22 de March del 2017 a las 18:03 -
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Gurruchaga: “Se habla mucho de la estafa al Fonasa y no se discuten los temas importantes de la salud”
Usuarios de la salud hacen un balance a diez años de iniciarse el Sistema Nacional Integrado de Salud. “Hay un estancamiento en el cambio del modelo de atención”.

A diez años de implementarse el Sistema Nacional Integrado de Salud, el movimiento nacional de usuarios de la Salud pública y privada hizo un balance de la gestión. Sigue preocupando la inequidad observada en la distribución de los recusos de la salud que se hace en el país y señalan que “hay un estancamiento en una de las patas sobre las que se apoya la reforma de la salud, que es el cambio del modelo de atención”. Al mismo tiempo entienden que la información que genera la estafa al Fonasa deja de lado en la opinión pública temas importantes que deberían discutirse. La Agencia Soriano de noticias, Agesor, dialogó con uno de los integrantes del mencionado movimiento, Néstor Gurruchaga, ex presidente de esta organización, quien debió dejar la presidencia porque así lo establecen los estatutos de esa organización.

-Gurruchaga: ¿Se ha hecho el balance a una década de iniciarse en nuestro país el Sistema Nacional Integrdo de Salud?
“Sí, nosotros tenemos un balance como usuarios organizados que somos de estos primeros diez años del Sistema nacional integrado de salud. De las tres patas en que está basada la reforma de la salud, que es el cambio en el modelo de financiamiento, cambio en el modelo de gestión y cambio en el modelo de atención, consideramos que sí hubo un avance muy importante en la primera, en el cambio del modelo de financiamiento. Es mucho más democrática la forma en que se financia actualmente. Ha habido algún avance, aunque queda mucho trabajo por hacer en cuanto al cambio en el modelo de gestión, pero en nuestra opinión el gran debe de la reforma de la salud es la tercera pata, el cambio en el modelo de atención, ya que la reforma prioriza el primer nivel de atención, o centra la reforma de la salud en un cambio hacia el primer nivel de atención. ¿Qué implica cambiar el primer nivel de atención? Implica promover y prevenir en salud, trabajar en el primer nivel. Y nosotros hemos encontrado que en eso radica el principal atraso. Consideramos que hay un estancamiento de la reforma, en ese terreno, y una de las causas (tal vez una de las más importantes) es que eso choca con intereses que controlan buena parte del sistema nacional integrado de salud. Porque priorizar el primer nivel implica prevenir y promover en salud, y hay algunos sectores del sistema de salud de nuestro país cuyo negocio no es la salud sino la enfermedad. Entonces, por ejemplo, nos encontramos con que se liberan los fondos de reinversión generalmente de los prestadores, no dedican eso al primer nivel de atención. Generalmente ASSE (Administración de los Servicios de Salud del Estado) lo hace. ASSE sí lo hace, ya que hay inversión y hay trabajo en el primer nivel de atención, y poco a poco nos vamos encontrando con una situación en la cual ASSE termina comprándoles servicios (en aquellas cosas que no ha desarrollado) a los prestadores privados. Por lo tanto, a grosso modo ése es nuestro balance. Creemos que el Ministerio de Salud Pública debe jugar su papel de rector de la reforma, tiene que controlar que parte de los fondos vayan hacia el primer nivel de atención, cosa que no se está haciendo. Y hay alguna preocupación en cuanto a que consideramos que ha habido más avance, que es en el cambio en el modelo de financiamiento, porque el nuestro es un sistema muy atado a lo salarial, al nivel de los salarios, y en un momento de crisis como el que está pasando la economía de nuestro país, donde están cerrando muchas fuentes de trabajo, cerrando empresas, creemos que hay que prender una lucecita amarilla para analizar allí que no se vaya a desfinanciar en el futuro”.

El ministerio debe jugar su papel de rector

-Gurruchaga, usteded afirma que esa tercera pata está en el debe: ¿Ya parece irreversible eso?
“Creemos que lo que tiene que haber es voluntad política. Tiene que haber voluntad política en querer revertir eso y en revertir otras dos cosas, que también son parte de nuestro balance: la enorme inequidad que hay en la distribución de los recursos humanos en salud. Montevideo, con el área metropolitana, con el 45% de la población, concentra el 75%, aproximadamente, de los recursos humanos en salud. Nos queda el 25% para el resto de la república. Y de ese 25% sólo el 8% está al norte del río Negro. Eso es multicausal. Una de las causas principales, en mi opinión, es que en Montevideo es más fácil el multiempleo. Es muy difícil, sobre todo en algunas especialidades, que vengan a trabajar al interior. No quieren venir a trabajar en el interior. Pero hay que tener voluntad política, hay que resolver esto de alguna manera. Pensamos que el ministerio debe jugar su papel de rector y encarar cosas. La distribución de recursos humanos no es una cosa que se resuelva en un corto plazo, pero nosotros queremos ver que se inicie un proceso que revierta eso. Tiene que haber volunta política sobre todo en un aspecto, que para nosotros es central: nosotros entendemos que no hay manera de profundizar la reforma de la salud sin afectar intereses de fuertes corproraciones que controlan una buena parte del sistema nacional integrado de salud”.


