En la reciente entrevista del presidente Tabaré Vázquez con el Papa Francisco se anunció que el Vaticano posibilitará el acceso a archivos de los años de la pasada dictadura que pudieran contener información sobre los detenidos desaparecidos. Presidencia de la República en su página web anunció que “a fines enero comenzará trabajo con los archivos del Vaticano".
En la conferencia de prensa, Vázquez adelantó que la Embajada de Uruguay en el Vaticano comenzará las tareas preparatorias para el análisis de los archivos para ubicar más información que sirva a la investigación de los crímenes contra la humanidad perpetrados por la dictadura (1973-1985) y el paradero de los detenidos-desaparecidos. “La idea mía es que lo más rápidamente posible se empiece a trabajar con los archivos del Vaticano. A más tardar a mediados de enero próximo”, sostuvo”.
¿Qué pretende Vázquez?
En una primera lectura parecería ser una buena noticia. Alentadora para continuar profundizando en el esclarecimiento de los casos todavía sin resolver que dejó el pasado período de facto. Pero, ¿qué presente encontrar en Europa el presidente Vázquez que no tenga aquí? O que no quiera encontrar aquí en Uruguay. Sin dudas que de los archivos de cualquier institución, pueden surgir elementos que habiliten líneas de investigación; y mucho más de una institución como la Iglesia Católica. Pero el Estado uruguayo, desde la reinstitucionalización de la democracia se ha negado a investigar en sus propios archivos. Primero negando su existencia, y cuando la contundencia de la evidencia no dejaba margen para otra cosa, sencillamente negando la posibilidad de acceso a esa documentación. Y no sólo durante los gobiernos del Partido Colorado o del Partido Nacional, sino especialmente en estos tres períodos del gobierno frenteamplista donde han aparecido voluminosa cantidad de documentación que no ha sido debidamente estudiada. Es más ni siquiera se ha dado la posibilidad de clasificarla.
Archivos en el centro de Mercedes
Más allá de los hechos ya conocidos sobre dependencias militares, en Montevideo, donde se ha sabido de la existencia de voluminosa documentación que podría contener información relevante para profundizar las investigaciones sobre los detenidos desaparecidos, acá nomás, en pleno centro de Mercedes existe un nada despreciable archivo cerrado literalmente al acceso a cualquier posibilidad de investigación. En Jefatura de Policía de Soriano en un subsuelo debajo de la escalera principal existe una habitación repleta de documentación. Mucha de esa información es sobre el trabajo ordinario realizado por las diferentes dependencias policiales, pero también podría contener información reveladora de cómo operaban las fuerzas policiales, no solamente en el período de facto, sino también en democracia porque el espionaje militar y policial continuó hasta bien entrada la democracia; aunque algunos jerarcas lo negaron ostensiblemente.
En diciembre de 2013 nos entrevistamos con el entonces Jefe de Policía de Soriano, Washington Curbelo junto con un grupo de colegas que investigábamos estos hechos. Uno de esos investigadores entregó a Curbelo una carta firmada por el Ministro Eduardo Bonomi pidiendo se nos dejara acceder a esos archivos para realizar este trabajo. Bajamos al subsuelo, comprobamos el volumen de documentación que contiene pero no se nos permitió ni tomar notas ni fotografías.
Accedimos un día, como licencia, por única vez, como para que constatásemos que lo que veníamos diciendo de tiempo atrás era cierto. Pero al otro día cuando pretendíamos comenzar el trabajo, la puerta volvió a trancarse por una contraorden que no entendimos y todo volvió al comienzo.
En cualquier lugar del Uruguay
Ahora sabemos cómo fueron los hechos, que la red de espionaje y seguimiento a partidos políticos, gremios, y ciudadanos comunes, siguió funcionando en plena democracia generando voluminosas carpetas en los archivos que el gobierno uruguayo nunca revisó. Que incluso negó su existencia y ahora el presidente Vázquez pretende obtener respuestas en el Vaticano cuando podría tenerla a pocas distancia de Casa de Gobierno, en Mercedes, o en cualquier dependencia policial o militar del país. Porque si estos archivos policiales aún hoy están en Mercedes nada hace suponer que en el centro de cada capital departamental no exista una habitación similar con información relevante aún intocada, y lacrada a cualquier posibilidad de acceso.
(*) La primera foto que acompaña este artículo corresponde a tres de las numerosas carpetas de los archivos de Jefatura de Policía de Soriano.
Fotos 2 y 3 corresponden a la entrevista del presidente Vazquez con el Papa Francisco en el Vaticano. Extraídas de la página web de Presidencia de la República.