpo, las ataduras, y las piedras para fondearlo al estudiante Gomensoro.
Hay falsedades, también, como que Julio Castro falleció, sus restos incinerados, y las cenizas esparcidas, en la zona. Ahora sabemos, por los restos óseos estudiados, que el viejo Maestro fue asesinado por un tiro en el cráneo, sólo por pensar distinto.
Pero en estos documentos, más de una vez dice, con fecha “se le dio muerte” a la larga nómina de detenidos, cuando la noticia en los medios, era que se habían fugado.
Este relato brevísimo muestra lo mentiroso e inhumano que son algunos uruguayos que se presentan en los medios de comunicación realizando críticas sin sustento, tratando de captar a los desinformados para continuar perpetuando la protección a los crímenes de lesa humanidad.
No seamos ingenuos, marchemos en silencio, por VERDAD Y JUSTICIA, para que no haya más terrorismo de Estado, se juzgue a quienes violaron los DDHH y se lleven a cabo las investigaciones para saber dónde están los detenidos desaparecidos.
En nuestro departamento marchamos en Mercedes como hace tantos años y en José E. Rodó por 5ta. Vez a las 19 horas desde el Banco República hacia el domicilio de la Familia Sosa Valdéz.
Con la consigna ¡Qué nos digan dónde están! Contra la impunidad de ayer y hoy.