-Usted habla de inequidad. ¿Mediante la imposición no se puede hacer no se puede cambiar? ¿Qué mecanismos se pueden desarrollar para que ese porcentaje del 25% aumente y las cifras sean más equitativas?
“Y, según algunos profesionales, ellos dicen que les gustaría instalarse y venir a vivir en el interior, pero hay una diferencia salarial. La diferencia de salarios entre Montevideo y la zona metropolitana y el interior es enorme. A prepo, me imagino que no, pero en algunas cosas sí se puede hacer algo. Por ejemplo: tendría que haber una forma de reglamentar el tema del multiempleo. Si bien hay algunos mecanismos de cargos de alta dedicación, no alcanza con eso. Está muy claro que si no se inicia un proceso para revertir eso, aquello de que recibamos el mismo nivel de atención sin importar en qué parte del país vivamos, éso va a quedar como papel mojado, es decir, lejos de cumplirse. Hay países que tienen leyes para eso, cargos de alta dedicación donde pagan bien, pero exigen dedicación plena a un prestador.
El sistema de salud en Uruguay es 9,5 del PBI, el Producto Bruto Interno. Eso es lo que gasta Uruguay en todo su sistema de salud. Nosotros no estamos disconformes con eso. Siempre quisiéramos que los recursos fueran más. El tema es cómo se manejan. Porque al ser un actor principal el Fonasa (el Fondo Nacional de Salud), para el cual todos los uruguayos aportamos, es plata de todo el pueblo uruguayo, y creemos que en algunas áreas debería manejarse distinto”.


-¿Y los sueldos? ¿Tan dispares son?
“Hace poco salió un vocero de las prestadoras privadas de salud diciendo que ellas, colectivamente, habían dado pérdidas, y que estaban con sus números en rojo. Nosotros consideramos que hay renta oculta en forma de salarios. A esto lo queremos decir con todas las letras. Hay cargos gerenciales en algunas mutualistas grandes que oscilan entre 800mil y un millón de pesos por mes de salario, hay directores técnicos de áreas donde los salarios andan entre los 250mil y 300mil pesos por mes, hay algunas mutualistas del interior del país donde los salarios de sus cargos principales andan entre 400mil y 500mil pesos por mes, y hay algunos anestesico-quirúrgicos que rondan el millón y medio de pesos mensuales en salarios.
Todos los uruguayos deberíamos hacernos una pregunta: ¿Está bien que en este sistema de salud, financiado por todos el pueblo uruguayo, que todavía tiene muchas carencias, sobre todo en el interior profundo, donde faltan muchas cosas y muchos servicios de salud, se esté pagando estos niveles de salarios? Ellos dicen generalmente que están en rojo o que están perdiendo. Nosotros, como usuarios organizados, queremos poner arriba de la mesa y abrir la discusión sobre el tema, porque entendemos que hay renta, léase ganancia oculta en forma de salario. En estos últimos días se ha hablado mucho de la estafa al Fondo Nacional de Salud (Fonasa), todos los grandes medios se han ocupado de eso, y en realidad comprobado hay 572 casos de afiliaciones falsas o “truchas”, como les dice comunmente la gente. Como mucho puede haber sido pago de un mes o dos meses. Si es de un mes, en plata estamos hablando de 30mil y algo de dólares, y si fueron dos meses estamos hablando de 70mil dólares. Es algo que está mal, es una estafa, y la gente que tenga que ir presa por eso, que vaya presa. Ahora, comparado con otros números que no están en la gran prensa, y que no están en la discusión, esas 572 afiliaciones falsas, y esos 70mil dólares, que sería lo que habría costado, es “un vintén pal juda”. Nosotros queremos hablar, por ejemplo, de la sobre-cuota de inversión uno, que es una ley que estaba destinada a mejoras edilicias, a renovación de tecnologías y a la historia clínica electrónica. De eso sí queremos hablar. Y pongo otro ejemplo. La forma principal en que el Fonasa vuelca el dinero hacia los prestadores se llama cápita; hay una comisión que es la que estudia las cápitas, la que analiza e instrumenta una forma, la paramétrica para definir las cápitas, y el Fonasa abona 2 millones y medio de cápitas por mes. Estamos hablando que salen del Fonasa hacia los prestadores 150 millones de dólares mensuales. Eso más el 6% por metas. Ahora, en la comisión de cápitas no hay ni representantes de los usuarios ni representantes de los trabajadores; por lo tanto no hay representación social en el lugar donde se define eso. En el 2016 el Ministerio de Economía y Finanzas y la División de Economía de Salud del ministerio analizaron la paramétrica, analizaron las cápitas, y definieron que estaban sobreevaluadas entre un 1,5% y un 2,5%. Después no le hicieron caso a eso; dijeron que en realidad el estudio no era para eso, no era para definir. Pero si estudiaron la composición de la cápita, uno se imagina que es para tomar alguna resolución. No le hicieron caso, y si tomamos el piso, en la hipótesis más barata de que hubieran estado sobreevaluadas en un 1,5%, estamos hablando de 2 millones 250mil dólares por mes, que se están llendo, de yapa, sin control, porque allí, repito, en la comisión que estudia las cápitas, no hay representantes de los usuarios ni de los trabajadores”.

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