Carnaval, fiesta pagana, criticada por los excesos que en su nombre se han cometido es, sin lugar a dudas, una de las claves culturales de los rioplantenses. En Uruguay, Argentina y Brasil, fundamentalmente, el Carnaval con sus particularidades locales se festeja casi como un pretexto donde se exterioriza la alegría y mientras dura la algarabía se borran las barreras sociales mezclando a los que más tienen con las clases económicamente menos pudientes.
Una celebración que en América se remonta a los antecedentes europeos, pero en esta mixtura particular de nuestro continente que supo combinar a todas las culturas que se afincaron. Es así que el tambor africano, dependiendo de la zona geográfica donde se encontraran sus descendientes, se modificó y adquirió nuevos ritmos y entonaciones, combinándose con las formas de expresión europeas de casi todas las regiones. Por eso no es raro que aparecieran y sigan apareciendo en las diferentes agrupaciones de las carnestolendas, entre tambores, pandeiros, maracas y un sinnúmero de instrumentos de percusión, la guitarra y todas sus deformaciones americanas, flautas, cornetines, acordeones y una enormidad de instrumentos.
Durante los próximos días @gesor irá publicando, junto con la cobertura habitual del Carnaval 2013, una serie de notas de corte histórico, de esta fiesta popular que ha acompañado el proceso histórico de nuestro país.