Las bicicletas eléctricas han ido ganando popularidad por muchos motivos, y no es de extrañar. Y es que las bicicletas eléctricas, como las de velo electrique son saludables, respetuosas con el medio ambiente, efectivas en el transporte y, a la larga, una opción más económica que el transporte público o el vehículo privado.
Dadas su funcionalidad, podría convertirse en el regalo estrella para las Navidades.
Por qué una bicicleta eléctrica
La bicicleta eléctrica puede llegar a ser muy versátil. De hecho, ni siquiera se necesita comprar una nueva, la tradicional se puede adaptar con un kit en poco tiempo.
Uno de los motivos que más pesa a la hora de hacerse con ella es, precisamente, lo económico. Quien trabaje y viva en una gran ciudad, tendrá a su disposición toda una red de carriles bicis, de manera que pueda desplazarse de un punto a otro sin necesidad de usar el transporte público o el vehículo privado. La inversión que se realice en una bicicleta eléctrica, por tanto, se amortizará en poco tiempo.
Quienes la tienen, no tardan tampoco en convencerse de su comodidad. El esfuerzo físico que hay que realizar no es el mismo que con una bicicleta tradicional, y los carriles bici por los que discurre están exentos de los temidos e incómodos atascos que sí se sufren al usar el autobús o el coche.
La cuestión medioambiental, por otra parte, tiene cada vez más peso. Las personas están más concienciadas que hace unos años sobre cómo la actividad humana influye en el planeta, convenciéndose del cambio climático y de los efectos que este genera, visibles en forma de fenómenos extremos, entre otras cosas. Usar un transporte que no emita gases de efecto invernadero ayuda a ser coherente con los principios propios.
La ausencia de estos en materia medioambiental, sin embargo, no exime a alguien de ser mínimamente sostenible. Que se lo pregunten, sino, a la ciudadanía de grandes ciudades como Madrid o Barcelona, que deben asumir las restricciones al tráfico rodado en días en que los niveles de contaminación están altos. Quienes viven y/o trabajan en ellas, llegan a ver poco rentables opciones como la compra de un vehículo diésel.
Las ventajas, para muchos, pesan más que los inconvenientes, aunque la bicicleta eléctrica no está exenta de ellos. La autonomía limitada de sus baterías de litio es una de ellas, puesto que da para recorrer sin necesidad de carga unos 35 a 60 kilómetros, cifra que puede variar según diversos factores.
Además, si de ser medioambientalmente sostenible se trata, la bicicleta tradicional sigue siendo mejor opción, porque no consume electricidad al no necesitar batería.
Cómo comprar un bicicleta eléctrica
Antes de lanzarse a adquirir una bicicleta eléctrica hay que tener claro qué se quiere. Para empezar, existen diferentes tipos, como la bicicleta eléctrica completa que, eso sí, son más caras. Costaría más también arreglarla si se estropea alguna de sus piezas, por la especificidad.
Las otras opciones son instalar un kit en la bicicleta tradicional, algo que puede hacer el mismo propietario sin que ello conlleve mucho tiempo, esfuerzo ni dinero; o bien adquirir una de formato plegable. Esta última será la ideal para quienes quieran combinar tramos en transporte público o vehículo privado con carril bici, necesiten guardarlas al llegar a la oficina o vivan en un apartamento pequeño.
Se escoja la opción que se escoja, hay que partir de qué se considera bicicleta eléctrica. Esta debe tener, como mínimo, pedales (de lo contrario se consideraría un ciclomotor), una potencia no superior a los 250 W y alcanzar una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora.
Además de estas variaciones y del entorno en el que se vayan a mover (lo que las divide en urbanas y de montaña), hay otras variaciones entre los diferentes modelos, como el lugar donde se ubica el motor.
Los motores tipo HUB en la rueda trasera son los más habituales por lo económico, aunque la asistencia al pedaleo no resulta tan rápida. Los que se ubican en la rueda delantera al recaer el peso en la dirección, pueden dificultar un poco la conducción. El motor central, en cambio, asiste al pedaleo de manera inmediata, y hacen su manejo más sencillo, porque están más equilibradas. Eso sí, es más caro tanto para su adquisición como para su reparación.