08 de July del 2016 a las 09:38 -
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El edil, y el amor a la Patria
Al homenajear a Carlos Rusch, Heber Scirgalea (lPN) destacó el papel del edil “a quien recurre primariamente la gente”. Resaltando que “hay temas de enorme importancia como éste, que están por encima de banderías políticas y sólo nos une

Convocados a una sesión extraordinaria, muy especial nos encontramos reunidos para cumplir con un reconocimiento ineludible a un señor exedil, que dignamente supiera ocupar la Presidencia de este Cuerpo, comenzó señalando el edil Heber Scirgalea.

Decimos reconocimiento, porque en opinión personal, los homenajes deben realizarse en vida y cuando los destinatarios ya han traspasado los límites de la eternidad, solo corresponde reconocer la labor cumplida.

Es particularmente trascendente y emotivo, recordar a un exedil, que como tantos colegas y aun nosotros mismos, pasa su vida sin pena ni gloria.

Trascendente porque se refiere a una modesta persona, que ocupa el primer escalón de la labor política, donde podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, se manifiesta con mayor énfasis el compromiso de la auténtica vocación de servicio.

Porque es al edil, a quien recurre primariamente la gente, para hacer llegar sus inquietudes y necesidades y es el edil que debe asumir la responsabilidad, aun sin tenerla directamente, de intentar aunque sea un paliativo para la problemática que recibe.

Trascedente también esta reunión de hoy, porque nos ocupamos de resaltar esa labor del edil, que muy pocas veces trasciende, cuando se trata de logros y virtudes y sí se escuchan voces de condena, cuando se comete un error, una equivocación, muy propia del ser humano, que solo no se equivoca cuando no hace nada.

Es emotivo además estar aquí, porque vamos a brindar nuestro cálido reconocimiento a quien se jugó por las Instituciones democráticas y lo hizo sin medir consecuencias, solo impulsado por su apego a la Constitución y las Leyes de este país.

Emotivo porque cristalizamos algo que desde siempre y en forma permanente, estuvo latente, en la interna de nuestro Partido.

Más aún porque la propuesta que realizáramos en este recinto fue apoyada por la unanimidad de ediles y hoy se hace realidad y esta Sala de Sesiones llevará el nombre de Carlos B. Rusch Peré.

Provoca emoción comprobar que hay temas de enorme importancia como éste, que están por encima de banderías políticas y solo nos une el amor a la Patria, que es precisamente lo que estamos reconociendo como dote principal del exedil Rusch.

Porque no fueron solo sus virtudes, que pudiera tener y las tuvo, como ciudadano o dirigente político, que nos llevaron a realizar el planteo, sino porque fue el presidente de este legislativo en el momento que cayeron las instituciones democráticas y que pese haber recibido en su domicilio la comunicación directa del Jefe de Policía de la época, donde ponía en su conocimiento que el Gobierno había disuelto las Juntas Departamentales de toda la República, tuvo la valentía de convocar a Sesión Extraordinaria el veintiocho de junio de mil novecientos setenta y tres, sabiendo de los riesgos que corría a partir de ese momento.

Sin embargo, como buen representante del pueblo que lo había mandatado para serlo, tenía la responsabilidad y el deber de informar al cuerpo, aunque le significara violar el decreto de las Fuerzas recién instauradas en el Gobierno Nacional.

Como que sintió seguramente esos gritos del alma oriental, implícitos y grabados a fuego en nuestro Himno Patrio, de “Tiranos temblad” y “Sabremos cumplir, sabremos cumplir”.

Como hecho anecdótico e histórico, la sesión patriótica que nos ocupa, según documento de la época, dio comienzo a las diecinueve y treinta y cinco minutos, para tratar como único tema del Orden del Día: Tomar conocimiento de la comunicación recibida del señor Jefe de Policía del departamento, del decreto del gobierno nacional que disolvió las Juntas Departamentales.

Como expusimos en su momento, fue el primer acto de rebeldía civilista en defensa de la vida republicana, acto que se desarrolló en forma pacífica, sin actitud de violencia alguna.

Según reza la placa que se va a descubrir y lo establecido en el Acta respectiva, los ediles que desafiaron la tormenta con su asistencia fueron: Antonio Borio, William Bonora, Cristian Correa Hors, Ruben A. Chinetti, Julio Lima, Sergio Méndez Costa, Gonzalo Novales, Ramón Fernando Ramos, Américo Sáez, Juan José Torres, Carlos B. Rusch y los suplentes que actuaron en sustitución de los titulares de las listas respectivas, señores: Jaime Abu Arab, Walter Alambarri, Amparo Español de Fregeiro, Juan C. Iannandrea , Alfredo Landó, Elisa Lockhart de Vuan, Rómulo Méndez Tovar, Raúl Rosales, Juan Sánchez, Edgardo Scaldaferro y Hernán Viera.

Por la versión taquigráfica que poseemos, fue una sesión de alto contenido emotivo y patriótico, donde expusieron los ediles de las diferentes bancadas con sentimientos profundos, sentimientos de todo ciudadano que ve violentado, abrupta e injustamente, su derecho constitucional de expresarse libremente, como dijera en parte uno de ellos: “posiblemente no somos ni vamos a ser hasta el término de este mandato los Ediles, pero sí vamos a poder continuar reuniéndonos, hablando en una forma o en otra, equivocada o no, pero tratando de buscar soluciones para el enriquecimiento de nuestro departamento y enriquecimiento del país”.

De aquellas jugosas exposiciones, con una dialéctica de subido tenor y cuya reproducción no podemos realizar en su totalidad, por razones obvias, solo rescatamos el convencimiento personal de cada uno de los oradores, para demostrar una conjunción de impotencia y responsabilidad, que sentían por cumplir con el sagrado principio de defender las Instituciones Democráticas.

Alocuciones todas ellas de un profundo contenido patriótico, cargadas de emotividad y propias de hombres y mujeres sencillos, que tenían muy claro su compromiso con la Patria, que no era otro que defender la institucionalidad y cumplir con el mandato ciudadano, que les había sido confiado legítimamente, a través de las urnas, como siempre lo había hecho este bendito país y quiera Dios lo podamos hacer por siempre también,

Hacemos votos para que esta hidalguía republicana puesta de manifiesto por estos exediles, sirva de ejemplo encendido para nosotros, que hoy conformamos este Cuerpo y para las generaciones que vendrán, a fin de que nunca más vuelva a repetirse en este país, un quiebre institucional, que solo trae como corolario, la pérdida de nuestras libertades ciudadanas, del respeto por las Instituciones, provocando la angustiante caída de nuestros más caros principios.

Que este ejemplo que hoy reconocemos como corresponde, nos sirva para estar unidos siempre en la defensa de nuestra vida democrática como Nación libre e Independiente, más allá de las diferencias ideológicas y políticas, que puedan separarnos, diferencias que sirven precisamente para reconocernos personas, seres humanos diferentes y únicos en su concepción, libres totalmente en su opinión y acción, dentro de los principios de lealtad a la Patria, igualdad y Justicia para todos.

Por eso, finalmente hoy tributamos este reconocimiento al exedil Carlos Rusch Peré y a todos aquellos que respondieron a su convocatoria para esta verdadera patriada.

Más allá de las placas que se descubren, propongo que de pie, con un corazón henchido de patriotismo que nos une, ofrendemos a todos ellos un fuerte y sostenido aplauso, para demostrarles que nos importa y nos enorgullece lo que supieron hacer y por ello los tendremos siempre presentes.

Muchas gracias señor Presidente.

 

 

 

 

(1949)


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