Causó muy mala impresión en ediles de diferentes partidos políticos, y también en público que seguía la noticia de lo que estaba ocurriendo en sala de sesiones de la Junta Departamental, a través de los medios que la llevan en directo, la forma en que se cuestionó por parte del Edil Damián de Oliveira, de la Lista 22 del Partido Nacional, a su compañera María Castro.

De Oliveira, dijo que María Castro, "sin mediar palabra con sus restantes compañeros de Bancada de la Lista 22, de manera inexplicable, injustificada, sin precisar ningún tipo de argumento previo ni fundamento alguno, tal cual como si fuera por arte de magia, cambió su voto acompañando a la bancada bascousista".

Añadió, "dicha reprobable actitud, se enmarca dentro de lo que el propio diccionario de la real academia española determina como  “falta que comete una persona que no cumple su palabra o que no guarda la fidelidad debida”, lo que en buen romance se conoce como “traición”.

Y amplió conceptos, "lo primero que se traiciona a ella misma, son sus propios principios los que resultan traicionados, ya que no resulta para nada creíble que una persona unos días atrás votara las modificaciones introducidas al Presupuesto, que en una segunda oportunidad votara las observaciones venidas del Tribunal de Cuentas, y resulta que ahora, de manera inconsulta y sin previamente comunicarla a sus compañeros de bancada, se vota todo lo contrario, nadie cambia tan rápidamente de opinión si de la mano de dicho cambio de opinión no viene acompañado algún otro componente externo; y que quede claro; estos ediles de la Lista 22 recién en el día de hoy nos enteramos del cambio de actitud de dicha edil".

Hay allí una clara acusación de haber cambiado su voto por "un componente externo".

Pero también -concluyó De Oliveira- "se traicionó la buena fe de todos sus compañeros, el trabajo de casi un año de toda la Bancada de Ediles de la Lista 22, a la propia agrupación política y a todos quienes de una u otra forma confiaron y apoyaron el trabajo de estos Ediles de la Lista 22.

Un acto que intentaría dignificar dicho accionar sería renunciar inmediatamente a su banca y dejarle su lugar a su suplente que actuará con dignidad y lealtad para con todos sus compañeros de bancada".

Cabe preguntarse, ¿era necesaria tamaña agresividad por parte del edil hacia una mujer y compañera de trabajo partidario y sectorial hasta los días anteriores? Si el edil tiene alguna prueba que esta señora hizo algo reñido con la moral, la ética y que puede -en la línea que lo sugiere- llegar a ser delito, que realice la denuncia correspondiente, pero públicamente atacar a una mujer, además compañera, de la manera que lo hizo, flaco favor le hace a la política. Esto también es violencia y además hecha en público con el consentimiento de varios más, salvo aquellos que intentaron mientras hacía su discurso, hacerle ver que estaba dirigiéndose mal a una mujer y sin embargo no rectificó ni pidió disculpas, siguió.

Las organizaciones políticas, las mujeres políticas más allá de sus colores, ¿no van a decir nada? ¿Es cierto entonces que en política vale todo? No estamos diciendo que no se marquen diferencias, cosa lógica y más en el tratamiento de este tema, pero acá hay una cuestión de forma y de fondo, que se suma a una cuestión de Género.

En Agesor TV registramos el momento concreto donde el edil De Oliveira acusa a su compañera de bancada.

Véalo aquí: https://youtu.be/JtIJwxsy4QQ