La situación fue denunciada por vecinos del barrio "Grito de Asencio", en calle Haedo al sur, en la zona de la sede de Juventud Soriano, donde desde hace varias semanas se ha venido observando un panorama desalentador que le ha tocado vivir a un anciano de iniciales F.B. de 77 años de edad.
La realidad es muy dura, y muestra a un abuelo sumergido en una situación de extrema pobreza, como lo pudo constatar @gesor en una visita realizada en las últimas horas.
El septuagenario, hace un par de semanas, tuvo la mala suerte de caer al piso luego de resbalarse en las instalacionse de la sede de Juventud Soriano a donde acostumbraba ir a diario.
A partir de ahí su vida cambio, al experimentar una fractura de cadera y de uno de sus brazos, lo que llevó a que fuera hospitalizado de inmediato e intervenido a los efectos de recomponerse.
Si bien en su etapa de recuperación intentó volver a caminar acompañado de unas muletas, hoy por hoy la realidad es otra, dado que se encuentra postrado en una cama tendida sobre el piso de la humilde vivienda donde vive desde años.
La falta de higiene y la ausencia de recursos, lo rodean, llevando a que tenga que enfrentar una vida cargada de complejidad y denotada pobreza.
F.B.pese a que por momentos se resiste a recibir ayuda, alcanza a alimentarse gracias a la comida que le acercan los vecinos del barrio, que de manera solidaria contribuyen a que el anciano vaya sorteando obstáculos.
El hombre, según comentó a nuestra Agencia de Noticias, se encuentra alejado de sus familiares, ya que algunos de ellos viven en otros departamentos, y el resto en el exterior del país.
Su pelo largo, su barba, sus heridas sin su debida curación, la cama inventada sobre el piso de su vivienda, el latón donde hace sus necesidades fisiológicas y los platos de comida que le llevan sus propios vecinos, parecen ser escenas normales de una triste y lamentable historia, pero quienes se preocupan por el abuelo insisten en que nunca es tarde y que todavía es posible darle una vuelta de tuerca a la grave problemática que hoy denuncian.
De acuerdo a la información a la que pudimos acceder, en las últimas horas F.B. fue objeto de una internación compulsiva, en respuesta a una orden judicial, ya que debió intervenir Policía Comunitaria, Mides, Acción Social y Famlilia de la Intendencia, y algunos allegados que se acercaron preocupados frentela inquietud demostrada por los vecinos del barrio que ayudaron a que el asunto no se agravara.