El Día del Arquitecto fue la instancia elegida para que la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) Delegada Soriano para tributar homenaje al recordado Arq. Nereo Calero, convocando a acto realizado este martes en la sede de calle Giménez 703 de Mercedes.
Allí se dieron cita decenas de profesionales de la Arquitectura, así como vecinos que le conocieron, y fueron recibidos familiares del Arq. Calero, hijos y nietos especialmente invitados para la ocasión.
El Arq. Nereo Calero, junto a sus colegas Luis Gioia Mernies, Julio Bazzano, Silvia Cantoni y Nebio Abatte fueron los fundadores de la SAU Delegada Soriano en 1984 y reconocida por la SAU en 1985.
En el acto de este martes se procedió a descubrir una placa con el nombre del Arq. Nereo Calero, con el cual se designa a la sede del SAU Departamental Soriano, indicándose por las actuales autoridades y por compañeros fundacionales, que Calero fue el gran impulsor de la sede propia y quien concretó ese anhelo.
El Presidente de la SAU Soriano, Arq. Alvaro Torres, destacó que más allá de la lucha gremial, Calero tuvo como premisa la unión de todos los arquitectos, "fue un colega, un referente, como arquitecto y más allá de eso, fue un compañero, un amigo, que siempre nos quiso tener a todos unidos".
Y precisamente sobre la sede que de ahora en más lleva su nombre indicó, "a esta sede él la fundó, la compró, la arregló, nos traía a todos para que nos juntáramos acá, cumplió su misión”.
Se congratuló por la cantidad de profesionales que estaban presentes en el acto, "a Nereo esto le hubiera fascinado".
Por su parte, el Arq. Luis Gioia Mernies hizo referencia a la fundación de la SAU Soriano, a la participación en los recordados encuentros a nivel del Interior.
Destacó una de las facetas de Calero, "impulsó a todos los que se acercaban, estaba allí en primera línea, siempre fue nuestro Presidente, hasta último momento lo traté como tal, porque era el que organizaba todo".
Mientras tanto la Arq. Inés Rosales hizo hincapié en otra faceta del homenajeado, la relación entre la profesión, la familia y la comunidad, "para él, ser colega era como ser parte de una gran familia y lo sentía así. Pudimos ir apreciando esa visión que tenía él que la Arquitectura no se terminaba en el estudio, que era algo para una comunidad como la nuestra, integrando a la gente”.
Otros colegas que recordaron anécdotas y valoraron las enseñanzas que dejó Nereo Calero fueron los Arqs. Pilar Rienzi, Mariana Gross que habló del padrinazgo que ejerció no sólo con ella si no con todos los que ingresaban a la SAU recién recibidos, Silvia Cantoni que fue alumna suya y además compañera desde la fundación de la SAU, valorando las diferentes facetas como profesional y persona de Nereo. En tanto que el Arq. Enrique González dio lectura a mensaje de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay y visiblemente emocionado se refirió a Calero como referente para los más jóvenes, a quienes retaba y a la vez enseñaba, a la vez poner énfasis en su rol de esposo y padre.
En nombre de la familia, hizo uso de la palabra la hija de Nereo, María Inés Calero, quien agradeció este homenaje, recordando las distintas instancias que como hija le tocó compartir con su padre, de quien dijo "se desvivió por la profesión" y también señaló "llevaba la docencia incorporada, por eso los atraía a ustedes, no podía sacarse eso de encima, de estar siempre enseñando”.
Añadió que como familiares, quienes allí estaban son "testigos de todo lo que se ha contado, del carácter, del querer reunirlos, de retarlos, de rezongar porque los jóvenes no seguían los pasos y se dejaban estar. Todos somos testigos del amor que tuvo Papo a la profesión y agradecemos muchísimo, además del orgullo que sentimos, pero sabemos que todo lo que han dicho, modestia aparte, es tal cual".
Precisamente María Inés junto al Arq. Enrique González descubrieron la placa, en una sede que está cumpliendo 18 años de inaugurada.