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La necesidad de rediseñar los Fondos Culturales, regionalizándolos, fue una de las medidas instrumentadas por el Ministerio de Educación y Cultura. La iniciativa tiene como objetivo fomentar iniciativas surgidas en el interior del país, comentó Sergio Mautone. El Director Nacional de Cultura en diálogo con @gesor se comentó “esto nos habilita a poder afinar la vista y determinar con mayor precisión cuáles son nuestras necesidades”. Explicando “hay que trabajar en el rescate de las identidades locales y las expresiones que son propias de cada lugar porque es precisamente en la reafirmación de identidades es donde podemos construir la riqueza de la cultura”.
En la medida que ha pasado el tiempo, ¿los Fondos Concursables han dado el rendimiento que se esperaba? ¿Hay satisfacción en cuanto a su continuidad?
-Los Fondos Concursables son una oferta abierta de la que buena parte de los artistas se sirvieron para desarrollar productos culturales, y de alguna manera esta iniciativa satisfizo la necesidad de la época en que surgieron. Hoy resulta insuficiente, porque entre otras cosas el trabajo que se viene consolidando con ellos, y la presencia de los Centros MEC en todo el territorio, ha ayudado a consolidar un tejido cultural, y hace que la ciudadanía se encuentre en condiciones de demandar cada vez más.
La cultura tiene la particularidad de que en la medida que se la conoce y se la disfruta se la demanda. Por consiguiente son cada vez más crecientes las necesidades.
Los Fondos Concursables creo que cumplieron un rol fundamental en el momento que nacieron. Hoy requirieron, y por eso actuamos, de algunos ajustes que los acerque a la necesidad actual del país. Por ejemplo han consolidado un nivel de producción de calidad alta, y a pesar de su regionalización no necesariamente han incidido de manera directa para que de igual forma, distintas regiones del país se pudieran empoderar de las posibilidades que ofrecían…
¿Por qué no se distribuyeron equitativamente en el territorio?
-Los fondos si bien se regionalizaron, y disponían para el interior un monto equivalente al 50%, están en el entorno de los $ 18 millones, ese porcentaje destinado al interior no necesariamente era así. Es decir el interior no desarrollaba propuestas para realmente absorber la posibilidad que ofrecían. Entonces los dineros volvían al fondo central y por tanto se distribuían por prelación y terminaban en Montevideo o la zona sur del país: Costa de Oro, Maldonado, Punta del Este.
Nosotros sentimos que había que darle un giro, cosa que hicimos este año, creando específicamente un fondo destinado al interior, regionalizado pero que no tenga la posibilidad de fugar hacia la centralidad de Montevideo. De manera que ese fondo se absorbe en la zona o no en la región. Nos va a permitir identificar de mejor manera las dificultades que tenemos en el interior para que tengamos un rápido crecimiento.
Además, este fondo nuevo tiene un jurado que es de artistas del interior del país y pueden evaluar con mayor cercanía cuáles son los planteos que surgen de las regiones.
Habitualmente cuando se habla de cultura se relaciona a Montevideo, como sinónimo de cultura nacional, y la que se genera en el interior es como de segundo orden
-Yo no creo que haya dos culturas. Mejor dicho y me contradigo: hay infinidad de culturas. No hay una cultura única, no hay obviamente una cultura oficial. Creo que hay distintos niveles de expresión. El Uruguay es un país muy rico. Es factible que Montevideo, dada la posibilidad de acceso a la formación y a determinadas condiciones, produzca en algunas disciplinas una relativa mayor calidad, pero esto para nada implica que esa calidad no aparezca en otros puntos del país.
Cuando digo calidad lo hago en término de producto terminado, porque las capacidades y talentos no se territorializan; están en todas partes. Pero por otra parte cultura no son sólo las expresiones artísticas de elite, sino que hay montones de muestras. De hecho las fiestas regionales son un clarísimo ejemplo de la riquísima oferta cultural que tiene el país y que día a día ayudan a consolidar una malla que es enorme
Creo que hay que trabajar en dos vías, por un lado facilitar la circulación, lo que nos posibilita que todos podamos ver todo. Pero por otro lado hay que trabajar en el rescate de las identidades locales y las expresiones que son propias de cada lugar porque es precisamente en la reafirmación de identidades es donde podemos construir la riqueza de la cultura.