15 de May del 2018 a las 23:18 -
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Ramón Hernández: ¨No los matamos oportunamente, ahora los vamos a volver locos¨
Esa era la idea de de aquellos militares que tenían el mando en el Penal de Libertad, recuerda uno de los mercedarios recluido allí

Uno de los presos políticos que estuvo en el Penal de Libertad y que previamente recorrió algunos cuarteles y centros de detención, es el Prof. Ramón Hernández, quien en diálogo con @gesor, recordó su detención allá por febrero de 1975, "trabajaba en una fábrica de Montevideo, tenía 26 años, entraba en el turno de noche, ví un taxi con gente que simulaba que estaba arreglando y entré a la fábrica, empecé a trabajar y se empezó a hablar que se habían llevado a un compañero, que tenía el sobrenombre que se usaba en mi militancia en ese momento en el 26 de Marzo.Se confundieron y como la una y pico de la madrugada de ubicaron, era a mi el que buscaban. Yo tendría que haberme ido, cometí el error de quedarme, había tenido precauciones, pero ahí me equivoqué".
¿Dónde te llevaron?
"Me llevaron al 5° de Artillería, en el momento de la torutra me dicen "a vos quien te detuvo" y le respondo que una persona de civil, "¿viste? vos podés aparecer en cualquier
momento en una cuneta, ¿quién te va a reclamar? a vos no te detuvo nadie". En ese momento no había conciencia de desaparecidos.
En el 5° de Artillería nos aplican "la máquina", si bien en el Penal y en el resto de los cuarteles hay hostigamiento, "la máquina" es un elemento especial de método de tortura".
Expliquemos a la gente qué significa cuando hablás de "la máquina".
"Te llevan, te tiran un poncho arriba, me pusieron una venda y una capucha arriba, la electricidad aplicada en varias partes del cuerpo, picana o cables en alguna parte del cuerpo, el tacho, golpes, plantones. Es una gran noche, no ves nada, de repente te dicen "agachate que te vas a pegar en la cabeza" y vos no sabes si es cierto o no y cuando no te dicen nada te pegá en serio, los gritos y el tacho que no sabés donde te meten la cabeza, que además uno lo maneja, pero lo más bravo era cuando te sacaban mojado y te agarraban de atrás de la cabeza y querías respirar y no podías.
En algún momento dije que sufría del corazón, vino un tipo, y sentí "está bien", no sé si vino médico o quien era, no vi ninguna cara, sólo recuerdo un perfume, si lo huelo hoy lo
reconozco. Otro tema eran las esposas que cuando te movías se te apretaban más".
¿Pudistes ver a alguien de quienes te torturaban?
"A otro compañero y a mi no llevaron a una piecita y un sargento nos sacó la capucha y lo primero que nos dijo fue "miren que yo no tengo nada que ver con lo que le hicieron a
ustedes", fue la primera cara que vi. "Me he enfrentado con los tupamaros en la calle a los tiros", pero acá no tengo nada ver. Yo que sé, el tipo nos trató bien.
En un momento pasamos al juez sumariante que creo era un Capitán, después nos dejaron tranquilos, estuvimos como tres meses en ese cuartel y pasamos al km 14, otro tiempo y
después al 6° de Caballería".
¿Tus familiares?
"Mis familiares, después me enteré que anduvieron buscándome por un lado y otro, en algún momento tuvieron que venir a buscar a mi madre a Mercedes, ya había pasado más de un mes, una visita que vi a mi madre en el casino de oficiales, en el 5° de Artillería.
Después fuimos al km 14, donde ya no fue la tortura de "la máquina", pero estás sometido a otras peripecias o como en el Penal donde pensás que tenés otras "garantías", aunque ahí
estás expuesto a que los milicos te baboseen. En el 6° de Caballería el Comandante en algunas noches mandaba a atarnos con alambre atrás, y el que estaba arriba en la cucheta si se caía mala suerte, o les echaba los perros, sometido a la arbitrariedad de alguien. Te levantaste tarde y plantón.
Estuve un año entre el 5° de Artillería, el km 14 y el 6° de Caballería, al Penal de Libertad fui en marzo o marzo de 1976".
¿Cómo fue la vida en el Penal?
"Allí en el Penal, cuando se llegaba ibas a la denomina La Isla. El Penal tenía cinco pisos, construidos sobre pilotes y después barracas, eran diez, cinco sectores divididos al
medio, cada uno de los sectores con 40 compañeros. Ibas a la Isla, un edificio solo, de una sola planta, que se usaba para el ingreso y para el egreso y para sanciones, menos de un mes no había de sanción, yo estuve mes.
