En los salones de la Sociedad Criolla "Por la Tradición" se llevó a cabo la cena de fin de año del Centro Comercial e Industrial de Soriano, que en esta ocasión tuvo un valor especial, ya que con ella se celebró el centenario de la institución gremial.
Con capacidad colmada se festejó esta significativa fecha en la que hubo reconocimientos para los asociados con más antigüedad, se destacó el papel que juegan los funcionarios, algunos de ellos con más 40 y 30 años se servicio en la institución, y también tuvo su momento de relieve la participación femenina, a partir de la asunción de una mujer como Presidenta del Centro.
Con la presencia de las principales autoridades departamentales y nacionales por Soriano, la parte oratoria estuvo a cargo el Presidente del CCIS, Martín Melazzi, quien comenzó haciendo referencia al "orgullo de llegar a los cien años de vida" y hacerlo con mucha salud" como el caso del Centro Comercial, "uno se reconforta al saber que vamos en buen camino, con dificultades a veces, con algunos tropiezos, somos una gran familia, que no sólo la componen los directivos, los socios, funcionarios, si no toda la comunidad, porque así lo entendemos".
Repasando la historia, para lo cual junto al personal jerárquico debió recurrir a la biblioteca para conocer mayores detalles, "y me maravilló ver esos boletines, esa sabiduría, de aquellos que forjaron la primera directiva en 1918, un 8 de diciembre, presidida por Juan Harispuru y Nicanor Viñuela, hombres visionarios, estaba culminando la Primera Guerra Mundial y entendieron que la mejor forma de trabajar era unir al comercio, al sector empresarial y que los beneficios se vuelquen en la comunidad en su conjunto".
Recordó que en esos momento "había algunas dificultades, pero anhelaban sacar adelante esa nueva institución y por eso en la década del 40, porque entiendo que hay un antes y un después de Juan Arruti Diez, un gran presidente de 1940 a 1949, con una gran visión hacia donde se quería ir, pero siempre manteniendo los mismos pilares, trabajar y velar siempre por los intereses de todos los comerciantes, incluyendo todos los sectores, el de servicio, industrial, comercial, agropecuario".
Y entre esos anhelos estaba el de la sede propia, "por eso en 1940 con la venta de 993 bonos y 25.800 pesos de recaudación se pudo poner la piedra fundamental de lo que hoy luce nuestra institución en la intersección de calles Rodó y 18 de Julio. Hoy tenemos el honor y el placer de contar con una gran institución".
Pasadas las décadas del 40, 50, "ya en el Siglo XXI, llegando a esta era, nos encontramos con lo que llamo la cuarta revolución industrial, que es la era de la tecnología, de la informática, donde hoy la inteligencia artificial es lo que nos preocupa porque va a suplir de alguna forma los puestos laborales en el futuro. Tenemos un gran desafío, hacia adelante, el Centro Comercial se quiere preparar, estar cerca de todos los comerciantes, del más pequeño y del más grande, romper el tabú ese de que es una institución para unos pocos, hacemos muchos esfuerzos los directivos y el personal para llegar cerca de todos los comerciantes. Pero debemos reconocer nuestros errores, hoy uno de ellos es que tenemos una excelente tecnología pero tal vez no somos capaces de mirar un video que supere 1minuto 50 segundos y tal vez no leer un mensaje de texto que pase las 300 palabras, ese es un gran problema que tenemos porque es la forma de comunicarnos, a través de las redes. Debemos ser autocríticos, ser más breves y llegar siempre al servicio de los asociados".
Habló de los anhelos, "que todos los comerciantes puedan poner un pie dentro del Centro Comercial, que todos estemos trabajando en conjunto, sabemos las dificultades que atravesamos, los momentos siempre son cíclicos. Todos damos lo mejor para que la institución siga creciendo".
Reconoció a quienes son "pilares de la institución, sobre piedra firme, sólida, por eso los vientos de cien años nunca la han podido voltear, que es el personal del Centro Comercial e Industrial de Soriano, para los directivos que trabajan todo el año en forma desinteresada, a los socios que hacen posible que la institución se mantenga viva y con salud".
Cerró señalando, "al final lo que queda no son los años de vida, si no lo que hayamos hecho durante esos años".
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Algunas aristas salientes de la celebración, el saludo del Presidente Melazzi para la funcionaria Marianella Mernies que tras 32 años de labor en la institución se acoge a los beneficios jubilatorios (es la segunda con mayor antigüedad, el mayor es Pablo Castro con 41 años al servicio del CCIS, ingresó teniendo 14 años).
La primera mujer Presidenta, reconocida en esta instancia y que ha tenido un rol trascendente en los últimos años en la gestión de la institución y en la participación femenina, Diana Centurión.
El reconocimiento para las empresas con mayor antigüedad que se mantienen afiliadas, como Casa Caulín, Pamer y Gino Cavallaro.
Hubo una parte artística que estuvo a cargo en la recepción por la Orquesta Mercedes con la dirección de Julio De Biasse, dándoles la bienvenida musicalmente a los asistentes, y ya dentro del salón con The Martins y Castigados por Amor.
Reconocimiento especial para la tarea que desarrollaron voluntariamente quienes oficiaron de mozos en la atención del servicio de bebidas, cuyo producido será volcado íntegramente a la Fundación Pérez Scremini y quienes cumplieron la labor lo hicieron en forma honoraria, en un gesto para destacar y valorar.