1 de marzo de 1985. Ese día asumía Sanguinetti. Ese día liberaban a Ricardo García "LA GATA" después de comerse una de las canas más largas de la dictadura. Estábamos reunidos con la familia de "La Gata" esperando que sonara el teléfono desde el Penal de Libertad, diciendo que podíamos ir a
buscarlo. Mi hermana Betty, (había sido una de las "madrinas" de La Gata y eran quienes les mandaban paquetes de alimentos a los presos), había sido designada por la familia García-Quaglia para ir a buscarlo, después de 13 largos y duros años. Betty, con gran generosidad, me dijo que debía ir yo, que era amigo desde niño, de "La Gata". Allá marchamos con los "viejos", pasamos los controles correspondientes y con decenas de soldados armados a guerra, nos pusieron junto a
familiares de otros presos, en el locutorio. El penal, estaba raro, y no podíamos descifrar lo que pasaba. De repente, como en un sueño, después de años de "mordaza" vemos que llega una
larguísima caravana de autos y camiones repletos de gente, con banderas rojas con la hoz y el martillo. Un poco de estupor, porque habíamos perdido la costumbre. Aquello lucía un tanto irreal.
Bajaron decenas de personas que se colocaron con sus banderas, cara a cara con los soldados y sus fusiles. No lográbamos escuchar lo que cantaban y gritaban, porque estábamos encerrados. Pero daba la sensación, de que aquel delgado hilo se podía romper. Dentro del locutorio, soldados que corrían hablando por sus wolkies como apurando una situación. De repente vemos venir desde el celdario, con sirena abierta, una ambulancia militar. Milicos que corren a abrir las dos hojas de la intimidante puerta del locutorio, y entra con gran aparatosidad la ambulancia. Abren la puerta
trasera…. y sentado, solo, con cara de sorprendido, aparece un hombre chiquito de físico, pero grande en historia ¡ING. VLADIMIR TURIANSKI!! Y allí sin importar la tensión del momento estaban las banderas, sus banderas, las de los mártires de La 20, las del PARTIDO COMUNISTA.
Un recuerdo resistente que quería compartir.