Dolores (por enviado especial). Entre los cientos de doloreños que se acercaron hasta la plaza Constitución para participar del acto de homenaje a las víctimas del tornado del 15 de abril 2016, estuvieron familiares de quienes perdieron la vida en aquella tragedia de la que este sábado se cumplió un año.

Entre la multitud, caminando junto a su hija, yerno y nieta, Américo Alfredo Risso, a quien abordó @gesor para poder consultarle sobre cómo se siente hoy a un año de haber perdido a su compañera, su esposa de 35 años de casados, doña Celina Torres, quien falleció el lunes siguiente a ese viernes en el CTI de AMEDRIN en Fray Bentos.
Ha pasado un año, ¿qué ha sido para usted?
Se emociona y con relato entrecortado nos cuenta, "no le puedo explicar, tengo una amargura, sentirme solo, en la casa donde estuvimos 35 años juntos".
¿Estaba en la casa cuando ocurrió aquello?
"Sí, con esa nena (señala a su nieta Alejandra Loreley), la salvé poniéndola debajo de una mesa y le dije a ella (la señora) que se metiera debajo de la otra mesa, pero no me hizo caso y fue a cerrar la ventana".
¿Se cayó una pared?
"Sí, se cayó pared, y cuando paró el viento y miro la otra mesa que estaba sana, en un lugar que no había caído ni siquiera un ladrillo, me puse contento y dije, ella debe estar afuera mirando el desastre. Cuando miré y no había nadie, entré de nuevo y la vi abajo de... los escombros. La saqué, tenía quebrado el fémur...".
¿Estaba conciente? ¿Pudo hablar algo?
"Sí, le dije m'hija donde te duele, "acá" me dijo y con la mañno se tocó la pierna, quedate quieta que voy a salir a buscar ayuda. Todos estábamos en la misma. Al primer lugar que vine fue a Bomberos, estaba a cargo una mujer y me trató casi como un perro, que la insulté después y me vine a la comisaría, tuve que dar gracias a los que me dieron una mano, era una policía femenina y tres varones, ellos me ayudaron a echarla arriba de la camioneta porque no había nadie y de ahí al hospital, y de allí directo al CTI de Fray Bentos y ahí pasó tres días".
¿Pudo ver algo antes de lo que se venía?
"Sí, hacía 30 años había estado en Carmelo, en otro tornado, y cuando lo vi le dije, mirá que es diez veces más grande que el de Carmelo, porque era algo horrible, el de Carmelo era un pichoncito al lado de éste. Estábamos adentro, ella sintió el ruido y yo estaba cerrando el galpón del fondo, la cocina y miré para arriba lo vi venir como a las dos cuadras, rugía como mil aviones juntos".
Perdió a su señora, salvó a su nieta.
"Sí, allí está mi nieta. Y mi hija estaba trabajando en Villa Soriano, justo venía, trabaja en la Escuela Industrial, en la administración. El marido de mi hija trabaja en Carmelo. Mi hija llegó justo cuando había venido a buscar ayuda para que me ayudaran a traerla hasta el hospital a mi señora y cuando viene... me acuerdo que le había dado el celular a mi nieta para que se quedara quietita abajo de la mesa, para que no viera a la abuela, cuando llame alguien contestele. Y habló mi hija, y cuando vino, preguntó por mí, "el tata salió para afuera" le dijo y mi hija creyó que me había llevado el viento, lo que habrá pensado pobre, que se había quedado sola".
¿Está viviendo en la misma casa? ¿Eligió reconstruir allí?
"Sí, porque el dolor mío es acá (se señala el pecho) y adonde vaya es lo mismo".
¿Cómo la recuerda a su señora?
"Como era ella, cuando nos sentábamos a tomar mate, preparaba la comida, era muy trabajadora, y anduvimos siempre juntos en las buenas y las malas, una compañera".
¿Cómo reconstruyó?
"Ahí eran dos lugares, dos piezas, cocina y baño que tenía mi hija, que les había hecho nuevo, a eso lo borró, y en la parte vieja que era asentada en barro, quedó una pieza y el corredor donde estaba la otra mesa, sanos. Qué se yó... El Mides me hizo un monoambiente, con mi yerno y yo mismo".
Y Celina siempre está presente allí
"Sí... aunque le parezca mentira, la siento caminar y a veces toser...".
¿Cuál es su mensaje hoy a un año de aquel terrible momento?
"Donde esté pienso que estará mejor que acá, porque está descansando, sin los problemas y las injusticias de estos tiempos".
Don Américo cuenta que tiene otro nieto, Damián Alexander, que tiene 6 años (en aquel momento 5 años), "estaba a cuatro o cinco cuadras de casa, en la Escuela 102, que también sufrió voladuras, me dice "vos sabés tata volaban los árboles y todos los niños lleraban", y vos también le digo yo y me responde, "no, yo no lloraba, llevé a nenes a un baño", él se mentalizó como que era una película.
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Don Américo muestra su bronca, enojo, por no haberse podido jubilar, está recibiendo una pensión de $ 7.000, le faltan reconocer tres años que estuvo trabajando en una repartición del Ministerio de Defensa , "dicen que me pusieron como que era una empresa unipersonal y el BPS me pide que pruebe, ¿por qué no me prueban ellos que tuve empresa? que es mucho más fácil y menos gastos. Tuve que recurrir a abogado, ir varias veces a Montevideo al BPS, sin embargo sigo sufriendo, como de limosna $ 7.000, me daban $ 8.000 pero me sacan $ 1.000 que dicen me pagaron de más no sé de donde, que me la dieron después que murió ella, sólo me faltan esos tres años de reconocerse para poder jubilarme. Yo trabajo todavía para poder vivir, le doy $ 7.000 en la mano a cualquiera y quiero saber qué hacen para vivir. El que no ha pasado mal no sabe ni piensa como pasa aquel que pisa el barro".

En la fotografía Don Américo junto a su nieta Alejandra Loreley.