En el marco de las actividades por los 75 años de la Agrupación Notarial de Soriano el Esc. Alfonso Arias realizó una reseña sobre la historia del Notariado en Uruguay y en Soriano, la que compartimos.
75 AÑOS DE LA AGRUPACION NOTARIAL
Esta grata reunión es promovida por las autoridades de nuestra Agrupación para celebrar los 75 años de la firma del acta constitutiva de la misma, realizada el día 9 de diciembre de 1941.
Estamos aquí reunidos, autoridades departamentales y de la Asociación de Escribanos del Uruguay, directivos salientes y quienes recién toman posesión de sus cargos, (jueces ¿), escribanos grandes, jóvenes y noveles, funcionarios de la sede propia de nuestra agrupación, empleados de escribanías, público invitado para conmemorar de una u otra manera, ese recuerdo de aquel momento en que hace 75 años se reunieran quienes nos precedieron en la actividad notarial en el departamento de Soriano y se encontraban en actividad en esos momentos.
Pero debemos en primer lugar ubicarnos en lo que sucedía en aquel año de 1941 para saber cual era la intención de aquellos 23 o 24 colegas que se reunían para reglamentar en parte, y en lo que les era habitual, el desempeño de su función en este departamento.
A nivel mundial se libraba en esos años la 2ª. Guerra Mundial, comprometiendo en sus acciones a numerosos países, manteniéndose neutral el nuestro, a pesar de lo cual debió enfrentar los problemas ocasionados por el hundimiento del Graf Spee en el puerto de Montevideo. (en diciembre de 1939).
Esa misma confrontación fue favorable para nuestro país, incrementándose en esos años en forma considerable las contrataciones en ventas, las mejoras de todo tipo en lo societario, el incremento de la edificación, la formación de empresas, mejoras en los trazados carreteros, todo lo cual, de una u otra manera influía en la actividad que debían desempeñar nuestros colegas de entonces.
Era Intendente en esos años don Luis Koster, siendo Jefe de Policía el Tte. Coronel Domingo G. Bianchi y desempeñaba el cargo de Juez Letrado Departamental (único existente entonces) el Dr. Angel de la Fuente, siendo su Actuario el Escribano Juan Carlos Rodríguez Mujica. En forma especial nombramos a este último pues al no existir aún los Registros de Traslaciones de Dominio, cumplía esa función el Actuario del Juzgado.
Decíamos que en esa década (la de 1940) hubo un auge considerable en la contratación y entre lo destacable en nuestra ciudad debemos mencionar la construcción del Hotel Brisas del Hum, varias edificaciones de categoría en la Rambla mercedaria, el incremento de ventas de automóviles (a pesar de que la venta de combustibles era racionada por la guerra mencionada), se hicieron también mejoras en paseos y en edificios públicos, todo lo que influía para que la población, a pesar del sufrimiento de los países en guerra, tuviera ánimo para realizar inversiones movilizando de esa manera en mucho la labor de los colegas de entonces.
Apuntábamos al comienzo que hoy nos reunimos viejos, recientes y nuevos escribanos, amalgamados en esta Agrupación, la que se constituyó hace 75 años uniéndose también colegas de esas tres categorías: nombramos entre los primeros a José Luis Antuña- (que fuera decano de los Escribanos del Uruguay)- a Felipe Fernández Braga- Juan Rómulo Irisarri- Pedro C. Besozzi- Aparicio Imas- Miguel Angel Olivera Ubios- Jesús Aguiar Melián- Agustín Labadíe- Francisco Martín Solari- y Luis Alberto Viera; entre los llegados en esos años a - Luis R. Invernizzi- Alfredo H. Nieto Borrás- Juan Angel de la Fuente- Roberto Echavarren- Héctor F. Requiterena- Horacio A. Cazalás- y entre los más recientes entonces a Nepomuceno Modernell- Walter G. Schopfer- Mario Echenique- Juan J. García Piriz- Víctor A. Albert- María Catalina Peruzzo (única representante de la figura femenina)- Francisco M. Capano- y, estando representadas notarías de Cardona- Dolores. Drabble y Mercedes. El colega Francisco Madrid, de Dolores no figura firmando el acta constitutiva.
Como demostración del momento que se vivía entonces en la faz notarial, diremos que en el Registro de Ventas (entonces no se había creado el de Traslaciones de Dominio), se inscribieron en ese año 1941 - 690 actos y contratos, de los cuales 515 eran de compraventas, cantidades muy importantes sin duda.
Este incremento en la contratación, fue el motivo principal para la concreción en una Agrupación que uniera a todos los notarios de la época, evitando con sus disposiciones situaciones incómodas de disputa de clientela y de negocios.
Al establecerse en el acta fundacional disposiciones fundamentales se destaca “que tendrá la Agrupación como tal, todo pronunciamiento o sanción por inobservancia total o parcial de las obligaciones que contraen quienes firman aquella acta y en forma especial se menciona “cuando se relacionen con denuncias fundadas sobre el quebrantamiento de las normas arancelarias”.
Se dice también que “al incorporarse un nuevo colega a las actividades notariales en el departamento de Soriano, deberá expresar si se solidariza con lo estatuido en el acta de fundación de la Agrupación, a los efectos de ser aceptado y considerado como miembro de la misma”.
Se complementa esa acta con otras disposiciones y aspiraciones, suscribiéndola todos los colegas nombrados, salvo Madrid como se dijo.
Se buscaba también la defensa del Notariado en su aspecto general, marcando una línea de conducta profesional que realzara el prestigio del ejercicio de la misma y la elevación del “status personal” entre quienes tenían entonces la misión de “dar fe”.
