Mientras un conjunto actúa el siguiente apronta sus voces, los últimos toques al maquillaje, la vestimenta, se gastan algunas bromas para distenderse y aflojar los nervios. Otros aprovechan para mirar a los competidores directos y saber “cómo estamos”, “qué nos falta”, o las cualidades del adversario.
El martes pasado mientras actuaba la murga “Dale que es tarde” de Juan Lacaze, un grupo de murguistas de “De frente y mano” de San José, que subía a continuación, prefirió ubicarse a un costado del escenario, tras un cartel que oficia de túnel hacia el sector donde los murguistas se aprontan, para observar la actuación de sus contrincantes. En un silencio respetuoso siguieron atentos la actuación de sus oponentes con el nerviosismo natural sabiendo que su actuación se aproximaba.