(Por Enrique Lécaille) La familia de Jazz a la calle sufrió estos días la tristeza que significó la partida física de uno de los músicos uruguayos que desde un comienzo estuvo apoyando y jerarquizando a este movimiento cultural surgido en Mercedes. El pasado 22 de diciembre falleció Edgardo Falero, saxofonista de Canelones, quien con su grupo (Saxofones por cuatro) recorrió el país. Este “amante incondicional del jazz”, como lo definiera su colega y amigo Mónico Aguilera, estuvo presente en todas las ediciones del Encuentro Internacional de Músicos de Jazz a la calle que se realiza en la Manzana 20 de Mercedes. Ésto permitió que el público mercedario pudiera conocerle directamente y admirar en vivo su arte musical. Falero, odontólgo de profesión y gran defensor de los valores del interior del país, se sentía un amigo de Mercedes y en más de una oportunidad había confesado su intención de radicarse en la capital sorianense, atraído por la vida cultural de la ciudad.
Hace un año, casi, Falero tuvo un gesto imposible de olvidar. En el momento más duro para Jazz a la calle -tras la cancelación de lo que debía ser la décima edición del festival internacional-, el músico canario acompañó como nunca al Movimiento cultural Jazz a la calle y fue uno de los artistas participantes de la maratón de 24 horas, ejecutando su instrumento y dejando en la ocasión un mensaje de esperanza, invitando a no bajar los brazos y a mantener encendida la llama de Jazz a la calle.
En Agesor publicamos oportunamente aquellas palabras que Falero compartiera con el público de Mercedes, cuando se sumó a la jam session organizada en reacción a la cancelación del Décimo Encuentro Internacional de músicos de jazz a la calle, suspendida por falta de recursos económicos.
Su intención no era otra que combatir el desaliento que ocasionaba la suspensión.
Ante su reciente fallecimiento, recordamos aquel mensaje dejado por el saxofonista en las peores circunstancias de Jazz a la calle:
“Esto es un traspié, un pequeño inconveniente que le sucede a las personas que hacen algo, porque a quienes nada hacen, nada les sucede. Es un placer poder venir y dar mi apoyo a esta magnífica obra que se está haciendo en el interior del país, con lo cual yo me identifico plenamente, porque yo soy de la ciudad de Canelones, me formé allí, y siempre tuve -ya por herencia paterna-, una interpretación del Uruguay desde el interior, Ver un festival de esta naturaleza, ver la Orquesta Joven y la respuesta de ustedes, sus aplausos y su silencio respetuoso, es un premio que, para los que tenemos algunos años, es maravilloso, emocionante, y es algo que nos vamos a llevar para siempre en lo más profundo del corazón. Esta vez las circunstancias son un poco distintas. Yo no quiero hacer calificaciones sobre lo que sucedió. ¿Qué fue lo que pasó?, ¿se suspendió el festival? Bueno, sí, quizás la espectacularidad de la puesta en escena, los grupos del extranjero, pero lo esencial del fenómeno está intacto. Y lo esencial del Festival es la respuesta y la sensibilidad de ustedes, la disposición que tienen para escuchar jazz, y a través de su presencia alentar a los jóvenes, lo cual es una misión elemental, ineludible, una misión que yo siempre me la he tomado muy en serio”.
La respuesta del público mercedario ante aquel mensaje de Edgardo Falero no fue otra que un fuerte y emocionado aplauso.
Desde la Agencia Soriano de noticias manifestamos el respetuoso saludo de condolencia a sus familiares y a todos los amigos que generó en Soriano. Falero no puedo hacer realidad su deseo de vivir en Mercedes, pero sus acordes no faltarán nunca en Jaz a la calle.