Un hecho insólito que demuestra notoria falla en los controles del Ministerio del Interior tanto a nivel de la Jefatura de Policía, en este caso de Rivera y del propio Ministerio del Interior, y que además, ante la necesidad económica de un funcionario policial, éste expuso durante casi dos años su vida sin tener con qué defenderse en caso de haber sido atacado, siendo responsable de la custodia de un sector de ingreso a la principal institución financiera del país, el Banco Central del Uruguay.
El hecho comienza con una situación de violencia doméstica ocurrida en Rivera, donde reside este funcionario policial, hecho por el cual se le retira el arma, como ocurre con todos los policías que reciben denuncias de este tipo. Funcionalmente él desempeña tareas en el complejo carcelario de Santiago Vázquez, el COMCAR, está en el régimen que junto a otros compañeros viaja desde Rivera, trabaja una semana y descansa una semana. Y la mayoría de ellos realizan servicios de 222.
En el caso de este funcionario, E.A.C. desde hace años cumplía el servicio 222 en el Banco Central del Uruguay y quedaron en evidencia la falta de controles de la Jefatura de Policía de Rivera, del Ministerio del Interior y del Banco Central.
El propio Ministerio tiene conocimiento que está pagándole horas del servicio 222 a un funcionario que no dispone de arma para cumplir con el servicio, habiendo llegado hace un par de meses a hacer un reclamo porque le habían liquidado horas de menos en el servicio 222 en el Banco Central del Uruguay, fue al Ministerio y ¡se las pagaron!
Este funcionario habitualmente cumplía tareas en la puerta de acceso al Banco Central del Uruguay ubicada sobre calle Paysandú y lo hacía en el turno de la noche, esta es la única puerta que si bien se cierra con rejas, durante la noche puede ingresar gente del Banco, la que debería cerrarse a las 22.00 pero nunca se cierra a esa hora sino que permanece en funcionamiento hasta las 0.00 o 0.30 y esta puerta es la que durante un año y medio a dos años custodió el policía con una pistola de aire comprimido.
La situación se descubrió porque alguien fue directamente a inspeccionar el casillero donde guardaba sus pertenencias el funcionario en el Banco Central del Uruguay, al parecer alguno de los otros funcionarios lo habría "vendido" y al abrirlo se encontraron con una pistola de aire comprimido y a partir de allí se le tomaron declaraciones y dejó de prestar el servicio 222, ya que está sin arma. Continúa cumpliendo sus tareas como policía en el COMCAR.
Hoy que desde el propio Ministerio se cuestiona a los privados por la contratación de funcionarios policiales para lo que se denomina 223, o sea la custodia particular que está prohibida por ley y que fuera tan cuestionada por el Subsecretario Jorge Vázquez y también por el Ministro Eduardo Bonomi, ante la pérdida de una vida -que no es la primera- de un policía. Lo que cabe preguntarse es ¿cuál hubiera sido la reacción de estos jerarcas si el funcionario policial E.A.C. hubiera sido víctima de un ataque de un delincuente y no tenía con que repeler el ataque?
O sea que fallan los controles tanto en lo privado como en lo público.