La explotación sexual a nivel de niños, niñas y adolescentes fue el tema central de capacitación brindada por la ONG "El Paso" a pedido de INAU Soriano, en el salón de Jefatura de Policía, destinada a personal policial, jueces y fiscales.
La Directora de la ONG, Andrea Tuana, que estuvo acompañada por el Sicólogo Marcelo Madjarian, en diálogo con @gesor hizo referencia a que en ocasiones, "la familia es parte, promueve esa explotación, porque vienen de procesos o generaciones en donde existió la explotación sexual y luego el trabajo sexual como una sobrevivencia, entonces se naturaliza, como una manera de tener recursos para esa familia. Al naturalizarse, porque a esa mamá a los 14 años su madre la llevó, no se visualiza que ahí hay un delito o un daño, una vulneración de derechos. A la familia no hay que condenarla, si no, poder entender el proceso, su historia, de donde viene, y tratar de fortalecerla para que pueda entender que esto es un daño, un delito y que lo que necesitamos es ofrecer otras posibilidades a esa adolescente".
Reconoce que habrá familias "con las que puede trabajarse y otras que no, que serán parte de una red de explotación y tendrán que cumplir la condena que les corresponda. Son gurisas que vienen de mucha desprotección, no solamente familiar, si no, social y de falta de oportunidades, por lo que tenemos responsabilidad todos".
Por ello entiende que "el consentimiento, si está porque quiere u obligada, a los efectos del delito no cambia, siempre tiene la responsabilidad el adulto, sí nos puede cambiar a la hora del tratamiento, de hacer un trabajo, porque a la gurisa que siente que lo está eligiendo, que lo hace porque quiere, tenemos que hacer un proceso de trabajo, para que pueda visualizar que eso le está provocando daño".
A la hora de atender a las víctimas y las carencias que existen, Tuana reconoce "poner un tema como éste en la opinión pública, ha sido a instancias y esfuerzo de organizaciones de la sociedad civil en primera instancia y luego de muchas personas comprometidas dentro del Estado y que lo siguen estando y empujan, pero de mandos medios para abajo, falta compromsio mayor a las más altas autoridades porque lo que se necesita son dos cosas. Una, voluntad política férrea de lucha con todo el peso del Estado contra este tema, y presupuesto. Las respuestas para las víctimas requieren de presupuesto".
Concluyó expresando que si bien para las mujeres se ha avanzado en la atención a la víctima, "para niños, niñas y adolescentes, no hay servicios especializados, sí hay en Montevideo, Canelones y San José, en el resto no. No solucionaremos el problema con ello, pero es un gran paso, tener un equipo especializado que intervenga en cada situación, y que pueda ser un proceso de tratamiento y salida".