Hace más de 20 años que nuestra AEBU creo la Comisión de la Mujer que hoy se ha transformado en la Comisión de Género, Equidad y Diversidad.
Motivó su creación un hecho aberrante que sucedía en nuestro país. La empresa Juncadella (hoy Prosegur) había realizado un tacto íntimo a trabajadoras y trabajadores de Tesorería, a los efectos de verificar si se llevaban dinero. Nuestra lucha y una paralela denuncia determinaron el cese de este acto de violencia. Dimos una respuesta inequívoca como clase a una problemática que afectaba a compañeras y compañeros por igual.
Durante todos estos años la Comisión de Género, Equidad y Diversidad ha desarrollado un sinfín de actividades; seminarios, charlas, conferencias, plenarios, ponencias internacionales, porque la lucha y la militancia son tareas de todo el año.
Estamos convencidos de que debemos seguir bregando para eliminar la violencia de género; que es imperativo incluir en nuestros convenios colectivos cláusulas que salvaguarden a quienes sufran violencia doméstica; que dentro de AEBU debemos crear normas éticas que permitan eliminar de su padrón a quienes practican la violencia de género; que debemos seguir trabajando para terminar con la discriminación sufrida por cientos de compañeras que integran el sistema financiero y carecen de las garantías necesarias.
Somos absolutamente conscientes de la necesidad de avanzar sobre estas problemáticas, y sería impensable no movilizarnos o actuar con indiferencia. Como también es impensable mantenerse al margen de cualquier problemática de seguridad que ponga en riesgo vidas de trabajadoras y trabajadores.
Como sindicato tenemos y asumimos la obligación de defender, proponer y actuar. Así lo hemos hecho y lo haremos siempre, sin otro propósito que dar una efectiva respuesta a los problemas que nos afectan.
Hoy nuevamente hemos tenido una discusión sobre cómo nosotros, trabajadores del sistema financiero, debemos adherir y participar de la jornada del 8 de marzo.
No existen diferencias en los fines, no existe diferencia en la lucha contra el femicidio y la violencia de género, no existen diferencias en luchar todo el año para eliminar las prácticas machistas. No tenemos diferencias en la necesidad de incluir normas que les den garantías a las compañeras victimas del flagelo de la violencia doméstica.
No hay diferencia en cómo trabajar responsablemente para la seguridad de compañeras y compañeros. Y actuamos en consonancia con esos principios siempre.
Pero mantuvimos y mantenemos una discrepancia sobre cuál es la mejor forma de participar de la marcha del 8 de marzo. En definitiva, sobre cuál es la mejor manera de luchar por todos los planteos que nos unen.
Estamos convencidos de que esta lucha no es de mujeres contra hombres, es una lucha de toda la sociedad contra los abusadores, violentos y asesinos. Es la lucha de la humanidad sobre las bestias. Es una lucha que nos compromete a todos los seres humanos y ella debe también incluir a los compañeros varones.
Foto meramente ilustrativa.