Las actividades realizadas por el Día del Patrimonio tuvieron a La Cumparsita y su compositor, Gerardo Matos Rodríguez como tema central. Una de las actividades realizadas en Mercedes fue la realizada en la Escribanía Ingold Leguísamo donde se expusieron partituras y objetos antiguos y donde se dictaron un par de charlas interesantes a cargo de Emilio Hourcade. Una de ellas sobre La Cumparsita y la otra sobre el músico mercedario Carlos Warren(ver nota aparte), poco recordado en esta época.
En la charla sobre La Cumparsita, Emilio Hourcade expresó:
“LA CUMPARSITA
Su autor, Gerardo Matos Rodríguez, compuso esta obra para las actividades de la Federación de Estudiantes del Uruguay.
Matos, nacido en 1897, estudiaba Arquitectura en la entonces Facultad de Matemáticas y lo apodaban Becho. Su padre, Emilio, era dueño de un cabaret, el Moulin Rouge, en la Ciudad Vieja.
Se dice que fue estrenada, como tango, el 19 de abril de 1917 y el título, “La Comparsita”, cambió a causa del “gracioso dicho de un mozo italiano en el actual Parque Rodó que cada vez que veía a Matos y sus bullangueros amigos anunciaba: ‘Llegó la cumparsita’”.
Otros entendidos sostienen que el título lo idearon Matos y sus amigos teniendo presente el destino de la composición: iba a ser una marcha carnavalesca tan sin pretensiones, que su nombre iría en diminutivo y, además, con una grafía deliberadamente equivocada.
Gerardo Matos Rodríguez estudiaba Arquitectura cuando se vinculó con la Federación de Estudiantes del Uruguay. Aunque abandonó sus estudios, comenzó a componer en 1916 una marcha destinada al desfile del grupo carnavalero de universitarios que integraba, denominado “La Cumparsa”. Tenía 20 años de edad.
Según testimonios de otros ex-universitarios, Matos Rodríguez utilizaba un piano que se encontraba en el local sede de la Federación. El piano llegó a estar embargado y las autoridades judiciales se disponían a retirarlo del local. Los estudiantes lograron impedirlo, al parecer, engañando al guardia que debía custodiarlo.
La Cumparsita fue dedicada por Gerardo Matos Rodríguez a sus compañeros, según consta en la partitura original:
“Dedicado a mis estimados amigos y compañeros los Bachilleres:
El pentagrama original era muy rudimentario por lo que recurrió a la ayuda del pianista Carlos Warren, para presentárselo más prolijamente.
En abril de 1917, los compañeros de Matos Rodríguez solicitaron al músico Roberto Firpo que ejecutara la composición con un arreglo de tango. Fue en el café La Giralda, situado donde actualmente se emplaza el Palacio Salvo. Según Firpo, la obra estaba incompleta, por lo cual él resolvió incorporarle composiciones de su autoría como lo eran “La Gaucha Manuela “ y “Curda Completa”, como también Firpo manifestó haber incluido una parte de la ópera Miserere de Verdi, por lo que La Cumparsita podemos decir que tenía aportes de Matos Rodríguez, Firpo y Verdi.
La interpretación de la orquesta de Roberto Firpo fue la primera del tango La Cumparsita en público. De inmediato comenzó a ejecutarse en otros locales nocturnos de Montevideo. Ese mismo año Matos Rodríguez -aún menor de edad- vendió los derechos de la obra a la casa Breyer Hermanos, de Buenos Aires.
“La Cumparsita” fue llevada al disco poco después por un cuarteto uruguayo integrado por el pianista Alberto Alonso, el bandoneonista Minotto di Cicco y los violinistas Juan José Castellanos y Juan Tróccoli. Sisa cuenta que en mayo habían ido a Buenos Aires para grabar veinte temas en los estudios de RCA. “Llevaban realizados diecinueve registros y, cuando estaban en la duda del último, el gerente Dell’Acqua sugirió: ‘¿Por qué no hacen ese tanguito de Matos?’. Quizá más apremiados por el tiempo que por el entusiasmo, aceptaron; así surgió la primera grabación de ‘La Cumparsita’”.
Juan José Castellanos también era mercedario, hijo del prestigioso periodista Federico Castellanos, fue alumno de José Segú y tocó luego en la orquesta de Carlos Warren.
En 1924, los autores porteños Enrique Maroni y Pascual Contursi escribieron una letra para la composición, que se tituló “Si supieras”. Esta versión de La Cumparsita fue popularizada por Carlos Gardel y orquestas como la de Francisco Canaro. Sin embargo, Matos Rodríguez nunca aprobó que su obra se interpretase con esa letra, lo cual generó un conflicto legal que se prolongó hasta después de su muerte, en 1948.
Matos recuperó los derechos de “La Cumparsita” pero el pleito grande lo tuvo con Pascual Contursi y Enrique Maroni, después de que ambos adosaran una letra al tango de Becho, introdujeran cambios en la partitura para que rimara
Matos, quien rechazó indignado la letra de Contursi y Maroni, y en 1926 escribió una propia, de cinco estrofas, haciendo que la editorial publicara solo estos versos con la música original.
Gerardo “Becho” Matos Rodríguez finalmente le escribiría una letra a “La Cumparsita, obligado por el auge de los temas tangueros cantados más que por su interés de escribirla y así lo demuestras las siguientes palabras de Becho: “Ya para entonces la moda del tango-canción exigía que ‘La Cumparsita’ tuviera una letra para reemplazar la otra (la de Contursi y Maroni). Por lo tanto, con el espíritu del amo que prefiere sacrificar él mismo a un animal marcado, así me decidí, me encerré una noche y le escribí una. Un espanto. Fue una letra mal parida, escrita sin ganas, a regañadientes. ‘La Cumparsita’ nació sin letra y así debió haber seguido, pero no tuve otro remedio. El 9 de noviembre de 1926 depositaba en la Biblioteca Nacional un ejemplar de mi tango, con letra y música mías”.
El largo litigio culminó en 1948 con un fallo que otorgó 80% de los derechos a los herederos de Matos Rodríguez y 20% a los de Contursi (fallecido en 1932) y a Maroni, quien vivió nueve años más.
Pero el “himno de los tangos” tuvo tres letras más:
- La de Alejandro del Campo
- La de Roberto Salles
- Y la que escribió en 1937 (en inglés) la norteamericana Olga Paul.
Actualmente, el piano en el que nació “La Cumparsita” integra el acervo del Museo y Centro de Documentación de Agadu.
La Cumparsita se ha ejecutado y grabado en todo el mundo, con esta y otras letras traducidas a decenas de idiomas. En 1998 fue declarada por ley “Himno Cultural y Popular del Uruguay”.
Otras importantes obras de Gerardo Matos Rodríguez fueron:
- Mocosita
- El rosal
- San Telmo
- Adiós Argentina
- Che Papusa, oí
Astor Pantaleon Piazzolla decía que La cumparsita “era el peor de todos los tangos que se habían hecho”.
En la exposición de Sevilla de 1992 al conmemorarse los 500 años del descubrimiento de América, la delegación argentina protestó sin éxito porque su par uruguaya puso énfasis en el origen montevideano de la pieza.
Pero en el año 2000, en ocasión de los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia, la bronca fue uruguaya después que los organizadores emitieron La cumparsita mientras desfilaban los atletas argentinos.
Usada en películas desde “Una Eva y Dos Adanes” de Marilyn Monroe hasta Harry Potter”.