Carmen Germes era enfermera en Paysandú, en 1973 la dictadura cívico militar se impuso en el país. Durante la presentación del libro “Memorias de la Huelga General de 1973, relatos del movimiento sindical sanducero” relató algunas historias de lo que fue la resistencia sanducera al golpe de Estado. Relato que incluiremos en Agesor TV. Su relato en uno de los tantos del interior del país donde, habitualmente se dice “no ocurrió nada” durante la dictadura.
“Se hacían atrocidades en Paysandú” dijo al dialogar con @gesor. “Los plantones las palizas, las cachiporras. Uno iba en lo personal, nosotros un gremio de mujeres, que al principio nos reuníamos a escondidas, y un día un compañero dijo, si siguen haciendo eso las voy a denunciar. Y bueno, la verdad que nos dio mucho medio. Entonces empezamos a pedirle permiso a la Policía. Iba yo a pedir permiso. Pueblo chico, nos conocemos todos, éramos vecinos de un hermano de él, y el propio Comisario me decía ‘señora no ande en esto. Mire que la mano viene brava. Yo se por qué le digo’. El propio Comisario, pero nos ponían el policía dentro de la Asamblea. Fue muy difícil. Si hacías un cumpleaños tenías que pedir permiso, tres que conversaban juntos eran sospechosos y llevados. Fue muy feo”.
Ud.como trabajadora de aquella época, ¿está conforme con lo que se ha avanzado en materia de Derechos Humanos para aclarar los casos pendientes?
-“No. Para nada porque no hay justicia. No puede ser que hayan pasado los años y no hay justicia. Todos los violadores de los Derechos Humanos tienen la libertad. Salvo alguna rara excepción, que además con retención domiciliaria lo arreglan porque ¡como están tan viejitos! ¿Acaso ellos tuvieron piedad de alguien? Entonces yo quiero justicia para todos igual.
Esta gente cuando va presa, no debiera ir ahí a estar tirado en un catre en el calabozo. Hay que hacerlos trabajar para el provecho de la sociedad, para quede devuelvan algo de todo el daño que hicieron”.