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02 de August del 2017 a las 18:15 -
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El olvido está lleno de memoria
Escribe Gonzalo Barrios Boibo

Vivimos un presente que niega el pasado, valorando tan solo lo inmediato, al tiempo que navegamos en la banalidad de lo intrascendente, de lo accesorio, dejando de lado toda reflexión incómoda. Sólo importa el qué y no el para qué. Nos abrasamos al fin de la Historia con infantil regocijo, mientras, quienes valoramos la construcción del hoy como fruto de un largo camino compartido, somos frecuentemente vistos como incómodos recordatorios de lo que se pretende olvidar. Como si el olvido fuera posible o inocuo. Hasta que el pasado se nos hace presente y nos obliga a enfrentarlo.
Este lunes comencé mi día enterándome que, junto a otros docentes, algunos de los cuales son mis actuales compañeros de trabajo, mi madre Elvira Boibo más conocida como “Chichita”, fue víctima en plena Democracia de espionaje por parte de los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas. Para esto se sirvieron de los bajos y arteros servicios de una triste espía, funcionaria de Secundaria, que añorando seguramente la represión de los oscuros años de la Dictadura, se prestó a traicionar a sus compañeros de trabajo.
Lo oscuro del hecho radica en la delación, y no en lo que se informara sobre mi madre, ya que ella fue todo lo que en estos ilegítimos e ilegales documentos se afirma. Fue una Docente enamorada de su trabajo, de la Literatura y de la Enseñanza, comprometida con sus estudiantes, los cuales llenaban nuestra casa, para luego convertirse frecuentemente en Docentes. También fue una mujer de izquierda, convencida de que un mundo mejor era posible y de que valía la pena jugarse por construirlo. Así mismo fue una trabajadora de la educación que luchaba por dignificar su trabajo sin importarle el lugar que ocupara. Hoy ella misma es recuerdo y no olvido, porque se sembró en otros entregándose en el proceso.
Escribo y re-escribo estas líneas intentando podar la amargura que la impunidad me genera, para que no ganen ellos, los que quisieron robarnos el futuro borrando el pasado, los que encarcelaron, torturaron, desaparecieron y hoy siguen impunes y quizás aún nos espíen amparados en una Democracia tutelada, aún hoy, 30 años después, tutelada. Elijo celebrar el legado de quienes, como mi madre, cultivaron la dignidad y la solidaridad sin claudicación.
Pero al mismo tiempo exijo, al Poder Judicial y al Poder Ejecutivo que actúen, que investiguen quién ordenó el espionaje en Democracia, quienes fueron los mandos militares y políticos, quienes los ejecutores civiles y militares, porque sigue siendo válida la máxima de que aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo y nosotros, protagonistas del presente, debemos parir un futuro donde la Justicia y la Verdad no sean un privilegio sino un derecho.
Y también me comprometo, a no olvidar, a no dejarme vencer por la indiferencia, a regar la memoria, no como ancla, sino como fértil tierra que dará como fruto el mundo mejor por el que mi madre junto a tantos otros pelearon.

(2412)


COMENTARIOS
Enviado por: Nelly Maneiro

BIU La profe. de literatura. Tan calma en su caminar, tan serena en su hablar. Verguenza debe tener aquel o aquella que creyera que la profe., sería capaz de alguna maldad. Que errados estuvieron. Hubo y hay personas tan temibles, pero NO ella.


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