Mónica Majul: “La solidaridad de mis compañeros me impulsó a comprometerme y apoyar la lucha de otras mujeres”
Mónica Majul es trabajadora de BPS enla UDAG Dolores, agencia que cuenta con 14 trabajadores, a los que define como “un equipo maravilloso, que desempeña un abanico amplio de tareas en relacionamiento con una comunidad de alrededor de 17000 habitantes, con los que interactuamos mucho en todas las etapas de la vida”.
En 2007 fue Secretaria General del Interior de ATSS, experiencia militante que recuerda con mucho cariño: “hasta el día de hoy disfruto del reencuentro con compañeros y compañeras que la tarea militante en ATSS me permitió tener la oportunidad de conocer y contactarme”.
Realiza una labor social muy importante en Dolores, y queríamos entrevistarla para compartir sus historias con todos los lectores de nuestro boletín digital. Este es un extracto de la entrevista que le realizáramos, con la que queríamos culminar la serie de historias de compañeros y compañeras que hemos compartido en este 2012, tarea que retomaremos el año próximo.
Mónica, hace poco más de diez años debiste afrontar una circunstancia muy especial en tu vida, que te hizo transitar nuevos caminos.
Si, si, te cuento un poquito mi historia. En el año 2001 me detectaron un cáncer de mama. El 31 de mayo accedí al diagnóstico y el 15 de junio me extirparon un tumor que era pequeñísimo. Yo siempre fui muy prolija con mis controles, los hacía anualmente desde que a los 18 años ya me habían detectado unos nódulos que eran fibrosos, nada más.
A partir de allí siempre me controlé, hasta que pasó esto que te contaba. Uno de esos nódulos fibrosos resulto ser maligno, me operaron, el resultado de la anatomía patológica demostró que era un tumor tremendamente agresivo y debieron realizarme una mastectomia bilateral, en el mes de julio. Conté y cuento con el apoyo de mi familia, los médicos, los amigos.
Me propuse acceder a las prótesis mamarias, porque las mamas son una parte indispensable nuestra, de nuestra femineidad y es una mutilación importante la que sufrimos. Hice gestiones ante las autoridades de BPS y como excepcionalidad me otorgaron las prótesis. En ese momento esta era una cirugía que se la consideraba como “cirugía estética” y había que pagarla en forma particular.
Los compañeros de ATSS resolvieron afrontar los gastos de la cirugía, comprendieron que esta situación afecta otras cosas de una mujer que pasa por estas circunstancias, su propio equilibrio físico y mental, hasta su salud psicolaboral. Fue muy conmovedor para mí comprobar la solidaridad de las compañeras y compañeros y entendí que, pasado este trance personal yo debía hacer algo también por otras mujeres. El compromiso y la solidaridad de mis compañeros me impulsó a comprometerme y apoyar la lucha de otras mujeres.
¿Cómo se materializó ese compromiso?
En ese momento, una ex compañera de trabajo en BPS que estaba también operada de cáncer de mama me visitó, me habló de la importancia de la contención grupal. En Dolores se había creado en mayo del 2000 un grupo de mujeres operadas de cáncer de mama que trabajaban en beneficio de la comunidad y de sus pares y me integré al grupo. Fue algo increíble, integrarme a ese grupo de mujeres guerreras, mujeres que no se quedan nunca, que luchan hasta el último momento de sus vidas, apostando a sobrellevar la enfermedad con la mejor calidad de vida posible. Hemos perdido varias compañeras en estos años y más allá del dolor, sentimos que quedan en nosotras, que podemos hacer entre todas algo para lograr que transiten ese tramo de su vida en forma digna, contenidas, acompañadas. Lo que te da el grupo, en general, es ese sentido de pertenencia, ese sentido de te das cuenta que no estamos solas y podemos cambiar la pregunta desde ¿por qué a mí? para preguntarnos ¿para qué a mí?
¿Cómo están formados los grupos? ¿Participan mujeres operadas de cáncer de mama solamente o las hay operadas de otros tipos de cáncer?