Ninguno de aquellos firmantes sobrevive en la actualidad, han sido sustituidos por una generación posterior, la que a su vez se ha integrado en parte con otras nuevas figuras que hoy ejercen nuestra profesión, todos quienes han sido pilares de un gremio fuerte a nivel nacional en defensa de la actividad notarial.
75 años significan un jalón y un mojón muy importante, siendo nuestra Agrupación de las más antiguas a nivel nacional, siguiendo la línea fijada por nuestros fundadores y respaldando muchas de las resoluciones que han influido en la defensa de nuestros principios como gremio, en épocas en que hemos debido soportar en ocasiones sinsabores, imposiciones y porque no obligaciones que no nos corresponden.
Debemos mencionar que desde hace muy pocos años, luego de transitar por distintos lugares prestados o arrendados, la Agrupación se enorgullece de tener esta hermosa sede propia, sin duda necesaria para que, a través de y en la misma, mantener y atender las diversas actividades que nos competen. (Reuniones, actos, archivos, museo, venta de timbres, comunicaciones).
Es de conocimiento de todos la evolución que ha tenido esta profesión en el Uruguay que consideramos heredada de aquel imponente “Escriba sentado” que se representa en una estatua en el Museo del Louvre. Encierra en su figura las normas que regulan incluso hoy nuestra actividad: honestidad, secreto, responsabilidad y ética.
Salteando cientos de años, diremos que al comienzo nuestro notariado se rigió por las antiguas leyes coloniales durante la vigencia del dominio español, hasta la ley del 18 de abril de 1827. Para acceder al desempeño de la función de Escribano era necesario rendir un exámen ante las Audiencias o ante el Gobernador, funcionarios que eran delegados por el Rey a tales efectos.
Debían acreditar la práctica profesional realizada ante otro colega o ante el Teniente Alcalde durante un plazo de dos años.
Se debía también acreditar la limpieza de sangre, demostrando no ser descendiente de judíos, moros, mestizos o mulatos en sus distintas generaciones.
Existían las Notarías en las que se practicaban los oficios de la fe pública, siendo de pertenencia de la Corona española la que los adjudicaba como regalía y que eran enajenables y renunciables.
Tuvieron un proceso, ya que al comienzo eran concedidos por merced a quienes habían favorecido a la Corona; luego se vendieron en remate público al mejor postor quien a su vez luego podía simular renuncia y traspasarlo o venderlo a otro interesado.
Luego estas funciones pasaron a los Alcaldes Ordinarios que suplían la falta de Escribanos en los sitios en los que no los había, lo que incluso se mantuvo hasta la aprobación del Código Civil en 1868 en la que se reglamenta esta facultad.
Las primeras leyes patrias suprimen los Cabildos y los Alcaldes Ordinarios, sustituyéndose por Jueces Letrados, los que actuarían con un Escribano Público designado por el mismo Gobierno, el que debería llenar estas premisas: producir información de vida y costumbres- rendir exámen y si hubiera más postulantes se elegirían hasta tres en una lista dentro de los cuales elegiría el Poder Ejecutivo a quien designar y debía obligatoriamente residir en el lugar para el que había sido designado, no pudiendo ausentarse del mismo sin autorización superior.
Sus funciones eran las de Actuario junto a los jueces del lugar, teniendo la responsabilidad de llevar y conservar los Archivos Públicos.
La autorización para ejercer la profesión limitaba la actividad a sólo el departamento para el que se había designado.
Hubo luego leyes en 1856 y 1858 que modificaron las exigencias, siempre con el fondo de las leyes y normas provenientes del antiguo derecho español.
Otras leyes de 1865 y luego la de 1878, ésta la ley Orgánica Notarial, reglamentaron la organización, responsabilidad, registros, etc.
No olvidemos la ley Nº. 8000 del 14 de octubre de 1926, que autorizó el acceso de la mujer a la profesión de Escribano público, siendo la primera legislación en proceder de esta manera.
Toda la historia es muy rica en personajes, datos, situaciones, litigios, modelos, que se fueron contemplando en documentos autorizados por distintos colegas en distintos períodos de tiempo, lo que daría tal vez – si nos ponemos a detallarlos - para festejar un año más sin movernos de aquí, pero dejaremos para otro momento su relato.
No hago referencia a lo que sucedió luego de mi retiro de la profesión, pues en ese tiempo el cambio en muchas de las actividades que se realizan a través de las escribanías, ha sido demasiado rápido para que en lo particular pudiera seguir relatando lo sucedido con la veracidad que tales disposiciones ordenan.
Debo aquí sí, hacer mención al destaque que ha adquirido nuestra Agrupación, por el desempeño que ha tenido en forma especial el Esc. Hernán de la Fuente en su carácter de representante del notariado uruguayo en los distintos cargos que ha desempeñado en la Unión Internacional del Notariado Latino y la reciente y brillante participación del mismo y de la colega y ex presidenta Esc. Sandra Rush en el 28º Congreso Internacional del Notariado.
Destaco también el proyecto “Escribanos Siempre Contigo” que comienza a implementarse en nuestra Agrupación, que ya se estaba aplicando en otros países, propiciando asesoramiento gratuito ante dudas en la contratación, atendiendo el compromiso social de la profesión.
Nuestros directivos, anteriores y quienes han tomado en sus designaciones la actual conducción, han defendido y seguirán, sin duda, defendiendo nuestra profesión, considerada como de las más prestigiosas y serias de nuestro país.
Salud colegas y felicidades
Esc. Alfonso Arias