Comenzamos un nuevo año de labor y por tanto expreso mis deseos a todos los señores ediles de una muy buena gestión.
Hoy quiero ocuparme de un tema que para mí es sumamente importante, porque está inserto en un contexto que es fundamental para todo el país.
Se trata nada menos que la Educación, donde los desaciertos se han ido y se siguen sumando uno tras otro, sin siquiera aplicar el más mínimo sentido común, que debiera ser el más común de los sentidos, para cualquier tipo de decisión que nos tocara adoptar.
Es así que en este año muy particular, por muchas razones, unas rebuscadas y otras propias del calendario, el carnaval que ya comenzó hace tiempo, tiene sus días feriados oficiales, 3, 4 y 5 de marzo.
Como no podía ser de otra manera, a los cráneos que dirigen la Educación de este país, comandados por un personaje al que la señora Ministra calificó como el segundo José Pedro Varela, se les ocurrió la idea de fijar el comienzo de clases para el viernes 1 de marzo.
Un solo día y luego nuevamente feriado para retomar las actividades del año lectivo el día miércoles de la semana siguiente.
Son muchos los argumentos que se esgrimen para justificar lo que nosotros, desde el sentido común calificamos de verdadero disparate.
Se dice que es para no perder días de clases, como si fueran pocos los días que se pierden por motivos impropios, dispuestos por las mismas autoridades en forma antojadiza, sin tener en cuenta las paralizaciones que disponen los gremios, esgrimiendo sus legítimos derechos, pero sin importar, en estos casos, ni a uno ni a otros, sus legítimas obligaciones.
Otro de los seudos argumentos para defender lo indefendible, apunta a que debe mantenerse una fecha fija para el comienzo de clases, el primer día hábil del mes de marzo.
Como si los problemas estuvieran en el comienzo del año lectivo, cuando todos sabemos que las pérdidas de días más grandes se dan más adelante y casi siempre en la recta final del periodo.
Nosotros creemos que no hay argumentos pedagógicos y mucho menos de sentido común, que justifiquen esta barbaridad.
La decisión es, sin duda caprichosa, y solo servirá para que una vez más se cumpla la voluntad de quienes deberían agudizar el ingenio para hacer las cosas mejor y más prácticas en beneficio de los niños, estudiantes y sus familias.
Actuando de esta manera y con otros aleluyas de por medio, será difícil que puedan cambiar el ADN de la Educación, como lo prometieron hace bastante tiempo, o quizá éste sea el ADN del que hablaban.
Quiero que mis palabras pasen directamente al CODICEN y a la señora Ministra de Educación y Cultura y por supuesto que no espero respuestas de ninguno de ellos, porque seguramente creen estar muy por encima de mi nivel, que solo está emparentado con el sentido común que es el que importa a la gente.
También me quiero referir al Teatro Artigas de Cardona.
Ya se ha planteado por otros ediles en el seno de esta Junta el tema del mismo, debido a que no cuenta con salida de emergencia.
Como ya es voz pópuli la crisis de nuestro país y en consecuencia de ello el cierre de numerosas empresas, cada ciudad y cada pueblo de nuestro departamento no escapa a la situación, todos los días nos enteramos que cierran negocios a causa de la crisis, muy similar a la crisis del 2002 que tanto marcó a nuestro Uruguay.
Al lado del Teatro Artigas de Cardona funcionaba desde hace muchísimos años el comercio Rosas Hermanos, el cual cerró a causa de la crisis, uno de los comercios más reconocidos de la ciudad al que todos supimos entrar a comprar algo.
Aprovechando esta triste situación de encontrarse vacía esta conocida esquina de Cardona, se podría gestionar por parte de la Intendencia y los propietarios del salón comercial la posibilidad de realizarse la salida de emergencia tan necesaria para el Teatro.
Hasta el momento no ha ocurrido ningún hecho de lamentar, pero debemos ser precavidos en esto y son numerosas las funciones que se brindan en el teatro y es imprescindible para ello contar con una salida de emergencia, a modo de evitar cualquier tipo de inconveniente.
Que mis palabras pasen a la Comisión que usted considere pertinente Sr. Presidente.-