Lucía Eugui viajó a Nueva Zelanda a estudiar inglés. Mientras aprendía el idioma, buscó una forma de entretenerse y volvió a las carreras de tres barriles, una disciplina que practicaba en Uruguay. Su talento llamó la atención de una familia neozelandesa que la invitó a vivir con ellos. En poco tiempo, ganó ocho medallas nacionales.
Lucía es una adolescente uruguaya de 16 años que vivía en Dolores, Soriano. Hasta el año pasado, acostumbraba a estudiar inglés con Beatriz Melo, una profesora que le enseñó el idioma desde pequeña. Sin embargo, la docente se fue a vivir a Nueva Zelanda y sus lesiones tuvieron que cambiar.
Por su afinidad, continuaron las clases a través de internet y mantuvieron un fuerte vínculo. A los pocos meses, Beatriz la invitó a mejorar su inglés al país. Lucía no lo dudó y sus padres la dejaron ir. "Confiamos mucho en ella, siempre estuvo presente y fue muy buena con Lucía', contó Julio Eugui a El Observador.
Llegó y quiso estudiar en Nueva Zelanda pero, como las clases terminaban enseguida, solo asistió a un liceo una semana. Mientras perfeccionaba su inglés con su profesora, la joven quiso continuar con la disciplina de tres barriles, un hobby que tenía en Uruguay. La disciplina, que es poco conocida en el país, consta de una carrera en la que el caballo tiene que correr alrededor de tres barriles contra reloj.
"Para encontrar un entretenimiento, buscó dónde podía practicar Tres Barriles, una disciplina con caballos en la que ya había competido acá', explicó Julio. Al principio no tuvo mucha suerte.
Fue a un lugar donde daban clases técnicas y prácticas sobre el deporte pero el entrenador y jurado de rodeos, Glenn Campin, 'no le dio mucha bola', confesó su padre. Sin embargo, se quedó toda la tarde y, cuando fue su turno, le mostró a Campin su amor por los caballos.
Se le abrieron las puertas
Practicó arriba de Ace, una yegua que hacía tres años no competía en la disciplina y estaba en el establecimiento por otros propósitos. Sin embargo, el animal respondió enseguida. Para los dueños, que miraban el entrenamiento, su desempeño fue muy bueno por lo que incentivaron a la uruguaya a competir y, para la sorpresa de sus padres, la invitaron a vivir con ellos.
"No sé muy bien cómo pasó tan rápido, pero Betty nos preguntó si la dejábamos ir a vivir con Lisa y Simon - la familia neozelandesa- y se mudó", recordó el padre.
Al mudarse, comenzaron las competencias y las victorias. "De nueve carreras de tres barriles, ganó ocho. Ganó una montura y ahora va a pedir una extensión de la visa para quedarse a otras competencias", resaltó Julio. Además, recibió US$ 2.000 por carrera.
Desafiar a la campeona
Para las fiestas, la familia Eugui viajó al país y se quedó con la familia neozelandesa.
Mientras celebraban Navidad, Lucía se hizo amiga de la campeona de Nueva Zelanda y representante del país en Australia. Su contrincante la invitó a quedarse en su casa y "se quedaron con muchas ganas de conocer Uruguay", aseguró su padre.
Entre tanto, La joven uruguaya participó de otra competencia nacional de tres barriles y, para la sorpresa del público, le ganó a la campeona. Desde entonces, su padre asegura que es difícil que Lucía quiera volver a Uruguay a pesar de que tiene pasaje comprado para febrero. "Desea usar el dinero que ganó para volver a Nueva Zelanda", contó Julio.
En Uruguay no se puede vivir de la disciplina, por lo que Lucía considera que allí encontró su lugar. Aún le quedan competencias en el ala sur de Nueva Zelanda, así que espera ansiosa guardarse unas monedas en su bolsillo y que Simon le haga una trenza; la cábala que la acompaña siempre.
Nota y fotografías: El Observador