El Edil Carlos Susaye presentó proyecto de nomenclatura con la finalidad de nominar al camino que se encuentra en la continuación del camino Los Argentinos, paralelo a la Ruta 21 y que culmina en Colonia Díaz, como camino "Paso Molino".
Proyecto de nomenclatura: Camino "Paso Molino"
Objetivo
Dar nombre a un camino, que se encuentra en la “Continuación camino de Los Argentinos", con ubicación paralela a la ruta 21 y culmina en Paraje “Colonia Díaz”.
Denominación propuesta: Camino "Paso Molino"
Fundamentación
Basados en el art. 19, inciso 31 de la ley 9.515, consideramos importante la nominación de los espacios territoriales que sirven de tránsito, y su nominación sería una cuestión de igualdad para los habitantes de la zona. Si bien debemos dejar en claro que en el lenguaje cotidiano ya se utiliza como referencia el nombre Camino “Paso Molino”, pretendemos a través de este proyecto, formalizarlo.
Para ello se ha realizado un pequeño trabajo de investigación, estuvimos rastreando diferentes documentos, consultando personalidades y profesionales en esta materia, recorriendo la zona del arroyo Dacá, acompañados de vecinos del lugar y realizando pedidos de informes a la Intendencia.
De este proceso, destacamos un claro relato del esfuerzo realizado en épocas donde aún no existían apoyos públicos:
1) En una edición del 24 de Julio de 1976 del Diario ACCION - Mercedes, Soriano, se publica un Artículo del historiador Washington Lockhart, sobre el empresario Basilio Chelle, que lo transcribimos a continuación, pues resume enfáticamente lo que queremos explícita sobre nuestra rica historia:
"El pasado de Mercedes nos ofrece motivos de ejemplar inspiración. Y se cumple este año precisamente, el Centenario de una de las empresas más progresistas y promisorias que se llevaron a cabo en tiempos así mismos difíciles, y de la que cabe recoger las correspondientes enseñanzas.
En 1877, en efecto, Basilio Chelle, un inmigrante francés que apenas había podido juntar unos pocos pesos, dio principio a una empresa que, modesta como era en sus comienzos, significaba toda una aventura en años de penurias económicas como las que se Vivian. En un pequeño campo, cercano al Dacá, a menos de una legua de Mercedes, construyó un molino, sirviéndose como fuente de energía de la corriente, en ese lugar impetuoso del arroyo cercano, en donde construyó una sólida represa creando una caída de agua que movía una rueda de grandes paletas.
Dichos molinos pudo elaborar así excelentes harinas, ampliándose pronto la construcción de una fábrica de fideos, cuya producción fue paulatinamente en aumento. "El señor Chelle- dice Mariano B. Berro en una crónica del 02/11/1882- tuvo la bondad de mostrarnos el establecimiento en todos sus detalles, y de referirnos sus luchas y sus triunfos en su carrera industrial, sus momentos de angustias y las alegrías del éxito al vencer poderosas resistencias. Su obra es su gloria, porque todo lo debe a su constante trabajo y a su perseverancia a toda prueba".
"El establecimiento -agrega Berro- no es de ellos que destellan por contusas construcciones, que se alzan bajo un plano regular y simétrico y que responden al empleo de un gran capital, sino la obra sucesiva de necesidades que nacían y de los recursos que fueron permitiendo realizarlas. Este es su principal mérito"
Aumentado su pequeño capital, pudo Basilio comprar en Alemania un motor movido a vapor que- según nos relata su hija Basilia Chelle Casteran, 90 años de edad y una memoria sumamente fiel- significaba la última palabra en maquinaria de la época. Su fábrica, comenzó así a trabajar a agua a vapor. Importaba Carbón desde Alemania, y debió superar una primera etapa en la que maquinaria no respondía; separado del técnico que la atendía infructuosamente, fue el propio Basilio que dio con la tecla y puso todo en marcha.
Su espíritu emprendedor lo conducía a introducir adelantos continuos. El edificio tenía ya dos plantas y culminaba en una alta chimenea, y aún le sobraba tiempo a Basilio para atender los viñedos, montes frutales y chacras que rodeaban la fábrica, cuyos productos se vendían en todo el departamento. En años de seca y escasez de trigo, debió ir hasta San Juan y Mendoza para conseguir el grano necesario. Compró con sus ganancias, algunas propiedades de Mercedes, en la esquina de Ituzaingó y la actual F. Sánchez. En sus primeros tiempos había atendido una pequeña tienda. Posteriormente trajo de Francia a varios parientes, primos y sobrinos, uno de ellos Alejo Chelle, padre del Dr. Zoilo Chelle, y cuyos descendientes viven muchos de ellos entre nosotros. Entre sus vecinos del Dacá, merece el párrafo especial el bardo vasco Iparraguirre, el inmortal autor del himno "Guernikako Arbola", fundador de numerosas familias y que durante algún tiempo fue visto como cuidador de ovejas, siempre afectó a la guitarra y a las canciones que él mismo producía.