Son grupos formados exclusivamente por mujeres. Cuando hablamos de mamas o de las tetas como les decimos nosotras, es un tema que para algunas mujeres es tabú y de repente si hay hombres en el grupo no se pueden abrir de igual manera, entonces por eso es que solamente integramos a mujeres. Se han integrado muchas mujeres operadas de otros tipos de cáncer.
Desde 2002 se empezaron a hacer encuentros, en Montevideo fue el primero, encuentros nacionales de grupos oncológicos, generalmente se realizan en el mes de octubre que es cuando se conmemora el mes de la lucha contra el cáncer de mama. Empezamos siendo diez grupos y ahora son más de 200 grupos de todo el país, es algo increíble. Tenemos desplegado un mapa donde año a año vamos incorporando nuevos grupos y hoy por hoy todo el país está cubierto.
Es algo que logramos con trabajo continuado, rompiendo los mitos que se crean a partir del concepto, la propia palabra “cáncer”. Este año el encuentro se hizo en Dolores, participaron 350 personas de todo el país e incluso vino un grupo de Argentina, que trabaja en forma similar a nosotros.
¿Cómo trabajan los grupos? Me contabas de la enorme movilización social que se produce, de los logros que alcanzan y de las aspiraciones por las que siguen trabajando.
Trabajamos de una manera bien atípica. Apuntamos a la alegría, al optimismo y a las ganas de vivir, entonces nuestra terapia es cantar, bailar, hacemos sketchs y por supuesto, cuando hay que llorar lloramos juntas. Promovemos el fortalecimiento de la autoestima personal, aprender lo que valemos, aprender a querernos, aprender que esto es una prueba de vida que tenemos que afrontar, un desafío que se nos ha puesto delante. Con ese mismo espíritu nos proponemos metas. Hace tres años nos propusimos lograr un mamógrafo para Dolores, para que nuestras mujeres no tuvieran que trasladarse hasta Mercedes a hacerse las mamografías, con el consiguiente gasto que no todas pueden afrontar. Para lograr esas metas hacemos “bodegones” que cada vez son más numerosos.
Contanos qué es un bodegón…
Un bodegón es un baile enorme, se nos llena de gente, vendemos de todo, hacemos regalitos y colaboran los vecinos y comerciantes de la zona. Bailamos y cantamos, tenemos un himno nuestro, que fue declarado el himno nacional para los pacientes oncológicos, que lo cantamos en todos los eventos en los que participamos. Con el remanente de los bodegones fuimos juntando el dinero necesario para comprar el mamógrafo y para apoyar a otras compañeras con los gastos de sus tratamientos. Hacemos otras actividades, en general, en el mes de octubre de cada año: talleres, donde también cantamos o hacemos sketchs preparamos alguna obrita, siempre se hace algo, lo cultural asociado a la salud. Participa mucha gente, es una actividad de sensibilización muy importante.
LA SATISFACCIÓN PORLOS AVANCES QUE SE LOGRAN COLECTIVAMENTE
Entusiasmada, nos cuenta Mónica en el final de la entrevista: “Ya encargamos el mamógrafo, estamos a la espera de la resolución de algunos problemas administrativos con la importación, logramos que el MSP nos brindara un lugar físico donde acondicionar una sala para que funcione, también un técnico capacitado para manejarlo, esperamos pronto resolver estos problemas burocráticos de los que te hablaba para que llegue el mamógrafo. También a nivel gubernamental y del BPS nos estamos movilizando, para que el beneficio de las prótesis mamarias que hoy se reconoce a las trabajadoras afiliadas a industria y comercio y rural sea universalizado a todas las mujeres, sin importar en qué actividad laboral se desempeñan. Luchamos, todos los días, y entre todas lo vamos logrando. Entre los logros más importantes del trabajo de los grupos de apoyo, se cuenta el descenso en la tasa de mortalidad por cáncer de mama, que pasó de800 a600 personas anualmente.”