Este martes se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, por lo que recabamos la palabra de integrantes de la Comisión Departamental de Memoria, Justicia y contra la Impunidad. Sergio Frantchez, Ramón Hernández, Bibiana Duffau, Pablo Martínez y Gustavo Mora recibieron a @gesor para hablar sobre esta temática.
Ramón Hernández recordó que la fecha fue impulsada por la organización internacional FEDEFAM (Federación de Familiares), es muy importante que las fechas marquen hechos, ideas, valores, hitos, seguimos con esto con la convicción, la fe, la fuerza necesaria, sabiendo que no siempre logramos lo que queremos".
Sostuvo que en la actualidad en Uruguay "luchamos contra la impunidad, que se ha instalado desde la reinstauración de la democracia, ha habido algunas cosas vinculadas a investigaciones, a la verdad, a la justicia, pero totalmente insuficiente. Desde un Estado que está en el debe respecto a ello. Entendemos que los derechos humanos que suponen investigación y justicia depende de una decisión política y ahí el Estado se ha mostrado muy remiso, por eso las pocas cosas que se han logrado, ha sido con enorme esfuerzo de los grupos de la sociedad civil, que muchas veces tiene que conseguir los datos, aportar las pruebas, y a veces la Justicia no tiene más remedio que tomar decisiones, aunque tarde".
¿En qué se está trabajando actualmente?
Participa Gustavo Mora, "ha habido espacios de intercambio conjunto con distintas organizaciones y movimientos que están trabajando en todo el país por la memoria, hubo instancias en Montevideo, nosotros participamos en Canelones. Se está promoviendo una ley de memoria y de sitios de la memoria, eso sirvió de pretexto para juntarnos. Allí, para sorpresa nuestra, hay movimientos más organizados, otros menos, nosotros nos vemos todas la semanas, hay grupos en todo el país, salvo uno o dos, hay gente desde Bella Unión a Rocha trabajando por mantener la memoria, reivindicar los sitios, crear los sitios de memoria, reflexionar acerca de estos temas. Pasaron años, hicimos todo el proceso interior, pero nada de esto se completa sin la Justicia. No solo tiene que ver con la memoria y hacer libros acerca de ello, si no insistir en que todo ello termine en la Justicia, porque tiene actualidad. En la marcha del Silencio vemos gran cantidad de jóvenes, están buscando respuesta, esto va a seguir. Se están generando movimientos desde la sociedad civil organizada en distintos lugares, donde se va a seguir militando con el tema, más allá de lo que se pueda hacer desde lo institucional".
Bibiana Duffau hace referencia a esa ley de sitios de memoria que está comenzando a elaborarse, "apuntando a enmarcar, preservar, cuidar estos sitios donde se cometieron los delitos, que son emblemáticos de la resistencia a la dictadura y al terrorismo de Estado, y tiene como fin que se pueda intervenir para preservarlos. El caso del 300Carlos, no se va a poder innovar, no se borren las pruebas como ocurrió con el derrumbe del Cilindro Municipal en Montevideo donde durante la dictadura estuvieron miles de trabajadores y estudiantes presos. Hoy trabajás para cuando pueda haber Justicia, pero si dejamos que se borren las pruebas, que todavía existen y a las que se pueden acceder desde muchos lugares, testigos, trabajo arqueológico, arquitectónico, o de la memoria reciente, si no tenemos las pruebas (incluyendo preservar testimonios) pasa que se ha juzgado a un torturador, violador, como Asencio Lucero por privación de libertad, cuando sus delitos son mucho más grave, cuando había una denuncia en curso de 28 mujeres".
Agregó Sergio Frantchez, "hablamos de violación sistemática, programada desde el Estado, aquí la violención fue utilizada como aniquilamiento de personas, hay que decir que estuvo programado, pensadamente, para aniquilar lo que ellos llamaban el enemigo".
Vuelve al uso de la palabra Bibiana Duffau, "todos estos delitos hubo quien los pensó, los programó, ejecutó, quien fue cómplice, quien encubrió y hoy en día se sigue ocultando esa información y el ocultamiento es delito. No son delitos que pasaron hace 40 años, en la medida que los compañeros siguen desaparecidos, en la medida que se sigue ocultando la verdad, continuamos con el delito presente, por eso es importante el trabajo de la sociedad civil".
Todo ese trabajo de la sociedad civil, cuando llega el momento se encuentra con una barrera infranqueable hasta ahora, ¿es que existe algún pacto entre los integrantes de las dos partes para mantener el silencio e impedir que se haga Justicia?
Pablo Martínez es quien repsonde, "considero que cuando se llega a estas instancias es porque hay complicidad, un pago de deudas y tal vez un temor. Complicidad de los políticos con el proceso, un proceso que no lo dieron las Fuerzas Armadas por sí, hay un error en creer que las FFAA uruguayas tuvieron la cabeza, el coraje de hacer lo que hicieron, eso fue impuesto. Más allá que en Uruguay había una burguesía interesada en mantener un país que le sirviera a sus intereses económicos, había una sociedad que se estaba levantando, que no quería seguir con la explotación, con la forma de vida que había, esto fue impuesto por un problema continental que era la lucha entre EEUU y el comunismo, que existía sí, pero también era una forma que tenía EEUU de dominación. EEUU se aburrió de hacer invasiones hasta que se dio cuenta que le eran carísimas, entonces lo que hizo fue que nuestros propios ejércitos nos invadieran, por eso se da el golpe de Estado en el '64 en Brasil y luego sigue en Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Perú en principio de otra manera y después acompañó. Lo que hizo la clase política uruguaya de aquel entonces y los militares fue subirse a ese carro.
