(Por Enrique Lécaille) En marzo del 2014 el Club Once Corazones volvía a las canchas mercedarias, tras una dolorosa ausencia de 4 años. El regreso a la actividad oficial de la modesta institución fue con derrota, frente a Asencio, que se impuso 6 a 3, en el Parque “Ramos” de Nacional, pero el marcador de aquel partido había pasado a un segundo plano, porque para los seguidores de la entidad albirroja lo esencial era el regreso a los campos de juego. Desde hacía varios meses, un grupo de soñadores había estado trabajando con esa meta. “Deseamos volver a competir de una manera decorosa, con un proyecto firme y con la intención de subir a Primera”, había declarado a @gesor en agosto del año 2013 el entonces presidente de Once Corazones, Jorge Morales. En el 2015 el sueño de ascender estuvo a punto de cumplirse y, aunque no se dio, había quedado claro que no se trataba de una utopía. Hubo que esperar sólo otra temporada para que la ilusión se hiciera realidad.
Del viejo “Cal y Portland” del barrio de la Plaza Flores (Plaza Lavalleja) a esta realidad que está viviendo Once Corazones hay una larga sucesión de triunfos, derrotas, anécdotas y sacrificios. No es una larga historia, puesto que el club fue fundado el 30 de junio de 1947, pero de todas formas son cientos de recuerdos vividos en las canchas y también fuera de ellas, sobre todo en la cantina de la sede social de Calle Rodó, allí donde silenciosamente se alimentó aquella aspiración de afiliar otra vez al club a la Liga y de llevarlo luego a la “A”. Recuerdos que sin dudas se avivaron este domingo, cuando por fin se logró subir de categoría, para alegría inmensa de Pedro Marcos Bentancourt Bordoli (“Cacho”), Luis Pírez y de todos aquellos que forman parte fundamental del club.
Once Corazones es el club también de los Applan, los Sena, los Morales, los Barrera, los Gil, los Borio y los Pino, entre otras familias muy identificadas con la entidad de Calle Rodó, entre Espinosa y Zapicán. Como era de esperarse, la emoción de su ascenso ha trascendido más allá de la ciudad y del departamento. Desde otros puntos del país, incluso del exterior, no han faltado las manifestaciones de felicidad transmitidas en las redes sociales por hinchas o simpatizantes, a causa de este logro histórico de Once Corazones. El comentario más efusivo es sin dudas el expresado desde Melo por Omar Villanueva, quien desde hace varios años reside en la capital arachana, donde integra el cuerpo de colaboradores de las selecciones locales y del Club Cerro Largo. Apenas enterado del ascenso de Once Corazones, Villanueva publicó en su cuenta de facebook: “Después del nacimiento de mis hijas, es la alegría más grande de mi vida”.
Desde @gesor saludamos a toda la familia de Once Corazones, en la hora más gloriosa del club.
Foto: Plantel de Conce Corazones en el regreso del club a la actividad oficial, en el inicio de la temporada 2014 (del archivo de @gesor).
Desde Paso Carrasco y en nombre de mi esposo( uno de los Morales ) que aún siente el Once como el equipo del cual formó parte en su juventud, las felicitaciones a toda esa gente que logró el Ascenso. según sus anecdótas siempre llegaban a las finales pero nunca se podía, tuvo que llegar el siglo 21 para lograrlo.