Desde la secretaría del diputado Enzo Malán se hizo saber del siguiente ccomunicado:
Referido a temas de la mujer hemos escuchado el término patriarcado… pero ¿qué es el patriarcado? Es una forma de organizar la sociedad, el lenguaje, los modos de relacionarnos, de pensar… es decir, es cómo entendemos el mundo.
En las sociedades patriarcales el paradigma es el varón, las leyes son hecha desde su perspectiva, y por tanto son sociedades sexistas donde se valora y prioriza al varón por sobre la mujer. Podríamos enumerar un sin número de ejemplos que ilustrarían este concepto, desde los lugares de decisión política, hasta conductas que en un joven son aplaudidas y en una joven condenadas, pasando por los juguetes o el cuerpo- objeto, etc, etc.
Un proyecto político que pretenda ofrecer alternativas para profundizar la democracia, fuera del sistema capitalista, debería plantearse como reto el despatriarcalizar la sociedad para el pleno desarrollo de las mujeres, de los hombres y de las comunidades en las que transcurren sus vidas.
Muchas veces visualizamos el capitalismo por su crueldad y consecuencias económicas para los pueblos, pero no evidenciamos que ese capitalismo tiene una contracara cultural cuyos daños son peores que los económicos. Ese capitalismo cultural que desarrolla el consumismo, el individualismo, el “hacé la tuya”, la idea que la política “no me da nada”… se potencia en sociedades patriarcales.
Difícilmente podremos construir una nueva realidad si no asumimos conscientemente la necesidad de despatriarcalizar la sociedad.
¿Cómo favorecer este proceso?
En primer lugar, la lucha es con los que dicen que esto no ocurre. Hay que poner en evidencia la existencia de un pacto sexual que ha garantizado el ‘monopolio masculino del poder’ sobre el cuerpo de las mujeres y su no consideración como sujetos políticos de pleno derecho.
En segundo lugar, estar dispuestos a combatir la falsa creencia en la inferioridad de las mujeres. Esto requiere estar dispuestos a estar atentos para erradicar las actitudes, costumbres y representaciones que reproducen el sexismo, el machismo y la misoginia en cualquiera de nuestras prácticas, experiencias y discursos cotidianos que se expresan en comentarios, chistes fuera de lugar, decisiones a la hora de contratar personal, actitudes, posturas de vida en nuestras casas, en el barrio, en el ómnibus, o en el trabajo…
En tercer lugar luchar por la dignidad de las mujeres y por su consideración plena como humanas erradicando la violencia machista. Tenemos leyes, pero debemos trabajar para que se cumplan y se perfeccionen buscando erradicar esa violencia que nos duele y avergüenza como uruguayos.
En Uruguay hemos avanzado tipificando el femicidio como homicidio especialmente agravado, permitiendo reconocer un homicidio originado por el solo hecho de ser mujer (Ley 19538). Otro avance legislativo fue la ley integral 19580 de violencia hacia las mujeres basada en género. Esta define dimensiones y ámbitos donde se ejerce la violencia de género, consagra derechos para niñas, niños, adolescentes y mujeres en situación de violencia y mandata al estado a abordar la temática desde la prevención, educación, atención y protección. Esta ley incluye el delito de abuso sexual y abuso sexual especialmente agravado.
En cuarto lugar es urgente que abordemos la temática cultural y educativa. Los delitos de violencia basada en género y abuso sexual a niños, niñas, son cada vez más frecuentes y los victimarios están en los entornos. Es por esto que debemos, como sociedad, contribuir a la formación de los niños y las niñas para vivir la cotidianeidad, muchas veces en entornos conflictivos. Nuestras escuelas públicas (y públicas de gestión privada) deben ofrecer oportunidades de formación a los docentes y materiales didácticos para acompañar estos procesos de educación sexual, con una perspectiva de género. Procesos que deben vivirse en alianza con la familia y la comunidad educativa toda.
Por esto vimos muy acertada la guía para docentes que la ANEP planeaba distribuir… pero como siempre los que sirven al patriarcado (en sus expresiones partidarias, religiosas, etc.) le salieron al cruce, frenando posibles avances. Debemos decir claramente que son los mismos que luego ponen el grito en el cielo cuando ocurren episodios horrorosos con menores… son los mismos que hoy impiden el desarrollo de la educación sexual basada en género en las escuelas que busca favorecer una cultura de paz, que reconozca la diversidad y analice concepciones patriarcales sobre los roles de género. Una educación sexual que aborde el tema del propio cuerpo, cuidados, sensaciones, etc.
En síntesis, hoy 8 de marzo, es justo y necesario parar. Parar para ver lo andado y proyectar los avances. Es urgente que comencemos a construir valores. No se trata de valores perdidos ni de recuperar los que antes teníamos sino de construir nuevos porque queremos una sociedad nueva, porque debemos aceptar una sociedad que ha cambiado y sigue en proceso.
Esto es despatriarcalizar y es tarea de las mujeres y de los varones, porque nos merecemos una comunidad que integre, que incluya… porque eso nos enriquece a todas y todos.
Maestro Enzo Malán Castro
Representante Nacional por Soriano.
Frente Amplio.