Sebastián Santos utiliza como seudónimo “El Santo” llegó a Mercedes a participar del Festival de arte urbano 33 grados. Sebastián es montevideano y ha viajado por varios países. Cuando se enteró del evento estaba en Colombia y allí invitó a varios amigos, oficiando como promotor del festival 33 grados. En Mercedes está pintando un mural en calle Ituzaingó casi Giménez. En un alto en la tarea dialogó con @gesor sobre la tarea de pintar en la calle y el valor que debe dársele a este tipo de trabajo.
Las diferentes disciplinas arte urbano en nuestro país ha tenido un auge en el último tiempo. No eran habituales en Uruguay las intervenciones en la calle, y en el interior mucho menos. ¿Cómo ha sido el intercambio con el vecino?
-Uruguay está creciendo en el tema del arte urbano. En los últimos 10 años ha habido bastante crecimiento, y en los últimos 5 se empiezan a ver como los frutos de la búsqueda de la profesionalización por parte de los artistas. De que esto no es un hobby, sino que es un trabajo en serio…
Se lo emparentaba con lo bohemio, lo marginal y emparentado con la protesta solamente
-Si.
Eran los preconceptos que se tenían.
-Claro. Y bueno hay gente que lo hace desde ese lugar, y es verdad que la persona que es creativa tiene como roces con lo que es la bohemia pero no significa que anda por la vida sin trabajar y sin esforzarse, sino que uno es como su propio jefe, en el sentido que uno tiene que estar todo el tiempo generando proyectos, formándose, difundiendo su trabajo, aprendiendo a cobrar estos trabajos de la manera justa. Porque primero uno tiene que convencerse que es un trabajador del arte para que después los demás puedan valorar el trabajo que uno hace.
Pasamos por muchas décadas donde era mal visto que un artista dijera yo cobro por lo que hago. Estaba como mal visto.
-Si, estaba mal visto porque estaba relegado a un lugar de hobby. O algo que como sociedad es más erróneo, que si te gusta no es trabajo. Tenés que sufrir, tenés que pasar mal para que sea un trabajo. Esa cosa de que el trabajo es sufrido, duro.
Cierto que el esfuerzo deja frutos. Claro que sí, pero si uno nace con una vocación, con un talento lo ideal y lo más normal debería ser que pueda desarrollarlo y vivir de eso.
Entonces los artistas buscan eso. Es una apuesta muy fuerte porque Uruguay es una economía muy pequeña, y también nos toca muchas veces educar a las personas en el sentido de enseñarles cuánto cobramos por esto. Mostrar que buscamos un intercambio justo. Aquí nadie quiere estafar a nadie, sino cobrar dignamente para poder vivir de nuestro trabajo como lo hace cualquier otra persona.
Esa es una lucha en la que los artistas estamos. En este caso como se hace arte público, arte en las calles, se hace de manera honoraria, pero después si las personas , los comercios quieren algo más privado, bueno después se habla porque es un trabajo especial que se va a hacer. Por eso hay que educar a la sociedad y a las personas para que todos podamos seguir creciendo, que todas las personas tengan acceso al arte y nosotros simplemente a la vida digna.
Y para que sea perdurable un evento de este tipo, que no sea solamente puntual y que desaparezca, ¿qué debería hacerse?
-En este caso la organización se movió consiguiendo apoyo de la Intendencia, de Ministerios. Lo que se necesita es que las empresas empiecen a apoyar más, porque lo que se tiene ahora es casi lo justo, el hospedaje, la comida y los materiales. Pero sería ideal de que las empresas si ven que pueden tener un patrocinio a través de esto ya al artista se le puede dar una remuneración por venir al encuentro. Entonces eso hace que las cosas también puedan perdurar en el tiempo en el sentido que los artistas se siguen motivando para participar.