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11 de January del 2017 a las 18:33 -
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Lo que se está dando en Mercedes sería el antídoto para muchos de los males más terribles que aquejan a la humanidad hoy
Lo dijo el Dr. Daniel Escanellas, médico siquiatra, músico, al culminar uno de los toques callejeros del 10° Encuentro Internacional Jazz a la Calle

Llegó al Encuentro Internacional de Músicos Jazz a la Calle en su segunda o tercera edición (no recuerda bien), pero desde entonces no faltó más, ajusta su licencia para disfrutar de estos días de música, arribó este lunes y fue directo al toque callejero de calle 19 de Abril y este martes lo hizo en el de calle Paysandú.

Daniel Escanellas, un visitante de lujo, alguien que ya es parte del evento y difusor de él.
Musicalmente, reconocido saxofonista y flautista, en su vida particular es médico siquiatra y además instructor de Karate-do.
Culminado el toque callejero @gesor disfrutó de un ameno diálogo con él, que comenzó haciendo referencia a "un año más en Mercedes, esperemos que sigan siendo muchos los años y la felicidad de estar compartiendo con ustedes la música y de alguna manera estos momentos mágicos, que pasa solo aquí y de forma compelmentamente inexplicable, si bien es el resultado del esfuerzo de mucha gente que lo valoramos, que nos parece increíble que se hayan jugado así para lograr ésto".

Usted toca en lugares reconocidos nacional e internacionalmente, acompañando a músicos importantes, ¿qué siente acá en la calle?
"Tengo la experiencia con otra banda, de tocar justamente música completamente improvisada, y el hecho de hacer una música en estas condiciones, te permite percibir con más intensidad, el intercambio que se da entre el público y el artista. El jazz, al ser una música improvisada nos da esa posibilidad de tener con más claridad, la sensación de la respuesta del pública, eso nos influencia enormemente. Siempre me quejo de la gente que habla de energía sin explicar lo que es la energía, pero acá lo sentimos, lo palpamos, viste como se fue juntando la gente, y el calor de la música y de la emoción iba también creciendo. Ese es un fenómeno que no solo es parte del artista, sí tiene que ver con la respuesta de la gente y de última con la atención, que es el amor, esa atención que se le presta a la música tiene que ver con eso".

En estos toques se aprecian familias completas, ya sean jóvenes o mayores, muchos niños, público del más diverso, en un mundo convulsionado como en el que vivimos, ¿este remanso tiene que ver con la música?
"Lo que se está dando en Mercedes sería el antídoto para muchos de los males más terribles que aquejan a la humanidad hoy. Me refiero a esto que tu señalás, estamos en un momento en que la gente tiene un vacío, que se podría llenar con la cultura, cuando se llena con la cultura no hay violencia, no hay bulimia, no hay adicciones. Cuando se llena con la Cultura, el alma crece de una manera distinta, y eso se da ésto. Una especie de hermandad, yo recuerdo a Macoco (Acosta), nunca faltó nada, nunca se robó nada a nadie y son muchísimos los músicos que vienen, en torno al festival nunca pasó nada de eso. Como que nos encontramos con nuestros semejantes, el encuentro que hace un músico con otro, acá, así sea uno de Necochea y el otro viene de Boston, y se da esa cosa como si fueran familiares, son semejantes. Que precisamente es lo que está faltando en el mundo, cuando alguien decide ir y tirar una bomba y matar una cantidad de personas, no piensa en ellas como semejantes, y acá siento que se va amplificando esa sensación de estar entre hermanos, los que tocamos, los que nos escuchan, como que todos estamos en la misma y surgen estas cosas maravillosas, que todos están contando todo el tiempo, como de alguna forma, la interacción con las personas del pueblo, siempre ocurre algo mágico. En esta época donde prima la desconfianza es muy difícil de encontrar los gestos de solidaridad, de ayuda, de apoyo, que acá son cotidianos".

Y a eso le sumamos la conjunción y el respeto que se da entre los músicos de las más variadas edades, generaciones diríamos, ¿cómo lo viven en la comunidad musical?
"Es maravilloso la relación transgeneracional, porque hay gente muy jovencita, casi adolescente hasta veteranos, más grandes que yo, gente de todas las edades, compartiendo la música de una manera tan intensa y no solo las edades, los países. Estaba tocando con gente de Brasil, a quien no conocía, terminamos diciéndonos los nombres, era como si hubiéramos tocado toda la vida y generando esta sensación tan linda de comunicación, que nos lleva a hermanarnos de una manera nueva y valiosa para este momento".

Todo parece indicar que la suspensión del encuentro el año pasado terminó fortaleciendo al movimiento,  ¿qué reflexión le merece?
"De a poquito se va a ir tomando conciencia de la importancia que tiene este movimiento, más allá de lo comercial, de lo económico, porque eso es lo que empaña y dificulta todos estos fenómenos que estoy diciendo que van más allá de lo material y que precisamente son los que están haciendo falta en el mundo. Es importante que todas las personas puedan participar de alguna manera con ésto y sea una manera diferente de pensar, que aquella basada en el mercantilismo, en el dinero. Yo vengo y no cobro nada, no me llevo un peso de acá, pero me llevo satisfacciones que para mí son muchísimo más valiosas que ello, esas satisfacciones tienen que ver con experiencias claramente humanas, de intercambio de afecto, como esta que acabamos de tener ahora, eso no tiene precio, eso no se puede comprar con dinero. Cuando la gente se dé cuenta de ello, estaremos avanzando hacia una humanidad mejor, más justa y más digna".

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