Terminado el proceso, cuando cambia la administración norteamericana, llega Jimmy Carter, se desinflan las dictaduras militares, todas llegaron juntas y se fueron juntas".
¿Cuál fue la reacción de la clase política y en especial de quienes habían participado de un lado y otro de las partes?
Pablo Martínez continúa, "en todos lados fue igual, hubo complicidad en el poder político. El primer gobierno de Julio María Sanguinetti tranzó con los militares, recordemos el caso cuando el Gral. Medina dijo que tenía los exhortos para que los militares concurrieran a declarar en una caja fuerte y un ruido de sables, más bien de latas, todo quedó en la nada. En el gobierno de Luis A. Lacalle se rapta en Uruguay un conocido participante de la dictadura chilena como Eugenio Berríos, y lo asesinan acá, en plena "democracia" y acá no pasó nada.
Ha seguido hasta ahora ese supuesto temor que es complicidad, pareciera que hubiera temor al sable, al golpe de Estado".
¿No cree que haya un acuerdo más que temor?
"Aunque no sea firmado, hay un acuerdo", señala Martínez.
Interviene Sergio Frantchez, "el acuerdo pasa por la historia de los últimos años, que ha abonado o ha intentado abonar la teoría de los dos demonios, uno perdió el otro ganó, fue una guerra, mentira. No fue una guerra, 30.000 efectivos contra 250 tipos armados, el MLN puede tener todas las culpas que quieran en haberse equivocado en el tiempo, en el momento, pero el propio MLN se empeña en decir que fue una guerra y no lo fue, fue una guerrilla contra todo un poder del Estado ayudado por la potencia hegemónica. Una parte beligerante que es la escribió la historia en los últimos años, propone que fue una guerra entre dos bandos y que el que perdió tiene que aguantar. El asunto acá fue destruir las organizaciones sociales".
¿Pero cuál ha sido el papel de los principales dirigentes del MLN que conocieron de adentro todo y que la reacción no ha sido -al parecer- lo que ustedes vienen reivindicando?
"No sé si hubo un pacto con Mujica y Fernández Huidobro, pero la historia indica que algo hay, por algo no se le mete el diente, hay cosas que es imposible -por el momento- saber. Lo que está por detrás de todo ésto es la teoría de los dos demonios, abonada por los dos sectores de las puntas, entre medio quedó la sociedad, las organizaciones sindicales, había que imponer un modelo económico, importado. A veces no se logra visualizar lo dañino que fue la dictadura en los distintos estamentos, uno de los principales es la educación, pero cuando hoy hablamos del mercado, el consumo, es la idea de sálvese quien pueda, el hacé la tuya, y en realidad hay que hacer la de todos".
Pablo Martínez volvió sobre las responsabilidades políticas, "el Gobierno del Frente Amplio, desde que está, hace 12 años, como ningún gobierno en Uruguay ha tenido mayorías para hacer lo que quisiera en cuanto a cambiar cosas y no ha hecho nada en este sentido. La eliminación de la Ley de Caducidad cuando tuvo la oportunidad no lo hizo, esa es la demostración más cabal que no hay interés en hacerlo.
Hay tres o cuatro dirigentes del MLN que quedaron en la cabeza del gobierno, principalmente Mujica y Fernández Huidobro fueron los defensores más grandes de proteger a los militares, eso no quiere decir que no haya una complicidad con Tabaré Vázquez ya que este es su segundo gobierno. En el primer gobierno de Vázquez la Dra. Azucena Berrutti fue Ministra de Defensa, encontró documentos, formó una comisión dentro del ministerio para estudiarlos y la sacaron y esos documentos desaparecieron, hay total responsabilidad. No podemos decir que son culpables los militares, los blancos, los colorados y no vemos la responsabilidad de 12 años del Frente Amplio que ha tenido todos los recursos para que se conociera la verdad".
Finalmente Gustavo Mora aportó, "en una clase de la ORT en Montevideo, fue Luis Rosadilla -ex ministro de Defensa- a dar una charla y allí trasladó a los alumnos, dejando entrever que si se rascaba o trataba de meter el dedo en la llaga, en la investigación, podía levantarse un cuartel, que lo que está haciendo es sembrando el terror, agitando fantasmas. Le tuve que explicar al estudiante que me lo contó, que no había condiciones políticas, que el Frente Amplio perdió la oportunidad, hoy tampoco hay condiciones políticas para que el Ejército se levante y dé un golpe, además no tienen necesidad.
Hoy están pasando cosas parecidas, con otro estilo, metodología, barriendo todo aquello que anunciaba posturas más progresistas, arrasando con beneficios sociales de la gente, pasa en Argentina, en Brasil, está empezando en Bolivia, pasa en Paraguay golpecitos blandos que dan vuelta la torta, barriendo con el progresismo y aportando al famoso mercado. Hay una política apuntando a la pérdida del ejercicio de los Estados de su soberanía y la predominancia de los grandes poderes económicos que en el mundo hay y que están principalmente en Estados Unidos".