Lilia Margot Sosa Arcel, oriunda de Guichón (Paysandú), "pero por adopción desde hace más de 37 años en Mercedes, es mi segunda ciudad. En la Policía desde hace 23 años", comenzó diciendo esta funcionaria que este sábado cumplió con su última jornada de labor activa en la Policía de Soriano pasando a retiro.
Esto significa que toda su carrera policial la hizo en Soriano, su primer destino fue "la seccional 1a. después estuvo en otros destinos, entre ellos la Unidad de Violencia Doméstica que durante años fue la Comisaría de Mujeres, seccional 2a donde estuve varios años y mi última destino es éste, Policía Comunitaria donde llevo siete años".
Se conjugaron dos cosas para que ingresara como Policía, "obviamente uno el tema económico, lo otro era criar mis hijos, son cinco, en un hogar monoparental. La mayor, Laura, que siguió mis pasos, Laura 37 años, María Eugenia que trabaja y estudia vive en Montevideo de 30 años, Sergio que tiene 29 años el único varón que trabaja, Katherine de 23 años también empleada y la más pequeña Valentina de 18 años que es la que está conmigo. Agradecida a la institución, Valentina nació (se emociona hasta las lágrimas) estando dentro de la institución".
Reconoce que es una profesión que le ha gustado "pero que dejás muchas cosas de lado, las fiestas tradicionales, aquí estás por amor a la camiseta, al uniforme. Todos los destinos
tuvieron cosas buenas y de las obras, amaba el trabajo ejecutivo, era la primera en subirme a un móvil cuando salía a un procedimiento, me gustaba la acción, fue un cambio brusco, me costó, quise volver a la labor ejecutiva, me costó adaptarme. Pero después vi que ayudás a la gente de otra manera, que tenés otro tipo de acercamiento y hay muchísimas satisfacciones, aunque también ves muchas cosas feas, lloras, sentís impotencia cuando las cosas no salen como querés, pero hay que salir adelante porque la gente viene en busca de soluciones a sus problemas, y algo tenés que darle, que se vaya mejor de lo que vino".
Reconoce que los tiempos han ido cambiando, "la disciplina ha cambiado a todo nivel tanto en la fuerza como en la propia sociedad a partir de la familia misma, la sociedad está mucho más complicada y la Policía es un reflejo de esa sociedad. (Sonríe cuando recuerda) En casa veían me veían llegar y era que llegaba la sargento decía, entonces se repartían tareas, cada uno hacía la suya, una limpimpiaba, otra cocinaba, y así entre todos así las cosas de la casa cuando yo llegaba estaba todo en orden, era la forma de criarlo y me siento orgullosa de ellos".
Sobre su futuro, contó que a comienzo de este año "inicié en Escuela del Hogar cursos artesanales de mimbre y repujado en cuero, porque quería estar integrada en otro círculo, estar haciendo algo no quedarme encerrada en casa, han sido muchos años en la seccional como mi segunda casa y los compañeros como mi segunda familia y se va a extrañar. Estoy abocada a esas tareas artesanales".
Hasta el último día siguió haciendo servicio 222, fue en el Banco República junto a una compañera que le pidió para que hiciera con ella que no les había tocado juntas nunca y lo hizo.
Sale de licencia por 55 días y su fecha de retiro es el 30 de setiembre, ya no vuelve al servicio.
Este sábado al mediodía, sus compañeros de Policía Comunitaria, cada uno llevó algo y compartieron una pequeña despedida y brindis, oportunidad en la que Lilia dejó como obsequio que entregó a la Oficial Valentina Sosa encargada de la Unidad, un reloj en cuero tapujado hecho por ella en los cursos que mencionamos y con él una tarjetita diciendo "No es una despedida, me verán a la venta de la esquina, y a cada segundo. Un apretado abrazo. Con cariños. Lilia".
Lilia también dedicará su tiempo a sus nietos Belén de 15 años, Tatiana de 6 años y Constanza de 4 años, junto a Emily de 17, Juliana de 15, Rodney de 11 y Justin de 9, "estos cuatro son nietos del corazón".
Orgullosa de mi mama!!!