Tenemos la idea de la cárcel como un depósito de gente que está de un día a tal día, la guardia que te vigila. Esta es la cárcel en manos del Ejército, por lo tanto el Ejército
cuida los enemigos y los combate, los hostiga, si bien no podemos decir que hubiera torturas como en el cuartel, había hostigamiento, un alto oficial digo en determinado momento, "nosotros no los matamos en el momento oportuno, pero ahora los vamos a volver locos". El Penal era un lugar de hostigamiento, de tipo sicológico. Usaban la requisa para ello, te revisaban tus cosas, que podía ser más o menos suave o con prepotencia u hostigamiento, tomando las fotos de tu madre, esposa o hijos y se ensañaran con ellos y decirte cualquier cosa de ellos con tal de hacerte reaccionar, esa era una manera de provocarte. En general los compañeros se aguantaban, pero hubo algunos que reaccionaron y terminaron en la Isla. Además la sanción era un mecanismo de represión,
no había una regla fija, había órdenes, "usted tiene que traer tantas sanciones", entonces el milico te sancionaba porque el bigote estaba un poquito mal, porque sacabas la
cabeza por debajo de la puerta, por expeler un gas fétido provocando con ello la hilaridad de la población reclusa (o sea por tirarte un pedo), lo reflejaban en un parte y
sancionaban. Hay partes tremendos. Usaban la disparidad, venía una guardia floja y después un aprete y eso lo sentías mucho más".
¿Las sanciones?
"Las sanciones consistían en dejarte sin recreo y había una que era pesada, dejarte sin visita, con esa te sancionaban a vos y a los familiares, las otra las sobrellevabas. Las visitas eran cada 15 días, en un locutorio donde no podías tener contacto con el familia, una mámpara de vidrio con uno de cada lado y hablabas por teléfono. Te podías despedir dándote un beso pero sin hablar nada y a su vez lo que hablabas por teléfono estaba controlado por la guardia. Los niños visitaban cada tanto y la revisación que se les hacía a los familiares se enteraba el juez que eran pesadas, especialmente a las mujeres, cuando en las visitas estábamos separados".
Con los años, cuando los más chicos de tu familia te preguntan o en tu caso como docente los chiquilines te preguntan, qué hiciste para merecer tales castigos, ¿qué le decís?
"Por algo la dictadura tomó el Parlamento, pisoteó las instituciones, y capturó la Justicia, eso es parte de la impunidad que aun se mantiene. Al tomar la Justicia decretaron ellos lo que era delito y lo que no, por eso el juez era militar, pasó a ser una herramienta político militar. Hoy no haríamos lo mismo porque cambió la época, pero agradecemos a la vida haber participado de aquella oleada de gente que buscó un mejor. Con equivocaciones, los jóvenes tendrán que ver si hay que hacerlo mejor, pero me siento bien conmigo mismo y sufrí lo peor. Cuando uno mira lo que hicieron ellos, destrozaron el país, sin dudas que no les servíamos porque preferían un país retrógrado, atrasado, subdesarrollado, desigual, en ese momento, para seguir y que se profundizara eso, era necesaria la dictadura y que nosotros fuéramos reprimidos y encerrados. Si uno sigue pensando que este país merece otro destino, sigue pensando cosas de antes y retomando cosas de antes, sin imponer recetas, muy lejos de sentirme arrepentido, me siento bien. Hay cosas que uno podría haberlas hecho mejor, capaz que no explicamos bien las cosas".
Volver a Libertad, allí donde pasaste estos años de tu vida en las condiciones que mencionaste, ¿con qué ojos volviste?
"Me parece importante el hecho político de señalar eso, estamos haciendo una lista que compañeros de Soriano que llevamos en más de 50, están los nombres, el riesgo es personalizar y hacer de ésto una suerte de cosquilleo de héroes. Nada de eso, hay otra cosa que debemos decir, por el Penal pasamos 2.872 presos, pero hubo gente que nunca pasó por el Penal y sufrió mucho en los cuarteles, y esos nombres no están allí. En los cuarteles, hasta tanto no te blanqueaban, eras un desaparecido. Este es un día de reencuentro, de señalar el acontecimiento político, independientemente de los que hayamos estado aquí, es parte de la resistencia colectiva. Hay compañeros que no ya no están".

 

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