Bien podría decir Basilio Chelle a Mariano B. Berro, con legítimo orgullo: "Esto es obra mía, aquí no se puso una tabla ni se clavó un clavo en que yo no haya tenido participación personal". Fue, dice Berro, "Director, ingeniero, oficial y obrero, todo a un tiempo". Y termina el sabio botánico y paleontólogo felicitando a D. Basilio "con la posición independiente que supo labrarse con su trabajo perseverante e inteligente, deseando que sea imitado por los hombres de alientos y de empresas que existen en nuestro departamento, a quienes presentamos ese ejemplo de lo que puede una voluntad firme, el trabajo metódico y la economía", deseo que no podemos menos que apoyar con el nuestro.
D. Basilio Chelle falleció en 1903. La empresa, ausente su factor decisivo, no tardó en desintegrarse. Al poco tiempo los muros de la fábrica fueron volados con dinamita. Como viejo rastro, en un muro sobreviviente de la represa, puede aún verse el rastro de la rueda de paletas que hacía funcionar al Molino. WL"
2) Si bien la publicación del Diario Acción bastará para argumentar el proyecto de nomenclatura, recurrimos a la crónica de Mariano B. Berro.
MARIANO B. BERRO. Febrero 2 de 1892. Pág. 274 y 275.
“TRABAJO Y PERSEVERANCIA
Hemos tenido el gusto de visitar el molino a vapor y de agua de don Basilio Chelle, situado en la costa del Dacá, próximamente a una legua de esta ciudad, en lugar muy pintoresco y sombreado por hermosos sauces y arboleda frutal.
El establecimiento no es de esos que descuellan por costosas construcciones, que se alzan bajo un plan regular y simétrico y que responden al empleo de un gran capital. No es eso lo que se encuentra allí, sino la obra sucesiva de las necesidades que nacían y de los recursos que sucesivamente fueron permitiendo realizarlas. Este es su principal mérito.
La extensa y sólida represa que existe y el molino se construyeron en 1877, y en ese mismo año comenzó éste a funcionar movido por el agua; más tarde se fue ensanchando y recibiendo importantes mejoras, y al fin se practicaron instalaciones para ser movido a vapor. Hoy se aprovechan las dos fuerzas: el vapor y el agua.
Este molino elabora en cantidad excelentes harinas, teniendo anexa una fábrica de fideos, para lo cual cuenta con un local adecuado y con los elementos necesarios para que los productos no dejen nada que desear.
El señor Chelle tuvo la bondad de mostrarnos el establecimiento en todos los detalles y de referirnos sus luchas y sus triunfos en su carrera industrial, sus momentos de angustia y las alegrías del éxito al vencer poderosas resistencias. Su obra es su gloria, porque todo lo debe a su constante trabajo y a su perseverancia a toda prueba.
CIUDAD Y CAMPO
Dio principio a su empresa en época de gran tirantez, en 1877, y se puede decir que sin capital; pero conforme pudo ir aumentando sus recursos fue agrandando el edificio, adquiriendo máquinas más perfeccionadas e introduciendo las mejoras que su feliz inventiva le aconsejaba. Este señor nos repetía con justo orgullo: «Esto es obra mía; aquí no se puso una tabla ni se clavó un clavo en que yo no haya tenido participación personal.»
Director, ingeniero, oficial u obrero, todo a un tiempo, tuvo alientos y habilidad para bastar a todo e inteligencia suficiente para armonizar el conjunto de aquella complicada instalación.
Por otra parte, el establecimiento presta importantes servicios a la agricultura, cuyos trigos convierte en harina; pues, a la par de los demás molinos del país, contribuye a fomentarla. Véase, pues, lo que puede el trabajo si es acompañado de las virtudes que todo hombre debe rendir culto.
Vamos a terminar estas líneas con nuestras felicitaciones al señor Chelle por su éxito, por la posición independiente que supo labrarse con su trabajo perseverante e inteligente, deseando que sea imitado por los hombres de aliento y de empresa que existan en nuestro Departamento, a quienes presentamos ese ejemplo de lo que pueden una voluntad firme, el trabajo metódico y la economía.”
Agradecimientos
A la Profesora Alejandra Espíndola y su esposo Julio López vecinos de la zona. Al Profesor Agustín Listur por el material brindado a través del Centro Histórico y Geográfico de Soriano.
Al Profesor Manuel Santos Píriz que nos supo orientar históricamente.
A la bancada del Partido Socialista que en forma de equipo colaboró en la elaboración y otras personas que de una u otra forma nos aportaron.