La construcción de un tambo totalmente robotizado, plantea varios aspectos para el debate, con su pro y sus contra, que a la vez muestra los avances de la tecnología y las dificultades del acceso a mano de obra calificada, así como también aspectos de rendimiento y su relación con el bienestar animal o no y un par de temas muy importantes, se seguirá despoblando el medio rural y la gente tendrá menos oferta laboral.
Sobre el tema, @gesor matuvo contacto con Annejan Busman, gerente de la empresa holandesa Lely, radicada en Uruguay desde febrero 2016. La compañía se dedica al desarrollo de robots de ordeñe desde 1992 y está presente en más de 60 países, con una facturación de 620 millones de euros.
Annejan Busman indicó a @gesor que el tambo "es en la zona de Dolores, su titular no quiere decir exactamente el lugar todavia. Se trata de un campo 100% agricola que transformamos 240 hectáreas en tambo y la otra parte en ganaderia intensiva de engorde".
Busman explicó que "el concepto de ordeñe natural y libre tráfico de las vacas no sólo afecta la libertad del animal para comer, sino también al bienestar de la vaca y al nivel de confort durante el ordeñe.
La vaca es un animal sociable, no le gustan los obstáculos y el robot que impulsa esta empresa (Astronaut) ofrece un acceso libre de obstáculos que facilita la organización de los turnos de ordeñe de las vacas. El resultado es un incremento en el número de veces que la vaca acude al ordeñe y en el volumen de leche obtenida", había señalado a El País en diciembre pasado.
Busman confirmó a @gesor que los robots "comenzarán a ordeñar en marzo del presente año".
Añadió que este primer proyecto de un tambo totalmente robotizado, una vez que esté funcionando, abrirá las puertas a estudiantes, asesores, productores y grupos CREA, para mostrar la tecnología empleada y las ventajas de la robotización.
Las investigaciones de Lely demuestran que el tiempo de ordeñe por vaca se reduce en un 4% en el caso de los robots Astronaut de libre acceso, en comparación con los modelos anteriores que no tenían ruta en línea recta.
La gran diferencia entre un tambo robotizado y los tambos tradicionales es que en el primero se hacen tres ordeñes por día, lo que significa un aumento de 10% en la producción diaria con menos mano de obra (1,4 empleados). "El robot, además, aporta mucha información sobre la vaca (celo, sanidad, rumia, peso, porcentaje de grasa y proteína y algunos puntos importantes en la detección temprana de la mastitis", explicó el gerente de Lely Uruguay.
En el emprendimiento de Soriano que se está construyendo son tres robots, uno que alimenta los terneros y dos que se dedican al ordeñe con capacidad para 70 vacas cada uno. En un año se instalará otro robot porque se incrementará el número de vacas a ordeñar.
"El tambo está dividido en tres bloques de pasturas y la vaca tiene acceso al robot cada 8 horas. Después del ordeñe, a través de una puerta inteligente que lee la información del animal, pasa directamente a comer pastura y recién a las 8 horas se le vuelve a habilitar otra puerta para que vuelva al robot de ordeñe, para repetir el proceso. La clave en este sistema es que la vaca viene cada 8 horas a ordeñarse, y después está condicionada a que siempre va a una parcela con pasto fresco", dijo Busman.
"En el caso del tambo de Soriano totalmente robotizado, el sistema irá desde el nacimiento del ternero hasta el ordeñe, lo que aporta mucha información sobre el animal", dijo el experto de Holanda.
"A su vez, una mejor crianza de la ternera logrará un animal que se inseminará y comenzará a producir lo antes posible. La gran ventaja es una mayor rentabilidad en el tambo con mayor información de cada vaca", concluyó el gerente de Lely Uruguay.
Fuente: @gesor y El País