Ricardo Blanco, el dirigente sindical mercedario brutalmente torturado y asesinado durante la última dictadura cívico-militar, y cuyos restos fueron encontrados en el Batallón 14, en la capital del país, fue evocado por la murga Diablos Verdes.
Los murguistas rememoraron una escena aún muy vívida para los viejos mercedarios que vieron a Ricardo Blanco recorrer las calles de la ciudad en su bicicleta, y su cartera, cobrando el consumo de UTE, tal cual era la costumbre de esos años.
Un murguista, flaco y serio como dicen que era Blanco, se paseó, con un maletín de cartón en una mano y llevando de tiro la bicicleta en la cual Ricardo desempeñaba su trabajo y recorría las calles de Mercedes. La bicicleta que a más de 30 años de aquellos hechos, su familia aún conserva como una reliquia y que se paseó nuevamente por un Mercedes pintado en una tela sobre el escenario, tal cual lo hacía aquel muchacho, sindicalista y militante de la izquierda que fue perseguido, torturado y asesinado por las fuerzas represivas que dominaban el país por esos años.