A principios del mes de agosto el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Seatle, WA, de Estados Unidos ordenó a la Agencia de Protección Ambiental, (EPA por sus siglas en inglés), prohibir el insecticida organofosforado clorpirifós, después de haber comprobado los impactos causados a los niños, de los trabajadores agrícolas.
Este insecticida es ampliamente utilizado en Uruguay, su venta está permitida sin ninguna restricción y la receta profesional, no es requerida. El Clorpirifós actúa por contacto, ingestión e inhalación frente a una amplia gama de insectos, en citrus, frutales, hortalizas y cultivos extensivos, penetrando en los tejidos vegetales.
De acuerdo a la propia ficha de seguridad de una de las seis empresas que la distribuye en nuestro país, alerta sobre los impactos y riesgos en la salud y en el medio ambiente.
Los efectos generales son irritación de ojos, piel y mucosas, descamación y formación de grietas en la piel. Agrega que es un inhibidor de la acetilcolinesterasa, siendo esta un compuesto químico que inhibe a la enzima colinesterasa impidiendo que se destruya la acetilcolina liberada, produciendo como consecuencia un aumento en la concentración y en la duración de los efectos del neurotransmisor, causando alteraciones a nivel neurológico.
Sus principales síntomas pueden causar manifestaciones colinérgicas como náuseas, vómitos, diarrea, diuresis frecuente e involuntaria, miosis, bronco espasmos, secreción bronquial, opresión torácica, lacrimación, arritmia. Intoxicación grave puede causar temblores, convulsiones generalizadas, inconsciencia, parálisis, insuficiencia respiratoria, cianosis intensa, edema pulmonar y coma.
En cuanto al medio ambiente, tiene peligrosidad mediana para mamíferos y aves. Muy peligroso para los peces y las abejas. Evitar la contaminación de aguas por su alta toxicidad para la fauna acuícola, y enfatiza en la protección de las abejas, diciendo que, no se debe tratar en áreas en épocas de actividad de las mismas.
Dado que los impactos tanto en la salud de las personas, y no solo a los que lo aplican, sino a los niños que habitan zonas donde este veneno es usado, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Seatle, ordenó a la EPA finalizar su propuesta de prohibición del clorpirifós, basándose en hallazgos indiscutibles de que el plaguicida no es seguro para la salud pública, y particularmente dañino para los niños, y los trabajadores del campo.
Sería importante saber cuál es la situación de nuestro país en relación a los estudios que fueron anunciados. De acuerdo a la información difundida, el Ministerio de Salud Pública busca medir el impacto de plaguicidas en humanos, ¿Será o habrá sido el clorpirifós uno de los insecticidas identificados a ser estudiado?
Los impactos en el medio ambiente ya están identificados, mortandad de miles de abejas, por lo tanto es cuestión que las autoridades correspondientes, tomen medidas sobre este insecticida, que aumenta su uso, a medida que se expande la frontera agrícola, más claramente, cultivo de soja transgénica.
RAPAL Uruguay
Agosto 2018
(*) Extraído del boletín digital de RAP-AL Uruguay (Red de Acción en Plaguicidas y su Alternativas para América Latina)